Por la garganta del Navalacruz.

NOTA IMPORTANTE: Esta información tiene únicamente carácter orientativo, quienquiera que haga uso y seguimiento total o parcial del track y su texto adicional asume la plena responsabilidad ante los riesgos propios de la práctica de la actividad senderista.

Ruta circular por ambas vertientes de esta profunda garganta, una de las situadas al sur de la sierra de la Paramera, donde se alternan alturas y valles hacia la depresión del río Alberche y las elevadas cumbres de Gredos.

Partimos de la carretera AV-905, junto al puente donde atraviesa el arroyo Navalacruz, y pretendemos ascender por antiguos caminos que atraviesan la espesa vegetación de esta vertiente sur de la garganta; y digo pretendemos porque, a poco de comenzar nuestra marcha, nos encontramos con frondosos zarzales que se han ido adueñando de estos espacios antes más transitados y limpios, pero ahora convertidos en barreras que te impiden el paso obligándote a dar continuos rodeos y buscar alternativas por donde avanzar.

Superamos con dificultad estas incidencias hasta dar con pistas más anchas y despejadas por las que reorientamos nuestro rumbo hacia el oeste, progresando ahora sí a buen ritmo. Llegamos a un punto donde el horizonte se abre y el camino serpentea hacia las alturas de la garganta, haciendo más fuerte su desnivel de subida; incrementamos por tanto el esfuerzo, requerido además por la nieve que empezamos a pisar caída en días anteriores, medio helada y endurecida, pero que en algunos tramos de ventisquero se ha acumulado en exceso y cede a nuestros pasos ralentizándonos la marcha.

Llegamos así al pueblo de Navaquesera, situado en un páramo a más de 1.500 m de altitud; con frío ambiente y el azote del viento recorrimos el entorno casi solitario de esta población, y bordeamos su pequeño cerro del Cabezuelo hasta encontrar un lugar algo abrigado para hacer la parada de avituallamiento.

Tras este corto descanso, pretendimos descender campo a través por la empinada garganta del arroyo del mismo nombre que el pueblo, para enlazar con la senda que conduce a la vecina población de Navalacruz; pero la nieve acumulada entre los profundos huecos de rocas y vegetación nos atrapaba peligrosamente al esconder sus oquedades y no tuvimos más alternativa que desandar camino y retornar a los límites de Navaquesera, para retomar la pista por la que ascendimos y, ahora en descenso, llegar al punto de desvío a la senda que lleva hacia Navalacruz. Una vez en ésta, todo se facilitó y llegamos con comodidad hasta este otro pueblo.

Recorrimos sus calles hasta cruzar el arroyo por uno de los puentes que lo atraviesan y, ya en la otra vertiente de la garganta, tomamos el ramal GR-10 3 que nos llevó por sus laderas bajas y soleadas hasta el lugar de inicio y final de la ruta, sin más inconveniente que un pequeño tramo que hubimos de hacerlo junto a la carretera por evitar espacios de una finca particular.