Plan a Ibón de Plan. Lineal

La ruta comienza en el pueblo de Plan (A-2609). Plan es la población principal del Valle de Chistau y se extiende por la cuenca del río Cinqueta, afluente del Cinca, uno de los principales cursos fluviales de Aragón. Se encuentra rodeado de cumbres de entre 2000 y 3000 metros de altitud, entre las que destaca la Tuca Llardana (o Posets), que con 3375 metros es la segunda cumbre más alta del Pirineo por detrás del Aneto (3404) y por encima de Monte Perdido (3355). Además, cuenta con abundantes ibones o lagos, como los de Millares, Barbarisa o el ibón de Plan que es a donde nos dirigiremos en esta ruta.
Nosotros dejamos el coche en el primer parking que nos encontramos a la entrada del pueblo y bajamos andando por el primer desvío a la derecha que nos encontramos también. Unos metros más abajo vadeamos el rio Cinqueta por un amplio puente y constatamos que podíamos haber dejado el coche en otro aparcamiento a la izquierda en una amplia explanada rodeada de árboles. Justo a la derecha y más o menos a su misma altura vemos que hay una piscina con un pequeño Bar/Restaurante en el que publicitan tener la cocina abierta las 24 horas y que no será del todo cierto como os comentaré más adelante.
Unos metros después llegaremos a una amplia pista de tierra que se bifurca en dos. Nosotros iremos a la derecha. Será a algo menos de 2 kilómetros cuando dejemos este un tanto tedioso y sin grandes alicientes tramo, para tomar un camino a nuestra izquierda hacia el Ibón de Plan que comenzará por primera vez a empinarse algo. A partir de aquí comienza el Rock´n Roll. En los siguientes 4,5 kms que nos quedarán hasta el ibón, ascenderemos un desnivel positivo de algo más de 850 metros. Sin embargo, se hace mejor de lo esperado puesto que casi todo el sendero es de tierra y sin grandes socavones/accidentes.
La senda está perfectamente señalizada. Sólo hay que seguir las marcas blancas y amarillas del PR que nos conducirán hacia el mencionado ibón. Es por ello que no me detendré a describir demasiado el recorrido pues no tiene pérdida alguna. Deciros que discurre casi en su totalidad entre un frondoso bosque de hayas, pinos, robles y avellanos entre otros árboles.
A unos 2,5 kilómetros de tomar el último desvío, el sendero discurrirá por una pequeña zona de piedras y por un claro que nos permite ver al fondo Plan y por encima de éste Gistaín, así como varios picos como el del Turmo y más lejos el de Bachimala, entre otros.
Unos 300 metros más arriba, cruzaremos la cascada del Barranco del Ibón y seguiremos subiendo como hasta ahora, con pequeños tramos llanos intercalados, hasta unos 800 metros después en donde nos encontraremos con una intersección. Ahora continuaremos a la izquierda y nuestro PR coincidirá un rato también con el GR-15.
Lo difícil ya está hecho. A partir de aquí iremos prácticamente llaneando durante otros casi 800 metros hasta llegar al pie del Ibón de Plan.
Según la leyenda, las personas de alma pura que en la noche de San Juan laven su cara en sus aguas, verán una bella mora bailando una danza mágica y embelesadora. Sin embargo cómo nosotros no subimos en la noche del 24 de junio, no pudimos comprobar tal extremo.
Bromas a parte, nos entristeció bastante encontrarlo bajo mínimos. No obstante, los picos que lo rodean, todos ellos entorno a los 2700 metros de altitud, le dan cierta belleza al lugar (Punta Alta, Punta la Picollosa y Putons Royos entre otros).Aquí nos entretuvimos un tiempo paseando por el ahora cada vez mas estrecho perímetro del ibón y contemplando numerosas vacas pastando y jugueteando con sus terneros. Una vez hecho esto estuvimos tomando un pequeño tentempié y descansando un rato antes de emprender el camino de vuelta hasta el comienzo de la ruta con la idea de hacer una parada en el "Bar Restaurante Piscinas de Plan" para comer adecuadamente ya que el horario de apertura de su cocina supuestamente nos lo permitiría. Una vez llegados al susodicho establecimiento, sudando literalmente la gota gorda debido a la ola de calor que estuvimos sufriendo durante esas fechas y tras ver la buena pinta que tenía la carta, nos comenta el Chef, "repanchigado" en la terraza, cubata en mano con unos amigos, que como le vamos a hacer entrar en la cocina ahora que está descansando pero que, eso si, si tiene que entrar entra... En fin, no íbamos a ser nosotros los que le sacásemos de su merecido descanso, supongo. No obstante hay que ser justos y decir que nos ofreció unos pinchos de tortilla, unas croquetas caseras y una especie de filete ruso típico de la zona exquisitos y que, junto a unas glaciales jarras de cerveza, nos hicieron revivir y compensar nuestra decepción inicial.
En resumen, una bonita ruta que en primavera seguramente lo sería mucho más ya que en esa época el ibón posiblemente estaría casi repleto. La califico más bien de fácil porque a pesar de tener cierto desnivel, los senderos por los que discurre son muy buenos, de tierra y casi sin piedras salvo en algún pequeño tramo.