Planacanal-Refugio S. Vicenda-Cuello Viceto-Planacanal
near Escuaín, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
Esta es una excursión fácil y bonita que tuvo dos inconvenientes. El primero es insalvable, salvo que te suban en helicóptero o tu coche sea un todoterreno. El segundo es que haga buen tiempo y puedas disfrutar de unas vistas únicas del paisaje.
Pues bien, en el primero como no ha venido el helicóptero y no tengo un 4X4, hemos tenido que subir por los más de 9 km de pista, a veces infernal, poniendo la primera marcha, muy pocas veces la segunda, sorteando piedras y grietas para no rascar los bajos del coche, frenando a cada vaguada y avanzando muy lentamente para no dar con la matrícula en el suelo, y casi siempre con un precipicio de cuidado a un lado de la pista, que a la vuelta cambia a la izquierda. Con todo esto, el camino se ha hecho largo, muy largo, ya que raras veces hemos pasado de los 20 km por hora.
El segundo inconveniente ha sido el tiempo. Con mucha ilusión hemos subido creyendo que las nieblas y las nubes dejarían paso al sol y al cielo azul. Subiendo se hacía evidente que la niebla se apoderaba de todo, tapaba y destapaba el paisaje parcialmente dependiendo de no se sabe qué, si del viento o porque sí. Tan solo esperábamos que no lloviera una vez llegados a Planacanal, dar la vuelta a la rotonda de menhires que hay antes de la valla que barra el camino y regresar por donde hemos venido.
Llegados al final de la pista vemos que hay 5 coches aparcados en la parte montaña, ¡cualquiera deja el coche al lado del barranco! Hacemos lo mismo e imploramos que el tiempo nos respete. Lo del paisaje nos hubiera gustado disfrutarlo, pero como ya estuvimos el año pasado, pues ya no es tan grave, nos imaginamos lo que hay detrás de esa pantalla blanquecina de nieblas y nubes.
La pista de coches hasta el refugio de San Vicenda se hace larga, más cuando poco se puede observar, salvo mirar de no pisar una mierda de vaca que abundan por doquier, las vacas y las mierdas, por supuesto. Yo voy abriendo camino como si fuese un torero valiente ya que mi nieta les tiene pánico a estos rumiantes y rumiantas que cuando te ven se apartan como si viesen al diablo.
De tanto en tanto van cayendo unas gotas que nos hacen poner el chubasquero o el canguro que llevamos para este caso. Pero es un quita y pon, ya que a pesar que la temperatura es amable, eso de andar tapado se hace más bien prescindible si la fina lluvia es ocasional, intermitente y de poca importancia.
En los 4,3 km que hay hasta el refugio de San Vicenda nos han pasado dos todoterrenos, deben ser los pastores y vaqueros que cuidan el ganado que está por todas partes, tanto de caballos como de vacas.
Estas montañas de las que queremos dar la vuelta, se pueden decir que son unas montañas de vacas, pero lo más molesto es que están atestadas de sus excrementos, vulgo mierda, y hay que ir con cuidado para no llevarte un trozo de ellas enganchada a las suelas de las botas. Pero repito, las mierdas es lo de menos, lo importante es el entorno, aunque esta vez haya sido rácano y apenas hemos disfrutado de él.
Otra cosa a destacar de este rodeo circular de Los Vasones, como así se llaman las montañas de cimas redondeadas que hay entre el Castillo Mayor y Cuello Viceto, es que a pesar de seguir un track, éste o cualquiera, es que la senda o sendas que hay grabadas en el suelo son múltiples, y escojas la que escojas casi siempre llevan al mismo destino. Porque de tanto pasar el ganado y las personas, pero con mucha más influencia del ganado, hacen un surco en las pendientes y prados del lugar. Unos surcos esta vez con bastante barro y muchísimos excrementos, barro por la lluvia caída el día anterior y la noche, y la caca porque la van soltando mientras caminan y la dejan donde les da la gana. Porque el ganado hace eso: comer y cagar. Y pasárselo pipa de tanto en tanto cuando cumplen con el semental de turno. ¿O es al revés?
Pues a pesar de lo facilona que es la excursión, ha habido un momento en que he estado confundido, que no es lo mismo que perdido. Una vez rodeado por su izquierda el Vasones mayor, y siguiendo la senda, pero con una niebla que te impedía ver el entorno y así orientarte. Al llegar al cuello que hay entre este Vasones y el siguiente, antes de Plana Sorripas, yo me iba hacia la derecha del track, así que, al rectificar y tirar hacia la izquierda, en realidad me estaba alejando cada vez más de la ruta. Por suerte mi nieta de 14 años, y que ya ha hecho unas cuantas excursiones conmigo, me ha hecho ver mi error, y tras seguir su punto de vista, hemos podido enlazar con la ruta prevista. Tampoco hubiera sido muy grave, porque de haber seguido con mi error y bajar ya por la pendiente que seguíamos, hubiéramos llegado a la pista que va a Planacanal, tan solo que hubiéramos cambiado la ruta prevista ya que la intención era no pisar el mismo terreno dos veces en esta salida.
Quizás sea por el tiempo que hemos tenido, pero estos días que hemos estado en el Pirineo de Huesca, hemos visto un montón de buitres, quebrantahuesos, alimoches, águilas, chovas y más aves de envergadura. Así mismo, y en esta excursión, hemos visto dos jabalíes a lo lejos por debajo de dónde íbamos. Ellos nos han detectado, y tras pensárselo si seguían allí, hemos visto cómo desaparecían en la montaña. Nos imaginamos que se habían metido en su guarida cavada en la tierra.
A destacar en esta excursión que nos hemos acercado al gran esqueleto de una vaca muerta completamente en sus huesos sin ningún trozo de carne en él. Claro que, según nos dijo Javier de Lamiana, esta vaca hacía dos años que lleva muerta.
Subsanado el pequeño despiste mío, continuamos casi todo el trayecto de vuelta a la misma altura que Cuello Viceto. Menos los últimos 700 metros en que ya es franca bajada y tienes a vista la rotonda de Planacanal. Indudablemente seguir el track es de buena ayuda, pero creo que dado lo fácil de estas montañas y habiendo buena visibilidad, puedes tirar por donde quieras, aunque claro, es mejor ir por senda, aunque ésta esté llena de barro y defecaciones animalescas.
En cuanto a tiempo, desnivel y otros datos, me imagino que son más o menos lo que indica la web. Para mí lo importante es la montaña y la vida natural que hay en ella. Estar el mayor tiempo posible en ella y disfrutar de la naturaleza es más importante que no los datos estadísticos y récords personales. Esta es mi forma de pensar, a la montaña sin prisas y a disfrutar de ella, que no siempre tengo la oportunidad de visitarlas.
Por cierto, en esta salida nos la hemos jugado (por el tiempo) y nos ha salido cara. O cuando menos la moneda ha caído de canto.
Pues bien, en el primero como no ha venido el helicóptero y no tengo un 4X4, hemos tenido que subir por los más de 9 km de pista, a veces infernal, poniendo la primera marcha, muy pocas veces la segunda, sorteando piedras y grietas para no rascar los bajos del coche, frenando a cada vaguada y avanzando muy lentamente para no dar con la matrícula en el suelo, y casi siempre con un precipicio de cuidado a un lado de la pista, que a la vuelta cambia a la izquierda. Con todo esto, el camino se ha hecho largo, muy largo, ya que raras veces hemos pasado de los 20 km por hora.
El segundo inconveniente ha sido el tiempo. Con mucha ilusión hemos subido creyendo que las nieblas y las nubes dejarían paso al sol y al cielo azul. Subiendo se hacía evidente que la niebla se apoderaba de todo, tapaba y destapaba el paisaje parcialmente dependiendo de no se sabe qué, si del viento o porque sí. Tan solo esperábamos que no lloviera una vez llegados a Planacanal, dar la vuelta a la rotonda de menhires que hay antes de la valla que barra el camino y regresar por donde hemos venido.
Llegados al final de la pista vemos que hay 5 coches aparcados en la parte montaña, ¡cualquiera deja el coche al lado del barranco! Hacemos lo mismo e imploramos que el tiempo nos respete. Lo del paisaje nos hubiera gustado disfrutarlo, pero como ya estuvimos el año pasado, pues ya no es tan grave, nos imaginamos lo que hay detrás de esa pantalla blanquecina de nieblas y nubes.
La pista de coches hasta el refugio de San Vicenda se hace larga, más cuando poco se puede observar, salvo mirar de no pisar una mierda de vaca que abundan por doquier, las vacas y las mierdas, por supuesto. Yo voy abriendo camino como si fuese un torero valiente ya que mi nieta les tiene pánico a estos rumiantes y rumiantas que cuando te ven se apartan como si viesen al diablo.
De tanto en tanto van cayendo unas gotas que nos hacen poner el chubasquero o el canguro que llevamos para este caso. Pero es un quita y pon, ya que a pesar que la temperatura es amable, eso de andar tapado se hace más bien prescindible si la fina lluvia es ocasional, intermitente y de poca importancia.
En los 4,3 km que hay hasta el refugio de San Vicenda nos han pasado dos todoterrenos, deben ser los pastores y vaqueros que cuidan el ganado que está por todas partes, tanto de caballos como de vacas.
Estas montañas de las que queremos dar la vuelta, se pueden decir que son unas montañas de vacas, pero lo más molesto es que están atestadas de sus excrementos, vulgo mierda, y hay que ir con cuidado para no llevarte un trozo de ellas enganchada a las suelas de las botas. Pero repito, las mierdas es lo de menos, lo importante es el entorno, aunque esta vez haya sido rácano y apenas hemos disfrutado de él.
Otra cosa a destacar de este rodeo circular de Los Vasones, como así se llaman las montañas de cimas redondeadas que hay entre el Castillo Mayor y Cuello Viceto, es que a pesar de seguir un track, éste o cualquiera, es que la senda o sendas que hay grabadas en el suelo son múltiples, y escojas la que escojas casi siempre llevan al mismo destino. Porque de tanto pasar el ganado y las personas, pero con mucha más influencia del ganado, hacen un surco en las pendientes y prados del lugar. Unos surcos esta vez con bastante barro y muchísimos excrementos, barro por la lluvia caída el día anterior y la noche, y la caca porque la van soltando mientras caminan y la dejan donde les da la gana. Porque el ganado hace eso: comer y cagar. Y pasárselo pipa de tanto en tanto cuando cumplen con el semental de turno. ¿O es al revés?
Pues a pesar de lo facilona que es la excursión, ha habido un momento en que he estado confundido, que no es lo mismo que perdido. Una vez rodeado por su izquierda el Vasones mayor, y siguiendo la senda, pero con una niebla que te impedía ver el entorno y así orientarte. Al llegar al cuello que hay entre este Vasones y el siguiente, antes de Plana Sorripas, yo me iba hacia la derecha del track, así que, al rectificar y tirar hacia la izquierda, en realidad me estaba alejando cada vez más de la ruta. Por suerte mi nieta de 14 años, y que ya ha hecho unas cuantas excursiones conmigo, me ha hecho ver mi error, y tras seguir su punto de vista, hemos podido enlazar con la ruta prevista. Tampoco hubiera sido muy grave, porque de haber seguido con mi error y bajar ya por la pendiente que seguíamos, hubiéramos llegado a la pista que va a Planacanal, tan solo que hubiéramos cambiado la ruta prevista ya que la intención era no pisar el mismo terreno dos veces en esta salida.
Quizás sea por el tiempo que hemos tenido, pero estos días que hemos estado en el Pirineo de Huesca, hemos visto un montón de buitres, quebrantahuesos, alimoches, águilas, chovas y más aves de envergadura. Así mismo, y en esta excursión, hemos visto dos jabalíes a lo lejos por debajo de dónde íbamos. Ellos nos han detectado, y tras pensárselo si seguían allí, hemos visto cómo desaparecían en la montaña. Nos imaginamos que se habían metido en su guarida cavada en la tierra.
A destacar en esta excursión que nos hemos acercado al gran esqueleto de una vaca muerta completamente en sus huesos sin ningún trozo de carne en él. Claro que, según nos dijo Javier de Lamiana, esta vaca hacía dos años que lleva muerta.
Subsanado el pequeño despiste mío, continuamos casi todo el trayecto de vuelta a la misma altura que Cuello Viceto. Menos los últimos 700 metros en que ya es franca bajada y tienes a vista la rotonda de Planacanal. Indudablemente seguir el track es de buena ayuda, pero creo que dado lo fácil de estas montañas y habiendo buena visibilidad, puedes tirar por donde quieras, aunque claro, es mejor ir por senda, aunque ésta esté llena de barro y defecaciones animalescas.
En cuanto a tiempo, desnivel y otros datos, me imagino que son más o menos lo que indica la web. Para mí lo importante es la montaña y la vida natural que hay en ella. Estar el mayor tiempo posible en ella y disfrutar de la naturaleza es más importante que no los datos estadísticos y récords personales. Esta es mi forma de pensar, a la montaña sin prisas y a disfrutar de ella, que no siempre tengo la oportunidad de visitarlas.
Por cierto, en esta salida nos la hemos jugado (por el tiempo) y nos ha salido cara. O cuando menos la moneda ha caído de canto.
Waypoints
Photo
5,748 ft
15 Y tú qué miras Planacanal-S. Vicenda-Cuello Viceto-Planacanal
Planacanal-S. Vicenda-Cuello Viceto-Planacanal
Comments (1)
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Espectacular ruta hecha con un bebé de 1 año. Grandes panorámicas. La hicimos a la inversa y creo que nos ha gustado más así