PLAYA DE IJUANA

La ruta discurre por parte de la Reserva natural Integral de Ijuana. El nombre de Ijuana es de procedencia guanche, apareciendo, entre otras, las variantes Auhana, Ujana o Ujane. La Reserva lo toma de la hoya, barranco y playa que existen en este lugar. Esta reserva alberga la mejor muestra de cardonal-tabaibal de Tenerife, una comunidad vegetal relíctica, con muchos elementos que en el pasado ocupaban grandes extensiones en África. Cuenta con una alta biodiversidad endémica, con muchas especies protegidas y unas pocas consideradas como amenazadas. Los barrancos constituyen elementos geomorfológicos destacados. En conjunto, la reserva representa un paisaje erosivo, agreste y lleno de contrastes, en una de las zonas que podemos considerar más naturales de la isla.
Una ruta exigente ya que, aun no siendo una distancia considerable, el camino se pierde en ocasiones con cierta facilidad y es bastante abrupto, con tramos muy escarpados y con peligro por precipicios, sin protección, no apto para personas con bajo estado físico y vértigo. Además hay que contar que en la zona puede haber viento. Se recomienda llevar GPS.
Llegaremos a nuestro destino desde San Andrés por la carretera TF 12 (San Andrés – Taganana) y después de 11 km., nos desviamos por la TF 123 (Bailadero-Chamorga) en dirección a Lomo Las Bodegas, para abandonarla después del Km 9, en el ramal que se dirige al Cementerio de La Punta de Anaga. Queríamos iniciar esta aventura en Lomo de las Bodegas, un pequeño caserío del macizo de Anaga, cuyo nombre se debe a que los frecuentes asaltos piratas de los siglos XVI y XVII obligaron a construir las bodegas lejos de la costa. Al estar ocupados los escasos aparcamientos existentes en la zona optamos por retroceder hasta el cementerio de Punta de Anaga, situado en el Llano del Bailadero y que da servicio a los caseríos próximos. Fue construido por iniciativa vecinal en 1937, ya que con anterioridad sus vecinos debían ir a enterrar a sus fallecidos a Taganana, a más de 15 kilómetros por caminos. Aquí dejaremos el coche.
Desde el Llano del Bailadero partimos con el objetivo de llegar a la playa de Ijuana. Solo habían trascurrido diez minutos desde que empezamos y ya disfrutábamos de las magníficas vistas de la Atalaya del Sabinar. Continuamos por el cerro y tenemos ahora vistas sobre el barranco de Ijuana por la derecha y a la izquierda, el Barranco de Anosma, enfrente tenemos el Cabezo de la Cruz. Seguimos por los Corraletes de Abajo para llegar a la zona denominada el Portillo. A continuación llegamos a la Gollada de los Picachos y de ahí hasta el Picacho del Morro de La Atalaya. Algunas asustadizas perdices desaparecen cuchichiando ante nuestra presencia. El paisaje predominante consiste en elevadas pendientes, profundos barrancos y una cobertura vegetal prácticamente exclusiva de tabaibal-cardonal. Son frecuentes las laderas rocosas escarpadas. Es un paisaje cerrado, con poca visibilidad desde el exterior, y del que resaltan las cresterías.
Seguimos descendiendo por la Hoya de los Juncos para pasar cerca de la Cañada el Laurel. Nos encontramos un curioso túnel, formado por cardones y algo más adelante alcanzaremos la Paredilla. Empieza un tramo muy escarpado que va desde La Paredilla hasta La Gollada, va por una pared muy vertical donde láminas de basalto a modo de escalones nos permiten sortearlo. En gran parte del recorrido nos sentimos observados por ejemplares de cabras y baifitos, que parecían saludarnos con sus balidos a nuestro paso. Continuamos el descenso que va a ser más pronunciado y se dirige hacia el Morro La Puente. Hemos dejado atrás una curiosa piedra que desafía la gravedad. Seguimos hacia El Carrillar y por un camino casi imperceptible y bastante pronunciado para alcanzar el cauce del barranco de Ijuana, siguiendo por éste hasta su desembocadura. Una pequeña cala de apenas 100 m compuesta por arena volcánica de color negro y callaos se nos antoja la mejor de las recompensas tras el esfuerzo realizado. El baño es obligado y con pena dejaremos este paraíso para inicial el duro acceso de regreso.