Por las huertas y fuentes de Carcabuey

Aprovechando la celebración durante este fin de semana del Membrillo Festival de Carcabuey, vuelvo a recorrer los alrededores de este bello pueblo de la Subbética. El membrillo es un cultivo de tradición centenaria en Carcabuey, que es el centro de la producción en el sur de la provincia (también destacan Rute y la aldea de Zagrilla de Priego, aunque se comercializa en las Almazaras de la Subbética de Carcabuey, desde donde se distribuye al mercado nacional e internacional también-Portugal, Alemania o Israel por ejemplo). Es el segundo cultivo, tras el olivar, de la zona. Ahora se está recolectando el membrillar de regadío; el de secano tardará unas semanas, en función de que llueva, para despojar al membrillo de su pelusa y que tome su color entre amarillo y verdoso.

La ruta la inicio en Fuente Catalina, una fuente rural junto a la CO-7209 algo más de 1 km antes del pueblo; subo unos metros por la carretera hasta tomar el camino que lleva al Puente Califal, del siglo X, la cañada Cogollo, junto al arroyo del Pontón.
Llegamos al puente, que salva el arroyo del Palancar, recientemente restaurado, de un solo ojo en arco de medio punto, fábrica de sillería y con tablero en suave lomo de asno con pavimento de cantos rodados dispuestos en bandas; formaba parte en época califal de la principal vía de comunicación de la comarca, entre la Cora Baguh (Priego) y Qurtuba. Por aquí pasa la vía pecuaria “Camino de Cabra a Priego”, por la que continúo siguiendo las indicaciones del SL-A 259. Al poco se pasa bajo un puente de la A-339, junto a la Cooperativa Agrícola Almazaras de la Subbética, y luego se atraviesa la CO-7210, para continuar por camino terrizo, hasta que llegamos a la bifurcación que, a la izquierda, lleva a la Fuente de las Palomas; sigo a la derecha, por un tramo muy bonito entre membrillares y acompañado del rumor del agua de la acequia, que termina en el camino del Ventorrillo, junto a un puente sobre el Palancar. Se continúa a la derecha por la pista cementada y luego a la izquierda en la siguiente bifurcación, todo muy bien señalizado con las marcas del SL-A 259. Siguiendo las mismas, abandonamos el camino por una senda a la derecha, entre olivos, con vistas al castillo de Carcabuey y con aroma a hinojo. Hay que cruzar ahora sí la A-339, para continuar por el camino del Ventorrillo hacia el pueblo, que quedará a nuestra derecha, llegando a la carretera junto a la antigua fábrica de aceite de orujo y jabones San Sebastián.
Ahora se continúa por el SL-A 260 Fuente Dura, junto a la carretera A-3226 durante unos metros, pasando un puente sobre el arroyo Morisco y girando a la derecha tras pasar junto a una nave de una empresa de transportes, para seguir por el camino del Guindal, que sube por las estribaciones de la Sierra de los Pollos; llegamos a Fuente Dura, una surgencia de agua subterránea que mana por varias grietas, así conocida porque siempre tiene algún caudal de agua, incluso en época de pertinaz sequía.
Ahora continúo por el camino en bajada a la derecha y al poco lo abandono, atrochando por un olivar hasta llegar otra vez a un camino que desemboca en la carretera; tras cruzarla, sigo por el camino del Chorrillo al Fontanar, pasando por estas fuentes, antes de conectar con la CO-7211, a la salida (o entrada, según se mire) del pueblo. Ahora subo hacia la ermita del Calvario y unos metros más arriba, hasta el mirador del Cerro Moro, con vistas de la Sierra de los Pollos, la Horconera con el pico Bermejo, Sierra Alta de Rute, Sierra Gallinera, la Algaida y la Luca y el Lobatejo. Tras un refrigerio junto a la sencilla ermita, del siglo XVIII, que en tiempos fuera habitada por un ermitaño, bajo al pueblo y lo cruzo hasta el inicio del sendero de la Luca, tras pasar junto al Cuartel de la Guardia Civil. Sigo por el sendero, por la vereda del Carmen, que en su primera parte es un camino rural, entre olivos, membrillos y algunos granados (también paso junto a una colonia de zumaques) y, tras cruzar un olivar, se convierte en una bonita senda, entre una acequia y un pequeño murete de piedra. Desemboca en las Fuentes de los Castillejos, desde donde sólo resta continuar a la derecha por la pista de tierra que en pronunciado descenso conecta con la carretera, a unos escasos 400 metros de la Fuente Catalina.

La ruta no entraña mucha dificultad, aunque por su longitud la he calificado de moderada.