Por La Illa de Arousa
near A Salga, Galicia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Hace poco volvimos a visitar A Illa de Arousa. En esta ocasión comenzamos a caminar desde el aparcamiento que hay a la izquierda nada más entrar en la isla.
Y lo hacemos sobre la pasarela de madera paralela a la Playa de O Bao-Camaxe a nuestra izquierda, cuyas arenas blancas no dudamos en pisar.
Continuamos por la senda peatonal sin dejar de ver las sucesivas playas que van cambiando de nombre.
La vista se recrea en la suavidad de la superficie marina que se confunde con el cielo en la lejanía en la que conseguimos vislumbrar la silueta del puente sobre las aguas.
La arena nos tienta y son varias los momentos en que sucumbimos a su encanto.
Hay veces en las que el camino mismo es arenoso trazándonos la blanca ruta a seguir.
La vegetación que vamos encontrando en esta primera parte está formada sobre todo por pinos y por plantas que soportan bien la salinidad de la zona.
Llegamos así a Punta de Xastelas y luego a Punta Arnelas. La bajamar nos permitió subirnos a diferentes promontorios y disfrutar de diferentes y curiosas formaciones rocosas.
Continúa el caminante su periplo envuelto en la belleza que emana de cada rincón. Oteando a lo lejos el faenar de los barcos y las bateas en la mar.
Y pisando la mullida alfombra marrón tejida por La Madre Naturaleza con las olorosas agujas de los pinos.
No nos resistimos a la llamada emotiva de Playa Lombeira Y otras calas con innegable encanto.
Nos asombró el manto verde de las algas en La Playa das Agullas, en donde un pescador faenaba y una familia de nutrias se daba un refrescante bañito.
Seguimos caminando y lo hacemos ahora alejándonos momentáneamente de la vista del mar por un camino nuevo ideado para favorecer la regeneración dunar.
Pero en seguida retomamos contacto con el líquido elemento en Punta do Castelo.
Coloridas rocas nos saludan y alegran el ánimo de los senderistas.
Pasamos Punta Carreirón y seguimos conociendo más Puntas, senderos y Playas. Y recordando rocas graciosas vistas en la jornada.
Divisamos en la otra orilla El Molino de Mareas. Y con todo lo visto y vivido nos reafirmamos una vez más en la idea de que vivimos en un paraíso: Galicia.
Reseñar que esta es una ruta fácil para el caminante pero que no cuenta con señalización alguna. Además hay variedad de senderos por los que caminar por lo que si se quiere seguir esta ruta tal cual nosotros la realizamos es conveniente la ayuda del GPS.
Y lo hacemos sobre la pasarela de madera paralela a la Playa de O Bao-Camaxe a nuestra izquierda, cuyas arenas blancas no dudamos en pisar.
Continuamos por la senda peatonal sin dejar de ver las sucesivas playas que van cambiando de nombre.
La vista se recrea en la suavidad de la superficie marina que se confunde con el cielo en la lejanía en la que conseguimos vislumbrar la silueta del puente sobre las aguas.
La arena nos tienta y son varias los momentos en que sucumbimos a su encanto.
Hay veces en las que el camino mismo es arenoso trazándonos la blanca ruta a seguir.
La vegetación que vamos encontrando en esta primera parte está formada sobre todo por pinos y por plantas que soportan bien la salinidad de la zona.
Llegamos así a Punta de Xastelas y luego a Punta Arnelas. La bajamar nos permitió subirnos a diferentes promontorios y disfrutar de diferentes y curiosas formaciones rocosas.
Continúa el caminante su periplo envuelto en la belleza que emana de cada rincón. Oteando a lo lejos el faenar de los barcos y las bateas en la mar.
Y pisando la mullida alfombra marrón tejida por La Madre Naturaleza con las olorosas agujas de los pinos.
No nos resistimos a la llamada emotiva de Playa Lombeira Y otras calas con innegable encanto.
Nos asombró el manto verde de las algas en La Playa das Agullas, en donde un pescador faenaba y una familia de nutrias se daba un refrescante bañito.
Seguimos caminando y lo hacemos ahora alejándonos momentáneamente de la vista del mar por un camino nuevo ideado para favorecer la regeneración dunar.
Pero en seguida retomamos contacto con el líquido elemento en Punta do Castelo.
Coloridas rocas nos saludan y alegran el ánimo de los senderistas.
Pasamos Punta Carreirón y seguimos conociendo más Puntas, senderos y Playas. Y recordando rocas graciosas vistas en la jornada.
Divisamos en la otra orilla El Molino de Mareas. Y con todo lo visto y vivido nos reafirmamos una vez más en la idea de que vivimos en un paraíso: Galicia.
Reseñar que esta es una ruta fácil para el caminante pero que no cuenta con señalización alguna. Además hay variedad de senderos por los que caminar por lo que si se quiere seguir esta ruta tal cual nosotros la realizamos es conveniente la ayuda del GPS.
Waypoints
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GRUPO DE ANDAINAS RÍAS BAIXAS
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Si te gusta el mar no puedes dejar de hacerla. Cada rincón más bonito que el anterior.