Por el sector noreste de la Sierra del Buitre (Moratalla)

Entretenida salida por la zona noreste de la Sierra del Buitre, territorio inexplorado por mí y que me ha regalado unas buenas horas de actividad y paisajes.

Partimos desde la carretera de Caravaca, junto a un recinto con camiones y al lado de la Policía Local. Hay una explanada amplia en la que se puede aparcar. Cruzamos la carretera para adentrarnos en el pinar. Apenas unos segundos y ya estamos en pleno bosque.

El primer tramo combina monte y olivares. Ya desde el principio veremos que la profusión de caminos y senderos es más que interesante, y nos quedamos con ganas de adentrarnos en cada uno de los que descartamos.

Al principio casi no ascendemos, incluso perdemos altitud durante unos metros, pero el itinerario acaba entroncando con un camino inconfundible por su suelo gris oscuro. De hecho, al verlo desde la aplicación creía que era asfalto, pero no, es que la tierra es de ese color.

Aquí comienza a incrementarse la pendiente, aunque también habrá momentos de tregua. Sobrepasaremos los mil metros de altitud cuando conectemos con la pista forestal que rodea el Buitre.

Estamos en el punto más alto de esta ruta, y también el más bello. A nuestra derecha se extienden los campos al noreste. A la izquierda domina la imponente mole del Buitre, coronada por un grupo de antenas. Y nosotros caminamos por un bucólico camino en una planicie despejada.

Llaneamos durante un kilómetro aproximadamente y tomamos un camino a la derecha que baja con decisión. Aún no me he cruzado con una sola persona. Tampoco he visto animales terrestres, parece que sólo estamos las aves y yo.

Avanzo sin prisas, disfrutando del ambiente sosegado de este domingo por la mañana. Algunos senderos surgen a los lados, pero los ignoramos hasta que la pista se vuelve del color gris oscuro que vimos en el camino de subida y hace una curva de 80° a la derecha. Aquí sí que vamos a caer en la tentación de seguir una senda y pasar del sosiego del camino al divertimento de un firme más trialero, más aún debido al barro que acumula tras las lluvias de las últimas semanas.

Tras un buen rato de senda, acabamos por desembocar en un camino roto junto a una casa y unas naves. Estamos a las puertas de Moraralla, que hemos entrevisto furtivamente durante el descenso.

Así llegamos a la carretera de Caravaca, pero a un kilómetro del coche. Cruzamos para seguir las marcas del Camino de la Vera Cruz. Esta carreterita hace curva a la derecha, pero antes de continuar seguiremos de frente para ver el puente de madera sobre el río Benámor.

Ya de vuelta a la carretera, la seguimos unos metros para dejarla por un camino de tierra, siguiendo las indicaciones del Camino de la Vera Cruz. De esta forma culminamos esta ruta fácil, exenta de complicaciones y muy entretenida. Lo mejor, el entorno y las vistas desde la pista forestal bajo la pared del Buitre.