Por el barranco del arroyo San Juan, Atalayones y tajos Campanario.

Es esta una ruta sorprendente guiada por el Club la Padera en la que llama la atención que sin “apenas” apartarse de la zona más turística/frecuentada de Sierra Nevada –Pradollano-, y tras atravesar el barranco del arroyo San Juan con su preciosa cascada, nos encaramamos en una subida progresiva a los Atalayones y los tajos Campanario , posición privilegiada que nos permite ver, a un lado –oeste-, las muestras de la obra humana: pistas de ski con sus instalaciones, observatorios meteorológicos –nuevo y antiguo-, el antiguo albergue de San Francisco, la base militar y la ermitita a la virgen de las nieves; y, al este- y, al otro lado de otro barranco, el del rio Guarnón, la obra de la naturaleza, el farallón rocoso que supone, de derecha a izquierda, el Veleta con su corral, Salón, Campanario, Zacatín, los Machos, Mulhacen y Alcazaba.
En este tránsito, alternando antiguas pistas de ski – a la espalda del albergue Universitario-, veredas perfectamente marcadas como, por mencionar alguna, la que nos lleva desde el albergue de San Francisco al arroyo San Juan coincidiendo en un pequeño tramo con la vía pecuaria de la cañada Real del collado de las Sabinillas, o desde este, ya en el último tramo de la ruta, y muy cerca del Lagunillo del mismo nombre, hasta la base militar, o la que aprovecha la acequia en desuso de Hoyo Puente, a cual más bonita. Por supuesto también ha habido otras vías no “tan comodas” como las veredas intermitentes que nos han llevado hasta los Atalayones a través de la Loma Lanchar, los dos crestones rocosos que hemos atravesado en las inmediaciones de los tajos Campanario, el ascenso al monumento de la esquiadora fallecida o los pedregosos fondos del glacial de la Hoya del Moro.
Aunque aquí también encontramos signos evidentes de la falta de lluvias de este año, las zonas verdes típicas de esta sierra –borreguiles-, la cascaditas y arroyos e incluso restos de nieve, nos ayudan a olvidar esta circunstancia.
Además hemos visitado el principio del Veredón inferior y superior, vías emblemáticas en esta zona, así como las posiciones del Veleta con sus nidos de ametralladoras, y los ya mencionados monumento a la esquiadora y lo que queda del albergue de San Francisco(1), retazos de historia de Sierra Nevada.
Como no, las cabras montesas han hecho acto de presencia, al igual que el curioso grillo(2) –sin alas- de matorral y el agracejo (3), arbusto frecuente en estas latitudes con sus características tóxicas-medicinales.
En definitiva ruta muy heterogénea, didáctica, de gran exigencia física -1781 puntos según SENDIF- y con varios tramos en los que hay que andarse con ojo –especialmente los mencionados crestones y una pequeña subida que he marcado en el mapa con piedra y tierra suelta-.
(1)http://cadenaser.com/emisora/2017/02/17/radio_granada/1487316681_015239.html
(2) http://waste.ideal.es/pycnogasterinermis.htm
(3) http://www.botanical-online.com/agracejo.htm