- Por el Camino de Carreteros a la Casa de La Zarca.

-Latitud 38º 18' 32" N., Longitud 5º 3' 45" W. Estas son las coordenadas donde el camino de La Romera y la llamada pista de IRIDA (antigua carretera Belmez-Pozoblanco) se unen, y es aquí donde da comienzo esta ruta.
-Tomaremos dirección Pozoblanco por lo que no ha mucho fue una carretera asfaltada, hoy en día abandonada, llena de socavones, en un estado deplorable incluso para hacerse llamar camino. Por ella guiamos nuestros pasos en busca del cruce con el camino de Carreteros, el cual tomaremos, y en ligera ascensión nos conducirá a las entrañas del monte donde la jara pringosa campa a sus anchas entre chaparros y olivos centenarios de lo que antiguamente fueron olivares o huertos salpicados en medio de la nada, las aulagas, el brezo,el romero...
Seguimos caminando ahora a la vera de un pequeño arroyo que como no podría ser de otra manera toma el nombre de su compañero. Las zarzas encaramadas a un quejigo o a un chopo aparecen de vez en cuando aprovechando la pobre humedad del pequeño arroyuelo. Alcornoques desposeídos de su vestimenta miran indiferentes nuestra marcha. Paredes antiguas de viejos cortijos que antes fueron posan ante la cámara.
-Y así paso a paso, por un camino encantado, a veces pedregoso y siempre compañero llegamos a un pequeño puerto o collado donde las coníferas toman el relevo al bosque en galería. Ahora rodeados de pinos, con el martilleo de algún que otro pájaro carpintero labrándose su nido marcamos nuestros pasos en busca de la casa de la Zarca. La huella del jabalí, la del venado y con un poco de suerte su presencia nos hace sentirnos ensimismados en este tramo, ya que aunque al principio es una pista forestal más transitada, enseguida la bajada a la Zarca se transforma en un camino más angosto propicio para ser vistos. Finalizada la bajada subimos ahora ya por la pista forestal y más tarde por un cortafuegos en busca del punto de partida, ahora convertido en meta.
-Una vez más la ruta toca a su fin.