Piedra Jincá

Comenzamos a caminar desde el núcleo de Puente Pumar. Al comienzo, tomamos una pista de hormigón que sale del pueblo por la zona del cementerio, y, tras 1 km, el firme pasa a ser de tierra. Este primer tramo de la senda coincide exactamente con el final del camino real que une los núcleos de Tudanca y Puente Pumar. A medida que vamos avanzando hacia el Collado de Sejos y ganando altitud, las vistas sobre el valle de Polaciones son espectaculares.
Después de casi 5 km de ascensión llegamos al primer punto de interés, una turbera, en la que podemos encontrar dos menhires. Continuamos adelante por una pista bien marcada durante 1 km, y llegamos a una braña conocida como el Collado de los Escajos. Una vez aquí, la pista desaparece. Debemos ascender unos centenares de metros hacia el Cueto de la Concilla, para encontrar otro pequeño claro del que parte una senda que nos llevará al Collado de Sejos. Dicha senda recorre las faldas de la Concilla y el trazado de la misma es muy claro y visible.
A unos 9 km de Puente Pumar encontraremos, en primer lugar, Piedrá Jincá y el Collado Hitón, y unos metros más adelante los conocidos como Menhires de Sejos, dentro de una zona vallada. Se trata de restos megalíticos de la Edad de Bronce, algunos con grabados, que se cree que pudieron formar parte de un monumento tipo crómlech.
Regresaremos a Piedra Jincá, e iniciaremos un descenso pronunciado hacia Puente Pumar a través de una pista forestal en zigzag. Durante el regreso a nuestro punto de partida, disfrutaremos de excelentes vistas de los lugares y relieves que hemos recorrido previamente en el ascenso.
Únicamente habría que señalizar un par de cruces que podrían dar lugar a confusiones innecesarias. Con la ruta impresa en papel y el uso del GPS durante nuestra marcha sería más que suficiente para orientarnos y llevar a cabo la ruta sin sobre saltos.