Piedralaves-Castañar de la Angostura- Pinos Cascalbos de Manaderos y El Riscazo
near Piedralaves, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
En esta ruta vamos a conocer un bosque de castaños y un robledal de gran belleza.
El ecosistema más evolucionado de toda la Sierra de Gredos, el Castañar de la Angostura. Se trata de un bosque de castaños de singular formación de fustes delgados y muy largos, dejando en espacios abiertos ejemplares de grandes dimensiones. También podremos disfrutar de los robles melojos más añejos del Sistema Central que grandes y poderosos nos acompañan durante el recorrido, y de los preciosos pinos plateados de Manaderos.
Empezamos la ruta en el aparcamiento del Charco de las Nieta, junto a la casa forestal. En su primer tramo atravesamos un pinar de pino resinero.
Subimos una fuerte pendiente por arrastraderos de pinos, hasta llegar a los primeros robles melojos en Carrizalejo donde se suaviza la pendiente, vamos a una pista forestal que seguimos a la derecha. Pronto hay una intersección, en la que iremos por la izquierda hasta Piviana.
Aquí buscamos la fuente de Piviana, y no la encontramos, salimos de la pista por un sendero a la izquierda para ir hasta el Collado del Rayo, y a los pinos laricios o Cascalbos de los Manaderos, de corteza plateada, de gran tamaño, altos y gruesos.
Es el pino autóctono peninsular que más talla puede alcanzar, hasta los 50 m., aunque habitualmente no suele sobrepasar los 30.
Suele encontrarse a menos de 300 km del mar, siendo las poblaciones más alejadas las de Rumanía y las de las faldas de Gredos.
Volvemos a la pista, para llegar al Castañar de la Angostura, que en otoño tienen unos colores espectaculares.
Una vez pasado el castañar llegamos al punto más alto de la ruta, la Era los Collados. Vamos a la derecha para llegar a una atalaya con unas impresionantes vistas, El Riscazo. Allí hay un panel informativo con el nombre de los picos más altos de la zona, cerca de un antiguo refugio de montaña que está en obras.
Descendemos hasta la Fuente el Cerrillón, cruzando tres pistas forestales para llegar a la presa de los Hornillos, que está en un paraje precioso, pero con el agua muy sucia, así que nos limitamos a verla , sin detenernos mucho.
Pasamos por el mirador Piotea, y disfrutamos de las vistas con un panel panorámico que está colocado para que sea fácil ubicarte en el terreno. Desde allí divisas toda la cabecera del Valle del Tiétar, la Sierra de San Vicente y la Sierra de La Higuera.
Después veremos la fuente La Pililla, que está sin agua y sin caño y a continuación llegamos al muro de La Pililla a la izquierda, lleno de musgo, y que tiene poco que enviar al muro del Valle de los Caídos.
Este tramo transcurre por un pinar de piño piñonero con ejemplares de alcornoque de extraordinaria belleza y singular distribución. Los ejemplares son enormes, con diámetros de hasta 1,5 metros. La extracción de la corteza se realiza cada 10 años por personal especializado.
Llegamos a Piedralaves, al que quizás de su ubicación junto a un monte rocoso le venga el nombre al pueblo puesto que en la documentación antigua aparece como Piedalabes que muy bien pudiera significar "al pie de la roca". Aparece por primera vez el topónimo Piedralaves en el Libro de la Montería, de Alfonso Xl, donde se menciona como "Piedelavas" al monte conocido hoy día como La Sarnosa, dándose como bien poblado de osos.
El pueblo está enclavado sobre una ladera poblada de pinos y olivares, cerca de una zona de la sierra llena de grandes rocas; esta localidad es "linda y minúscula como una flor", según la describe Cela en su relación del viaje por el Valle del Tiétar.
Comemos en el pueblo, y admiramos la garganta de Nuño Cojo y las masas pinariegas de los alrededores, las aguas cristalinas del riachuelo que cruza la población y el panorama que se observa desde la media ladera en la que está emplazada Piedralaves
Seguimos hasta el Charco de la Nieta, con sus piscinas naturales, y donde terminamos esta preciosa ruta.
Si quieres ver el video de la ruta, pincha en ver más
El ecosistema más evolucionado de toda la Sierra de Gredos, el Castañar de la Angostura. Se trata de un bosque de castaños de singular formación de fustes delgados y muy largos, dejando en espacios abiertos ejemplares de grandes dimensiones. También podremos disfrutar de los robles melojos más añejos del Sistema Central que grandes y poderosos nos acompañan durante el recorrido, y de los preciosos pinos plateados de Manaderos.
Empezamos la ruta en el aparcamiento del Charco de las Nieta, junto a la casa forestal. En su primer tramo atravesamos un pinar de pino resinero.
Subimos una fuerte pendiente por arrastraderos de pinos, hasta llegar a los primeros robles melojos en Carrizalejo donde se suaviza la pendiente, vamos a una pista forestal que seguimos a la derecha. Pronto hay una intersección, en la que iremos por la izquierda hasta Piviana.
Aquí buscamos la fuente de Piviana, y no la encontramos, salimos de la pista por un sendero a la izquierda para ir hasta el Collado del Rayo, y a los pinos laricios o Cascalbos de los Manaderos, de corteza plateada, de gran tamaño, altos y gruesos.
Es el pino autóctono peninsular que más talla puede alcanzar, hasta los 50 m., aunque habitualmente no suele sobrepasar los 30.
Suele encontrarse a menos de 300 km del mar, siendo las poblaciones más alejadas las de Rumanía y las de las faldas de Gredos.
Volvemos a la pista, para llegar al Castañar de la Angostura, que en otoño tienen unos colores espectaculares.
Una vez pasado el castañar llegamos al punto más alto de la ruta, la Era los Collados. Vamos a la derecha para llegar a una atalaya con unas impresionantes vistas, El Riscazo. Allí hay un panel informativo con el nombre de los picos más altos de la zona, cerca de un antiguo refugio de montaña que está en obras.
Descendemos hasta la Fuente el Cerrillón, cruzando tres pistas forestales para llegar a la presa de los Hornillos, que está en un paraje precioso, pero con el agua muy sucia, así que nos limitamos a verla , sin detenernos mucho.
Pasamos por el mirador Piotea, y disfrutamos de las vistas con un panel panorámico que está colocado para que sea fácil ubicarte en el terreno. Desde allí divisas toda la cabecera del Valle del Tiétar, la Sierra de San Vicente y la Sierra de La Higuera.
Después veremos la fuente La Pililla, que está sin agua y sin caño y a continuación llegamos al muro de La Pililla a la izquierda, lleno de musgo, y que tiene poco que enviar al muro del Valle de los Caídos.
Este tramo transcurre por un pinar de piño piñonero con ejemplares de alcornoque de extraordinaria belleza y singular distribución. Los ejemplares son enormes, con diámetros de hasta 1,5 metros. La extracción de la corteza se realiza cada 10 años por personal especializado.
Llegamos a Piedralaves, al que quizás de su ubicación junto a un monte rocoso le venga el nombre al pueblo puesto que en la documentación antigua aparece como Piedalabes que muy bien pudiera significar "al pie de la roca". Aparece por primera vez el topónimo Piedralaves en el Libro de la Montería, de Alfonso Xl, donde se menciona como "Piedelavas" al monte conocido hoy día como La Sarnosa, dándose como bien poblado de osos.
El pueblo está enclavado sobre una ladera poblada de pinos y olivares, cerca de una zona de la sierra llena de grandes rocas; esta localidad es "linda y minúscula como una flor", según la describe Cela en su relación del viaje por el Valle del Tiétar.
Comemos en el pueblo, y admiramos la garganta de Nuño Cojo y las masas pinariegas de los alrededores, las aguas cristalinas del riachuelo que cruza la población y el panorama que se observa desde la media ladera en la que está emplazada Piedralaves
Seguimos hasta el Charco de la Nieta, con sus piscinas naturales, y donde terminamos esta preciosa ruta.
Si quieres ver el video de la ruta, pincha en ver más
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