Picu Moru, circular desde Bode (Parres)

Itinerario: pista de acceso a La Valleya-desvío camino hacia el Campu de la Llana-colláu Xibil-crestería del picu Moru-La Carrizal-pista forestal de Gustarnales-Los Reborios-La Llosona-Secaes-Bode.
La ruta al picu Moru es ideal para hacer en una de esas jornadas montañeras que no dispongamos de mucho tiempo: no es muy larga, se transita casi todo el tiempo por cómodas pistas forestales, se salva un moderado desnivel y, además, se puede disfrutar desde esta modesta atalaya parraguesa de unas vistas espectaculares (sierra del Sueve, sierras de Escapa, Cuera, Hibéu, Picos de Europa, cordal de Ponga, sierras de Aves y Peña Mayor, valles del Sella y del Piloña, costa riosellana y de Pría..., en fin, un cumbre para recrearse).
Un poco antes de llegar al pueblo de Bode —por cierto, en muchas entradas de compañeros montañeros se le denomina Bodé, y lo cierto es que en el mapa del IGN y en la página del Ayuntamiento de Parres figura sin tilde, así que, de momento, me atengo a ello— por la carretera de Les Arriondes a Sinariega, en la margen izquierda del río Sella, hay un terreno con capacidad para aparcar varios vehículos. Aquí puede iniciarse la ruta, para lo cual retrocedemos unos metros por la carretera hasta encontrarnos con un rústico cartel que nos indica «La Valleya» y hace mención también al picu Moru.
Después de recorrer algo menos de un kilómetro, hay que estar atentos y coger un desvío a mano derecha (no hay que llegar a La Valleya) y a partir de aquí comienza la suave ascensión hacia el Moru, caminando casi todo el tiempo a la sombra de abundante arbolado, donde predominan las plantaciones de pino y acacia (creo), pero también, afortunadamente, hay buenos ejemplares de árboles autóctono (robles, castaños, abedules...). De hecho, esta frondosidad del monte implica que, hasta bien avanzada la ruta, no dispongamos de vistas con amplitud paisajística.
Al llegar al pequeño collado próximo al alto Xibil, abandonamos la pista y tomamos un sendero bien marcado que nos lleva por la crestería del Moru hasta alcanzar fácilmente su cumbre. Tras deleitarse con las estupendas vistas ya mencionadas, el descenso se prolonga por la crestería, también por un evidente sendero hasta llegar a Gustarnales, donde, en nuestro caso, atravesamos unos metros de pradería (hay un cartel que indica que es “propiedad privada”) antes de llegar a una nueva pista que desciende hasta Bode y Misariegos.
Esta pista, en su recorrido, enlaza con otras, al ser este terreno de aprovechamiento forestal, por lo que conviene en los cruces estar atentos al track y a los indicadores, allí donde los hay.
Finalmente, atravesamos el bonito pueblo de Bode y regresamos al punto de partida.