PIEDRA SECA-IGLESUELA DEL CID
near La Iglesuela del Cid, Aragón (España)
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Itinerary description
Ruta que tiene su inicio en el centro de La Iglesuela del Cid, desde la Torre de los Nublos o del Exconjurador, posiblemente levantada por los templarios o por los sanjuanistas, ya que su fecha de construcción no está clara, entre siglo XIII y el XV. Remontamos el Barranco del Canto, repleto de pequeños huertos y nos adentramos por el Azagador de Franch en dirección al Puerto de las Cabrillas, para desviarnos hacia Las lomas. Ya nos encontramos en el corazón de las construcciones de “piedra seca”. Están formadas por Bancales, puentes, cabañas de pastor (Chozos), escaleras..., todas las piedras están colocadas sin usar ningún tipo de argamasa, simplemente mediante la superposición de piedras. Con esta técnica se levantan casas que pueden medir hasta 10 metros de diámetro y no presentan estructuras de fijación. En origen sirvieron como refugio a campesinos y pastores y se usaron como establos y almacenes agrícolas.
Es fabuloso e impresionante todo lo que nos rodea en esta parte. Este tipo de construcción es habitual en todo el Maestrazgo y en el mundo mediterráneo, pero en ningún sitio como en La Iglesuela del Cid, encontraremos tal concentración de construcciones de este tipo.
Pasamos también por varias explotaciones de piedras, donde únicamente se excava y se separa las capas, para su explotación comercial.
Continuamos en dirección a la Ermita de Nuestra Señora del Cid, tras haber cruzado el Camino del Puntal, el Azagador del Predicador, y el azagador de la Vereda de la Leche. Junto a este azagador hay un peirón, sobre el cual existe una leyenda, relativa a una huella de Babieca (caballo del Cid).
La leyenda recoge que el Campeador estaba librando una batalla junto a la ermita que hoy se llama Virgen del Cid, donde se levantaba el pueblo de Torrenubes, ya abandonado. Cuando Rodriga Díaz de Vivar estaba a punto de ser derrotado, se le apareció el apóstol Santiago, portando la cruz de San Jorge, para ayudar a los cristianos a vencer en la batalla. Dicen que todavía se ve la huella del caballo del apóstol, junto a la ermita, y que también quedaron impresas las de Babieca. Justamente en este lugar se erigió un peirón dedicado a Santiago, que en La Iglesuela denominan San Jaime.
Poco más adelante llegamos a Santuario de la Virgen del Cid, su construcción original se remonta al siglo XV, en un escarpado donde hubo un antiguo poblado íbero y un antiguo monumento funerario romano. Se erigió esta ermita en honor a una talla de la virgen allí encontrada en el siglo XII.
Del mausoleo romano, datado en el siglo I, todavía quedan restos arqueológicos, que se pueden ver integrados en los muros exteriores de la ermita. Según la tradición, el Cid visitó este lugar en varias ocasiones, aunque no hay datos documentales de este hecho.
El conjunto de la ermita se complementa con un gran patio porticado y una hospedería para acoger a los peregrinos y romeros que acudían en peregrinación.
A pocas decenas de metros se encuentran restos de una alberca, excavada en la piedra, conocida por “Los Baños”.
Regresamos hacia el pueblo por un camino asfaltado, que recorre el Barranco de la Fuente de los Sabares (Barranco del Cid), donde se ven las distintas terrazas de cultivos, ya en desuso.
Nos desviamos por el antiguo camino, para pasar por el viejo puente medieval, realizado en piedra seca (como no podía ser de otra forma), con un solo ojo y en arco de medio punto.
Seguimos hacia la Iglesuela del Cid, pasando junto a varias cuevas, conocidas como “Casetas del Cura”.
Ya a la entrada del pueblo vemos un chozo y una bancada de piedra seca, construido en 2010 por el taller de empleo de la localidad.
Callejeando nos dirigimos al punto de partida, donde nos refrescamos tomando una cerveza y comiendo algo en el bar Amadeo, que mantiene su portal de piedra fechado en 1760, aunque todo el edificio esta reconstruido.
Ruta fácil y muy bonita, ya que no se trata simplemente de andar, al ir viendo algo de nuestra historia.
IBP = 33 HKG
Es fabuloso e impresionante todo lo que nos rodea en esta parte. Este tipo de construcción es habitual en todo el Maestrazgo y en el mundo mediterráneo, pero en ningún sitio como en La Iglesuela del Cid, encontraremos tal concentración de construcciones de este tipo.
Pasamos también por varias explotaciones de piedras, donde únicamente se excava y se separa las capas, para su explotación comercial.
Continuamos en dirección a la Ermita de Nuestra Señora del Cid, tras haber cruzado el Camino del Puntal, el Azagador del Predicador, y el azagador de la Vereda de la Leche. Junto a este azagador hay un peirón, sobre el cual existe una leyenda, relativa a una huella de Babieca (caballo del Cid).
La leyenda recoge que el Campeador estaba librando una batalla junto a la ermita que hoy se llama Virgen del Cid, donde se levantaba el pueblo de Torrenubes, ya abandonado. Cuando Rodriga Díaz de Vivar estaba a punto de ser derrotado, se le apareció el apóstol Santiago, portando la cruz de San Jorge, para ayudar a los cristianos a vencer en la batalla. Dicen que todavía se ve la huella del caballo del apóstol, junto a la ermita, y que también quedaron impresas las de Babieca. Justamente en este lugar se erigió un peirón dedicado a Santiago, que en La Iglesuela denominan San Jaime.
Poco más adelante llegamos a Santuario de la Virgen del Cid, su construcción original se remonta al siglo XV, en un escarpado donde hubo un antiguo poblado íbero y un antiguo monumento funerario romano. Se erigió esta ermita en honor a una talla de la virgen allí encontrada en el siglo XII.
Del mausoleo romano, datado en el siglo I, todavía quedan restos arqueológicos, que se pueden ver integrados en los muros exteriores de la ermita. Según la tradición, el Cid visitó este lugar en varias ocasiones, aunque no hay datos documentales de este hecho.
El conjunto de la ermita se complementa con un gran patio porticado y una hospedería para acoger a los peregrinos y romeros que acudían en peregrinación.
A pocas decenas de metros se encuentran restos de una alberca, excavada en la piedra, conocida por “Los Baños”.
Regresamos hacia el pueblo por un camino asfaltado, que recorre el Barranco de la Fuente de los Sabares (Barranco del Cid), donde se ven las distintas terrazas de cultivos, ya en desuso.
Nos desviamos por el antiguo camino, para pasar por el viejo puente medieval, realizado en piedra seca (como no podía ser de otra forma), con un solo ojo y en arco de medio punto.
Seguimos hacia la Iglesuela del Cid, pasando junto a varias cuevas, conocidas como “Casetas del Cura”.
Ya a la entrada del pueblo vemos un chozo y una bancada de piedra seca, construido en 2010 por el taller de empleo de la localidad.
Callejeando nos dirigimos al punto de partida, donde nos refrescamos tomando una cerveza y comiendo algo en el bar Amadeo, que mantiene su portal de piedra fechado en 1760, aunque todo el edificio esta reconstruido.
Ruta fácil y muy bonita, ya que no se trata simplemente de andar, al ir viendo algo de nuestra historia.
IBP = 33 HKG
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Good for family
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Easy
Ruta circular por pista y camino con poca dificultad técnica. Ideal para hacer en familia con peques.