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POR LA COSTA DE CARTAGENA, 2018, DE CABO DE PALOS A LA AZOHÍA - SENDA 01 de 12; FARO DE CABO DE PALOS A LA CALA DE LAS MULAS

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Trail stats

Distance
11.76 mi
Elevation gain
1,476 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
1,217 ft
Max elevation
369 ft
TrailRank 
32
Min elevation
-45 ft
Trail type
One Way
Moving time
3 hours
Time
4 hours 22 minutes
Coordinates
2822
Uploaded
January 7, 2018
Recorded
January 2018
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near Cabo de Palos, Murcia (España)

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Itinerary description

Donde estaba ubicada la Torre de San Antonio, en el mismo faro del Cabo de Palos, arrancamos antes de las 8:00 horas, para que, siguiendo la costa, mientras que nuestra estrella se desperezaba detrás de las nubes y las olas vertían su espuma blanca sobre los esquistos, bajar al puerto del lugar y patear La Barra, atravesar Cala Flores y enganchar el GR92 que nos llevó hasta la misma playa de Cala Reona. Preciosas las formaciones rocosas de dunas fósiles en la parte oriental de esta cala. Atravesamos la arena y nos situamos por encima de El Bufadero, esa gran galería minera que conecta con el mar y por la que se embarcaba el mineral, en la que, en días de fuerte oleaje, el agua y la espuma blanca entran con tal fuerza que producen un estruendo similar al resoplido de las ballenas, razón por lo que le llaman el bufadero.

Al tomar altura comenzamos a ver pozos, galerías y escombreras fruto de una intensa actividad minera que, ya por el s. IV a.C. y hasta el s. XX, aunque en periodos muy discontinuos, se desarrollara para la obtención de plata, plomo, hierro y Cinc. Hablan del famoso filón Poderoso, la veta de galena argentífera más rica de esta sierra. Abajo Cala Cocón, con su cueva de difícil acceso donde se refugiaba la foca monje o lobo de mar, desaparecida de nuestro litoral como consecuencia de una caza descontrolada. Debido al fuerte oleaje nos fue imposible bajar a esta preciosa cala.

Preciosos los acantilados formados por rocas metamórficas, de esquistos de un intenso color negro, de antigüedad aproximada de unos 20 millones de años, lo que las confiere como de las más antiguas de la región. Singular y sorprendente Punta Barriga. Al mirar al mar observarás emerger gran cantidad de picos que en realidad son vértices de la parte sumergida de las cordilleras Béticas. Las llaman Islas Hormigas. Inconfundibles los pliegues acostados de Punta Espada, provocados por la fuerza de colisión entre placas tectónicas, la que recorrimos por su filo y donde nos retratamos. El contraste de estos esquistos oscuros con el color más claro de la arena y las dunas hizo que los marinos llamaran al lugar como Cala Blanca, de donde procede el nombre de Calblanque.

Preciosa playa. Se trataba de la Cala de los Déntoles o Cala Dorada. Está situada entre Punta Espada y Punta negra. Después de disfrutarla subimos al Mirador de Punta Negra, habilitado recientemente y que, en realidad, es la basada de un antiguo proyector utilizado como ayuda de la batería de Cenizas. Allí el tentempié y la foto de rigor, te sorprenderán las vistas, si lo visitas.

Bajamos a Cala Cala Magre, donde existen sedimentos de color rojizo, tono característico del óxido de hierro. Dicen que posiblemente su nombre se debe al término “almagre”, típico de tierras arcillosas de esta tonalidad. La recorrimos, seguimos con Cala Arturo y la pateamos, saltamos a la Playa de Calblanque y nos extasiamos con su arena, mientras la música celestial de las olas acariciaba nuestros tímpanos. La visión de la espuma blanca y el reflejo de las nubes y el cielo en los charcos de la playa eran todo un gozo.

Salvamos Punta Blanca para enganchar el sendero que circunda las Salinas del Rasall, habilitadas el pasado siglo aprovechando una laguna donde se acumulaban las aguas de lluvia. Dejaron de funcionar en 1990 y ahora es Zona de Reserva Ambiental y se utiliza como humedal para albergar especies propias de éstos. Descartamos circular la pasarela de las dunas fósiles y nos internamos directamente en el “arboretum”, especie de jardín que alberga las plantas y árboles más representativos de Calblanque, monte de Las Cenizas y Peña del Águila. Mención especial hacen los pasquines informativos del “ciprés de Cartagena” o “sabina mora”, considerado reliquia de la Era Terciaria, ya que es en las sierras de Cartagena donde se localiza su única población.

Por el GR admiramos la playa de Las Cañas, la extensa Playa Larga y recabamos en Negrete para subir a su punta. Doblamos al norte por Playa Parreño y abandonamos el GR para disfrutar las calas del Muerto y El Reventón, la Punta del Hacho y las también calas de Hunco y las Mulas, desde donde volvimos a la Fuente Grande de Los Belones.

A las 12:00 horas los deberes hechos. Recogimos el otro coche junto al faro y directos a la Taberna del Martillo. Allí el culto a la rubia. Salud.

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