Piedras Cucas (trincheras) y zona Arqueológica de La Nava
near Torre de Fuencubierta, Andalucía (España)
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Itinerary description
Acceso: Desde Torredonjimeno, por la carretera JV 2121, que pasa por la Ermita de Consolación en dirección a Santiago de Calatrava, en su margen derecha y a un kilómetro aproximadamente antes de llegar a Lendinez, hemos dejado el coche.
El paraje denominado Piedra Cucas es un cerro compuesto en su mayoría de piedra caliza, como lo atestigua la cantera existente en la zona y los hornos para la obtención de yeso.
Nada más ganar altura, nos encontramos con grandes piedras, que al parecer son restos de una antigua muralla o de cualquier otra construcción antigua defensiva. En esta zona se encontraba ubicado el mando de las unidades que componían la posición militar. Un poco más adelante, ya se empiezan a ver restos de trinchera, al principio prácticamente ocultas por la vegetación, aunque a medida que las seguimos se van viendo con mayor claridad, según nos cuentan, su extensión conocida es de casi un kilómetro. También se construyeron refugios y polvorines hoy soterrados, así como comunicaciones subterráneas, puestos de vigilancia, de ametralladoras y para piezas de artillería.
UN POCO DE NUESTRA HISTORIA: Durante el mes de diciembre de 1936 las tropas franquistas inician una ofensiva desde el sur, con intención de alejar el frente de la importante ciudad de Córdoba. Las operaciones militares que se producen dan como resultado la toma de 12 poblaciones: Cabra, Baena, Montoro, Villa del Rio, Albendin, Pedro Abad, El Carpio, Bujalance, Cañete de las Torres, Valenzuela, y ya en la provincia de Jaén, Lopera y Porcuna. Esta última localidad, de gran importancia estratégica, fue tomada el 1 de enero de 1937.
Cuando todo parecía indicar que el avance continuaría hacia el cerro de La Virgen de la Cabeza, una nueva orden vino a cambiar el futuro de este frente en nuestra guerra, las prioridades habían cambiado y las fuerzas atacantes se dirigieron en su mayor parte hacia Málaga y otra hacia Extremadura. Los dos bandos se dedicaron entonces a fortalecer sus posiciones y el frente se estacionó, con sus inevitables escaramuzas, hasta el final de la guerra.
Finalizada la guerra civil, la zona fue abandonada, lo que supuso que con el paso del tiempo (casi 80 años), se produjeran derrumbes, rellenos e invasión de plantas espontaneas, llegando a desaparecer totalmente en las tierras de labor que rodean al cerro.
En estos días que tanto se habla de la memoria histórica, se me ocurre que sería muy interesante, la excavación controlada de la zona, que pusiese al descubierto estas interesantes construcciones militares.
Continuando con el paseo, llegamos a la parte superior de la cantera, donde nos sorprendió el vuelo de una pareja de buho real con sus crias, todos de buen tamaño. Estas joyas vivientes, aunque se tratan de animales nocturnos, se dejaron ver para nuestra satisfacción y anidan en las paredes rocosas de la cantera. Viven aquí gracias a la abundancia de conejos, su alimento preferido.
Una vez vistos y fotografiados los hornos de yeso abandonados y en ruina, caminamos en paralelo a la carretera hasta el coche, para dirigirnos al cercano cerro de La Nava, este translado se puede hacer en su recorrido de ida y vuelta a pies, pero se hacía tarde y decidimos hacerlo en coche.
Estacionamos el coche junto a la carretera, pasado el arroyo que baja de las Piedras Cucas, y reiniciamos la marcha en línea recta, siguiendo el citado arroyo, hasta que se une con el de La Nava, ya solo nos queda seguir el arroyo y posteriormente una valla metálica hasta llegar a las ruinas del cortijo de La Nava. La cerca citada, protege el yacimiento o conjunto arqueológico del mismo nombre, propiedad de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Accedimos dentro del recinto a través de un tramo inexistente de valla que está cerca del cortijo y en el corto paseo que dimos dentro, pudimos comprender su importancia, por la gran cantidad de restos antiguos de cerámica que se ven por todos lados. Además que en todo momento se presiente que lo importante e interesante está bajo nuestros pies, bajo tierra.
Ojalá que las excavaciones se realicen pronto, o al menos en un tiempo prudencial, para que nosotros lo veamos.
Durante la excursión fuimos acompañados y guiados por nuestro buen amigo David, gran conocedor de la zona, al que le agradecemos su tiempo y su paciencia.
El paraje denominado Piedra Cucas es un cerro compuesto en su mayoría de piedra caliza, como lo atestigua la cantera existente en la zona y los hornos para la obtención de yeso.
Nada más ganar altura, nos encontramos con grandes piedras, que al parecer son restos de una antigua muralla o de cualquier otra construcción antigua defensiva. En esta zona se encontraba ubicado el mando de las unidades que componían la posición militar. Un poco más adelante, ya se empiezan a ver restos de trinchera, al principio prácticamente ocultas por la vegetación, aunque a medida que las seguimos se van viendo con mayor claridad, según nos cuentan, su extensión conocida es de casi un kilómetro. También se construyeron refugios y polvorines hoy soterrados, así como comunicaciones subterráneas, puestos de vigilancia, de ametralladoras y para piezas de artillería.
UN POCO DE NUESTRA HISTORIA: Durante el mes de diciembre de 1936 las tropas franquistas inician una ofensiva desde el sur, con intención de alejar el frente de la importante ciudad de Córdoba. Las operaciones militares que se producen dan como resultado la toma de 12 poblaciones: Cabra, Baena, Montoro, Villa del Rio, Albendin, Pedro Abad, El Carpio, Bujalance, Cañete de las Torres, Valenzuela, y ya en la provincia de Jaén, Lopera y Porcuna. Esta última localidad, de gran importancia estratégica, fue tomada el 1 de enero de 1937.
Cuando todo parecía indicar que el avance continuaría hacia el cerro de La Virgen de la Cabeza, una nueva orden vino a cambiar el futuro de este frente en nuestra guerra, las prioridades habían cambiado y las fuerzas atacantes se dirigieron en su mayor parte hacia Málaga y otra hacia Extremadura. Los dos bandos se dedicaron entonces a fortalecer sus posiciones y el frente se estacionó, con sus inevitables escaramuzas, hasta el final de la guerra.
Finalizada la guerra civil, la zona fue abandonada, lo que supuso que con el paso del tiempo (casi 80 años), se produjeran derrumbes, rellenos e invasión de plantas espontaneas, llegando a desaparecer totalmente en las tierras de labor que rodean al cerro.
En estos días que tanto se habla de la memoria histórica, se me ocurre que sería muy interesante, la excavación controlada de la zona, que pusiese al descubierto estas interesantes construcciones militares.
Continuando con el paseo, llegamos a la parte superior de la cantera, donde nos sorprendió el vuelo de una pareja de buho real con sus crias, todos de buen tamaño. Estas joyas vivientes, aunque se tratan de animales nocturnos, se dejaron ver para nuestra satisfacción y anidan en las paredes rocosas de la cantera. Viven aquí gracias a la abundancia de conejos, su alimento preferido.
Una vez vistos y fotografiados los hornos de yeso abandonados y en ruina, caminamos en paralelo a la carretera hasta el coche, para dirigirnos al cercano cerro de La Nava, este translado se puede hacer en su recorrido de ida y vuelta a pies, pero se hacía tarde y decidimos hacerlo en coche.
Estacionamos el coche junto a la carretera, pasado el arroyo que baja de las Piedras Cucas, y reiniciamos la marcha en línea recta, siguiendo el citado arroyo, hasta que se une con el de La Nava, ya solo nos queda seguir el arroyo y posteriormente una valla metálica hasta llegar a las ruinas del cortijo de La Nava. La cerca citada, protege el yacimiento o conjunto arqueológico del mismo nombre, propiedad de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Accedimos dentro del recinto a través de un tramo inexistente de valla que está cerca del cortijo y en el corto paseo que dimos dentro, pudimos comprender su importancia, por la gran cantidad de restos antiguos de cerámica que se ven por todos lados. Además que en todo momento se presiente que lo importante e interesante está bajo nuestros pies, bajo tierra.
Ojalá que las excavaciones se realicen pronto, o al menos en un tiempo prudencial, para que nosotros lo veamos.
Durante la excursión fuimos acompañados y guiados por nuestro buen amigo David, gran conocedor de la zona, al que le agradecemos su tiempo y su paciencia.
Waypoints
Information point
1,564 ft
restos de trincheras
Waypoint
1,250 ft
Aparcamiento
Comments (1)
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Muy interesante