Por las entrañas de los Riscos de Cartajima y Juzcar

Ruta diferente por los Riscos de Cartajima y Juzcar, partiendo de Cartajima y atravesando los riscos campo a través por donde el torcal nos va permitiendo, evitando en gran parte los senderos. Aunque ni por distancia ni por desnivel pudiera parecerlo, el continuo subeybaja de escalones que ni siquiera refleja el GPS supone un buen tute para las piernas. Técnicamente no requiere más que paciencia y soltura para andar por este tipo de terreno, con algún paso algo expuesto que puede evitarse fácilmente, depende de lo que queramos hacer. No se trata de un track para seguirlo al milímetro, simplemente una referencia para hacer trazados diferentes por esta zona.

Hay que advertir que la ruta discurre en parte por una finca privada, por lo que en rigor habría que obtener permiso de la propiedad, aunque nosotros no saltamos ninguna valla para entrar, solo al final, ya muy cerca del pueblo, para salir porque no encontramos otra opción factible (puede modificarse algo el trazado para evitar este salto). En cualquier caso, siempre hay que respetar el monte y a la gente que vive de él.

Salimos del pueblo de Cartajima, dejamos el coche en una pequeña explanada que hay a la entrada, junto al cementerio. Justo enfrente sale la Vereda de Estepona a Ronda, que seguimos unos metros hasta una casa, luego continuamos subiendo entre vallas, cruzamos el Arroyo Blanco y pasamos una cancela cerrada con cerrojo pero sin candado.
Desde el principio tenemos vistas al Malhacer y al Cancho Almola.



Poco a poco el terreno se va haciendo más pedregoso, nos vamos acercando a los riscos y comenzamos a trepar por ellos.



La progresión es lenta y entretenida, buscando la mejor manera de seguir subiendo, y tenemos que usar las manos en muchas ocasiones.



Conforme ascendemos van apareciendo formaciones más interesantes en el relieve kárstico.



Con un mínimo de imaginación pueden verse todo tipo de figuras entre estas piedras, unas pocas tienen nombre conocido, otras miles no.



Al llegar a lo más alto aparece impresionante la otra vertiente de los riscos, por ella subiremos luego.



Bajamos unos metros y cruzamos el sendero que en sentido sur se dirige al Cortijo Herrero, punto de inicio habitual para las rutas por estos riscos. Siguiéndolo hacia la derecha, hacia el norte, llegaríamos al Cerro Malhacer y al Cancho Almola, o bien al Cerro Bolinas y Jarastepar.



Pero nosotros lo cruzamos y seguimos campo a través subiendo hacia los riscos más altos. Encontramos una canal por la que trepamos con cierta dificultad.



Luego nos adentramos en lo más profundo del torcal a través de grietas y estrechos callejones que nos envuelven.



Las trepadas son continuas por esta zona, buscando el paso que nos permita avanzar en la dirección que queremos.



Esta parte de la ruta es la más espectacular y vamos disfrutando de cada paso, caminamos inmersos en un espacio fractal que nos envuelve.



Al llegar a lo más alto, alrededor de 1150 msnm, giramos hacia el sur para recorrer las entrañas del torcal por esta parte alta. La progresión es muy lenta, subiendo y bajando riscos, colándonos por estrechas ventanas y adentrándonos en angostos y sinuosos callejones, pero sorprendentemente siempre nos deja pasar, siempre aparece una vía practicable que nos permite seguir avanzando.



Luego, cuando ya hemos disfrutado suficientemente de este entorno mágico, comenzamos a bajar hacia el oeste en busca de un sendero –prácticamente perdido– que nos llevará hasta el sendero balizado de Las Eras.



El descenso también es entretenido, y cuando llegamos al sendero –por llamarlo de alguna forma– tampoco es que nos ayude mucho porque está tomado por la vegetación –retama y espinos sobre todo– y tenemos que salirnos de él en muchas ocasiones para esquivarla.



El Sendero de las Eras –SL-A 176– sí se encuentra en perfectas condiciones, y nos permite relajarnos un rato, aunque al principio hay que volver a subir 40 ó 50 metros.



Cuando llegamos al panel que nos informa del origen de este particular entorno geológico, el sendero oficial gira a la derecha hacia el Cortijo del Herrero, nosotros tomaremos a la izquierda en dirección al punto donde lo cruzamos esta mañana, pero antes nos acercaremos a “El Águila”, una de las formaciones más conocidas y características de estos riscos.



Luego seguimos hacia el norte por un sendero mucho menos pisado, invadido por la retama en algunos tramos aunque la traza es bastante clara. Todo el entorno de los Riscos es espectacular, no dejan de sorprendernos estas extrañas formaciones rocosas.



Más adelante abandonamos el sendero y nos dejamos tragar de nuevo por el karst en dirección este, hacia Cartajima, buscando cerrar el círculo.



Después, con el pueblo ya a la vista, emprendemos la bajada por la vertiente este de la Loma del Garbán, tan entretenida como todo el recorrido.



Ya en la parte baja, muy cerca de la carretera, nos topamos con una valla que nos vemos obligados a saltar, es el único punto donde hemos tenido que hacerlo, y no para entrar sino para salir de la finca. Se puede modificar el recorrido final para no tener que hacerlo, y pasar por la cancela que cruzamos al principio.

Es una ruta extraordinaria para amantes de las piedras, que puede modificarse fácilmente según nuestras preferencias.