Pont de la Ribera a Tuc des Carants y vuelta. Día 4 en el campamento FEDME 2016.
near Pla de l'Ermita, Catalunya (España)
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Trail photos
Itinerary description
La que iba a ser una ruta circular con algún jugoso cresteo, algo expuesto, hizo la sensatez de los guías que se recortara, por ser un grupo grande y variopinto, así que subiríamos y volveríamos por el mismo sitio.
Entiendo la sensatez aunque no me guste…, no todas las cabras son de monte…
Así que volvimos a quedar en lugar novedoso y a hora novedosa, a las siete en el aparcamiento de Taüll, esta vez vendría conmigo Cecilio Extremeñus in causa y Benoit, no sé si he escrito bien su nombre, él lo entenderá creo…
Subimos dirección a la estación de esquí pasando el Pla de l´hermita y en la primera gran curva dejamos el coche, esta vez somos casi 30, Sergi nos explica que el Barranc de Sant Martí que lleva al Port de Rus, era la vía de comunicación entre las comarcas antiguamente, lo seguiremos inicialmente hasta desviarnos para subir a las lagunas o Estanys del Pessó.
El ciempiés multicolor se pone en marcha, empezamos llaneando por una vereda que nace al lado de un cartel indicativo, junto al puente de la Rivera, nos vamos adentrando en el bosque, en poco notamos el efecto “Montardo” , del día anterior, parece que todo el mundo va en modo “ahorro”, o modo “avión”, no voy a ser menos, en silencio sigo la camiseta de delante apenas sin mirar a los lados y sin pensar demasiado, que se gasta la batería…
El desvío a la izquierda nos trae una hermosa y empinada pendiente de la que ya nos había advertido César, que una vez más, cierra el grupo. El rugido del río se va acallando en la distancia aplacado en su voz con la ligereza de nuestros pasos, ávidos de cimas y nuevas vistas.
Casi sin darnos cuenta, en un suspiro, estamos acabando con los últimos pinos de la cuesta, y estamos en el Petit Estany del Pessó, aquí paramos a tomar algo, esta vez llevo bien de agua y sales, podré sudar lo que quiera, aunque el día no aparece tan fiero como el de ayer.
Los rayos de sol parecen quererse bañar en la laguna, entorpeciendo nuestras cámaras. Hemos seguido hasta el Estany Gran del Pessó que se queda amodorrada en su lecho mientras nosotros seguimos hacia la Collada del Montanyó, saltando ora en roca, ora en hierba, cada uno a su aire en “modo avión” ,hoy es día de relajación…, mañana viene lo mejor, y nos reservamos.
Llegamos a la Collada y allí César saca su gran repertorio de leyendas de la zona, todo un lujo tenerle de guía…
Seguimos por la cuerda hacia el Tuc, nos dicen que queda más de media hora, pero enseguida hemos llegado, no son ni las diez de la mañana, nuestras piernas se van acostumbrando a las montañas.
El sol nos baña dejando pátina en nuestros ojos, vemos las lagunas yacidas a nuestros pies, y un mar de picos enmarronados de rocas y letanía, y al fondo una vez más, el pico del Turbón…, Sergi nos explica las vista y la leyenda de este pico…
Disfrutamos relajadamente del Tuc de Carans, una cima sacada de las rebajas…2799 metros, toda una ganga.
Bajamos directamente al lago, sin pasar por la collada, nos advierten de lo empinado y peligroso de la bajada, …si caes rodando no paras hasta abajo.
Quedo a la cola con los de siempre, César nos explica la técnica de bajada con los bastones, para hacerlo rápido y eficaz. Pedro el Extremeño Sevillano, lo pone en práctica y…cae.
Yo sólo vi la cara de César, paso por todas las gamas de colores hasta el blanco inmaculado…, todo un poema, pero Pedro con una habilidad innata del que va tropezando con frecuencia, ha dado una voltereta inverosímil y ha caído de pie, como un equilibrista de circo. César y todos los demás le insistimos con vehemencia , que no volviera a intentar una técnica tan refinada…
Paramos en la laguna, hoy es día de relajación, nos desparramamos por las orillas de ambos lagos y nos disolvimos en pequeños grumos, buscando cada cual su rinconcito, me quedo una vez más con el grupo gallego, buscando un poquito del fresco gallego, que otra vez aprieta el calor…
Estamos un rato en el Petit Estany y nos decidimos a bajar, la cuesta es más empinada ahora que a la subida, es lo que tiene el modo avión…
Bajamos entre pinos y herbazales amarillos, poco a poco el rugido del río nos vuelve a recordar que abajo hay más fresco, mojaremos los pies en el agua.
Y allí dejamos que nuestros pies se enfríen en la corriente cristalina del Sant Martí que nos susurra suaves sintonías…, hoy el día fue más relajado, mañana con el tres mil del Besiberri, se acabarán las rutas largas del campamento…
Entiendo la sensatez aunque no me guste…, no todas las cabras son de monte…
Así que volvimos a quedar en lugar novedoso y a hora novedosa, a las siete en el aparcamiento de Taüll, esta vez vendría conmigo Cecilio Extremeñus in causa y Benoit, no sé si he escrito bien su nombre, él lo entenderá creo…
Subimos dirección a la estación de esquí pasando el Pla de l´hermita y en la primera gran curva dejamos el coche, esta vez somos casi 30, Sergi nos explica que el Barranc de Sant Martí que lleva al Port de Rus, era la vía de comunicación entre las comarcas antiguamente, lo seguiremos inicialmente hasta desviarnos para subir a las lagunas o Estanys del Pessó.
El ciempiés multicolor se pone en marcha, empezamos llaneando por una vereda que nace al lado de un cartel indicativo, junto al puente de la Rivera, nos vamos adentrando en el bosque, en poco notamos el efecto “Montardo” , del día anterior, parece que todo el mundo va en modo “ahorro”, o modo “avión”, no voy a ser menos, en silencio sigo la camiseta de delante apenas sin mirar a los lados y sin pensar demasiado, que se gasta la batería…
El desvío a la izquierda nos trae una hermosa y empinada pendiente de la que ya nos había advertido César, que una vez más, cierra el grupo. El rugido del río se va acallando en la distancia aplacado en su voz con la ligereza de nuestros pasos, ávidos de cimas y nuevas vistas.
Casi sin darnos cuenta, en un suspiro, estamos acabando con los últimos pinos de la cuesta, y estamos en el Petit Estany del Pessó, aquí paramos a tomar algo, esta vez llevo bien de agua y sales, podré sudar lo que quiera, aunque el día no aparece tan fiero como el de ayer.
Los rayos de sol parecen quererse bañar en la laguna, entorpeciendo nuestras cámaras. Hemos seguido hasta el Estany Gran del Pessó que se queda amodorrada en su lecho mientras nosotros seguimos hacia la Collada del Montanyó, saltando ora en roca, ora en hierba, cada uno a su aire en “modo avión” ,hoy es día de relajación…, mañana viene lo mejor, y nos reservamos.
Llegamos a la Collada y allí César saca su gran repertorio de leyendas de la zona, todo un lujo tenerle de guía…
Seguimos por la cuerda hacia el Tuc, nos dicen que queda más de media hora, pero enseguida hemos llegado, no son ni las diez de la mañana, nuestras piernas se van acostumbrando a las montañas.
El sol nos baña dejando pátina en nuestros ojos, vemos las lagunas yacidas a nuestros pies, y un mar de picos enmarronados de rocas y letanía, y al fondo una vez más, el pico del Turbón…, Sergi nos explica las vista y la leyenda de este pico…
Disfrutamos relajadamente del Tuc de Carans, una cima sacada de las rebajas…2799 metros, toda una ganga.
Bajamos directamente al lago, sin pasar por la collada, nos advierten de lo empinado y peligroso de la bajada, …si caes rodando no paras hasta abajo.
Quedo a la cola con los de siempre, César nos explica la técnica de bajada con los bastones, para hacerlo rápido y eficaz. Pedro el Extremeño Sevillano, lo pone en práctica y…cae.
Yo sólo vi la cara de César, paso por todas las gamas de colores hasta el blanco inmaculado…, todo un poema, pero Pedro con una habilidad innata del que va tropezando con frecuencia, ha dado una voltereta inverosímil y ha caído de pie, como un equilibrista de circo. César y todos los demás le insistimos con vehemencia , que no volviera a intentar una técnica tan refinada…
Paramos en la laguna, hoy es día de relajación, nos desparramamos por las orillas de ambos lagos y nos disolvimos en pequeños grumos, buscando cada cual su rinconcito, me quedo una vez más con el grupo gallego, buscando un poquito del fresco gallego, que otra vez aprieta el calor…
Estamos un rato en el Petit Estany y nos decidimos a bajar, la cuesta es más empinada ahora que a la subida, es lo que tiene el modo avión…
Bajamos entre pinos y herbazales amarillos, poco a poco el rugido del río nos vuelve a recordar que abajo hay más fresco, mojaremos los pies en el agua.
Y allí dejamos que nuestros pies se enfríen en la corriente cristalina del Sant Martí que nos susurra suaves sintonías…, hoy el día fue más relajado, mañana con el tres mil del Besiberri, se acabarán las rutas largas del campamento…
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