Por los senderos de Sierra Gorda, Sierra de San Jorge, Fuente de los Cien Caños y Guadalhorce (Villanueva del Trabuco)
near Villanueva del Trabuco, Andalucía (España)
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Itinerary description
Ruta por las Sierras Gorda y de San Jorge (en el extremo oriental de la Sierra de Camarolos), en el entorno de Villanueva del Trabuco (situada al pie de estas sierras, que forman parte del Arco Calizo Central de Málaga), enlazando algunos de los senderos homologados (y muy bien señalizados) y visitando la Fuente de los Cien Caños, declarada Monumento Natural de Andalucía y considerada popularmente como el nacimiento del río Guadalhorce (que en realidad tiene su origen como un pequeño regato junto a un chopo en en el Cortijo de Juan Hoz, en el paraje conocido como Puerto de los Alazores perteneciente al término municipal de Loja, en el límite con la provincia de Granada).
Desde Córdoba se llega por la A-45, tomando la salida 114 para poco después volver a la autovía por el ramal A-92M, en dirección Granada, que a su vez se deja por la salida 16 en dirección a Villanueva del Rosario, continuando por la A-7203 hasta llegar a Villanueva del Trabuco. Aquí aparco en el Paseo de San Isidro, junto a la ribera del Guadalhorce (que cruza la localidad), junto a unos bonitos murales y frente al nombre del pueblo en grandes caracteres: el topónimo de Trabuco ya existía en el siglo XV y podría tener relación con que en ese lugar se construyó un trabuco (un tipo de catapulta), probablemente para usarse en la toma de Loja en 1486 durante la Guerra de Granada (aquí acamparon en abril de 1487 las tropas capitaneadas por el Marqués de Cádiz que, junto a las mandadas por el rey Fernando el Católico, habían partido desde la Peña de los Enamorados y las Huertas de Archidona para conquistar Vélez-Málaga). Aunque la leyenda relaciona el nombre con un ventero del lugar que, en sus continuos viajes a Archidona para proveerse de víveres, era asaltado por los caminos para robarle las mercancías, por lo que se compró un trabuco que siempre llevaba consigo y por lo cual los archidoneses, cuando lo veían llegar, decían “aquí viene el tío del trabuco”.
Aunque esta leyenda no tiene base histórica, esta arma de fuego se encuentra, entre casas, en el centro del escudo del pueblo.
Salgo del núcleo urbano por el Camino de la Dehesa, que aquí coincide con el sendero GR7/E4 (el Sendero Europeo E-4 es el más largo de Europa, comenzando en el Templo de Delfos en Grecia y finalizando en Tarifa, y se ha convertido en el primer sendero intercontinental, ampliado por la parte africana con el A-1, que recorre el norte de África desde Ceuta hasta llegar al Sahara). El Camino de la Dehesa es una pista asfaltada que asciende entre olivos algo más de 2 kilómetros hasta enlazar con la variante del sendero Sierra Gorda PR-A 394.1 (que continúa a la izquierda hacia la Fuente de la Pita, coincidiendo con el GR 7); el camino principal se interna en una cantera (de propiedad privada), mientras que el PR pasa junto al Peñón del Oso (donde se han hallado restos del Calcolítico) y rodea la cantera. En este punto sigo las indicaciones del poste direccional para continuar por el PR-A 394.1 en dirección al Mirador Alto de Hondonero, pero me despisto bajando un camino junto a la cantera, a la que puedo acceder después por una puerta abierta: tras salir de la cantera, retomo el sendero balizado (a la salida de una angarilla), que atraviesa una finca privada de la que se sale por otro portillo, entrando en un denso pinar. Tras salir del mismo, el sendero pasa por prados pedregosos junto al Hoyo Hormiga (una dolina o depresión
kárstica), con el imponente Pico Chamizo (1641 msnm) al frente. En estos bellos pagos, por desgracia, me adelantan por el estrecho senderillo tres motocicletas…
El sendero se acerca al cauce del arroyo Plao Toril (donde nace el manantial) y luego se bifurca: a la derecha se dirige al Mirador del Alto Hondonero y el de la izquierda (ya coincidiendo con el GR 249 Gran Senda de Málaga, el PR-A 394 Sendero de Sierra Gorda y el SL-A
268 Sendero del Hondonero) sigue por la Vereda del Camino de Alfarnate, subiendo hacia el Puerto del Quejigo mientras deja a la derecha el Chamizo y el Rodaero (desprendimiento rocoso que tiene su origen en las cumbres de la Sierra del Jobo). Desde aquí hay unas fantásticas vistas de las sierras circundantes y, a sus pies, la vega de Archidona, donde abundan las huertas regadas por las aguas de Sierra Gorda y de San Jorge. Sigo el Sendero de Sierra Gorda, cruzando una nueva angarilla (tras dejar a la derecha el Sendero del Hondonero) y alcanzando el Puerto del Quejigo, a 1400 metros de altitud. Muy cerca hay un abrigo de curioso nombre, la Cueva de Toma y Bebe. Tras visitarla, sigo el sendero en descenso hacia Trabulea, complejo recreativo y de Educación Ambiental que incluye un Aula de Naturaleza y un Parque de Arborismo. Antes el sendero discurre por bellos parajes, junto al cauce del incipiente arroyo de las Chozas. Ya en Trabulea, merece la pena acercarse a un mirador frente al Cerro del Tajo.
Tras dejar Trabulea, me incorporo a una amplia pista de tierra (la Realenga
de Alfarnate, también conocida como Camino del Camping), dejando el GR 249 y bajando ahora por el PR-A 353 Sendero Sierra de San Jorge, con vistas a Villanueva del Trabuco. Bajo por la pista, junto al arroyo de las Chozas, en la confluencia de Sierra Gorda y la de San Jorge, dejándola al cabo de un kilómetro introduciéndome en el pinar de repoblación y saliendo al camino de los Poyales, que circunda la Sierra de San Jorge y se dirige hacia la Fuente de los 100 Caños, situada en sendos paredones de una ladera caliza: aquí el agua fluye por gran número de surgencias, recogida por varias acequias comunicadas las superiores con las inferiores mediante múltiples caños (en puridad 101). Afortunadamente, gracias a las últimas lluvias, la fuente puede lucir con el sonido y la visión del fluir del líquido elemento.
Esta fuente, canalizando el agua que mana de la Sierra de San Jorge hasta el río Guadalhorce, constituye el aporte más importante en su tramo inicial (motivo por el que es el punto de inicio del GR 248 Gran Senda del Guadalhorce). Este río, con sus 166 kilómetros hasta desembocar junto a la capital (en el Paraje Natural Desembocadura del Río Guadalhorce), es el de mayor longitud de la provincia, transcurriendo en exclusiva por su interior donde recorre lugares tan emblemáticos como el Desfiladero de los Gaitanes, que ha ido formando a lo largo de millones de años; y también es el más caudaloso, recogiendo junto con sus afluentes las aguas de más de la mitad de la superficie de la provincia malacitana. Conocido en la antigüedad como Malacae fluvius, pasó a llamarse con los árabes Wuad-al-Horce o río del trigo, en referencia a los cultivos que se encontraban a su paso por la depresión de Antequera y, con la conquista cristiana, Guadalquivirejo, aunque este nombre no consiguió perpetuarse en el tiempo. De régimen pluvial (con un mínimo caudal muy acentuado en verano), en el día de hoy, merced a las recientes precipitaciones, es posible recorrer la etapa 1 de la Gran Senda del Guadalhorce (hasta Villanueva del Trabuco) con el agradable rumor del agua como compañía, junto a un bosque de galería donde predominan los fresnos (también lo componen mimbreras, sauces, chopos, álamos, olmos, rosales silvestres, juncos, majuelos, helechos moriscos, adelfas, carrizos, hiedras, moreras…)
Este sendero forma parte además de la Ruta del Agua (indicada con marcas azules y que usa también la señalización del PR-A 394 y del PR-A 353); se dirige, acompañado por el PR-A 339 Sendero Fuente de los 100 Caños, tras pasar junto a una amplia área recreativa, hacia un senderillo que cruza el arroyo del Higueral (originado en la Fuente de los Cien Caños; junto a los de la Chocilla, de la Pita y Gibalto dan lugar a su vez al Guadalhorce). Pocos metros más adelante cruza el “imberbe” Guadalhorce por un puentecito para continuar junto a su margen derecho hasta las proximidades del Molino Jabonero (que conserva su antigua maquinaria empleada para la extracción de aceite), donde se vuelve a cambiar de orilla (aquí se separa el PR-A 339 para volver a la Fuente de los Cien Caños siguiendo caminos rurales, salpicados de importantes cortijadas de la zona).
Caminando ahora por su margen izquierdo, entre el río y el olivar, se pasa junto a la Fuente de las Monjas (en las cercanías del cortijo homónimo), en tierras que, como indican los nombres, pertenecieron hasta la Desamortización de Mendizábal, a congregaciones religiosas (como más adelante los Frailes, donde vuelve a cruzarse el río por un puente de mayor entidad); un último cambio de ribera se hace más adelante por un vado inundable, continuando por la misma hasta la entrada en la población (donde, pese al escaso caudal que con frecuencia lleva en su curso alto, el Guadalhorce se encauza porque en ocasiones se han conocido avenidas torrenciales). Varios puentes la cruzan, como el de San Antonio, con su ermita del mismo nombre, erigida por un vecino en memoria de su abuelo "Antoñico" Rosa; en su interior alberga una antigua imagen de San Antonio originalmente emplazada en una hornacina de la fachada de una fábrica de pan cercana.
Acompañado por una fina lluvia, doy un corto paseo por el pueblo, pasando por la Plaza de España (uno de los accesos al Barrio de los Villares, el más antiguo del municipio), antes de llegar frente a la Iglesia Parroquial de la Virgen de los Dolores, el edificio de mayor interés de Villanueva del Trabuco: fue levantada a finales del siglo XVIII sobre la primitiva Ermita de Santa María Egipcíaca (de mediados del XVII), tras la fundación del pueblo según las disposiciones de Carlos III para repoblar territorios andaluces escasamente habitados (y que en muchas ocasiones eran guarida de bandoleros). Este origen lo comparte con otros cuatro municipios malagueños que llevan el nombre de
"Villanueva": Villanueva de Algaidas, Villanueva de Tapia, Villanueva del Rosario y Villanueva de la Concepción.
Finalizo la ruta, tras pasar por la Plaza del Prado, cruzando otro puente sobre el Guadalhorce con otra pequeña ermita (que recibe el nombre de Ermita de la Virgen del Puente), que guarda una pequeña talla de la Virgen de los Dolores: tras instalarla en la ermita, fue retirada durante una gran tormenta por el riesgo de ser arrastrada por las aguas del río y después, durante la Guerra Civil, fue escondida para que no la quemasen (y así permaneció durante 28 años).
Desde Córdoba se llega por la A-45, tomando la salida 114 para poco después volver a la autovía por el ramal A-92M, en dirección Granada, que a su vez se deja por la salida 16 en dirección a Villanueva del Rosario, continuando por la A-7203 hasta llegar a Villanueva del Trabuco. Aquí aparco en el Paseo de San Isidro, junto a la ribera del Guadalhorce (que cruza la localidad), junto a unos bonitos murales y frente al nombre del pueblo en grandes caracteres: el topónimo de Trabuco ya existía en el siglo XV y podría tener relación con que en ese lugar se construyó un trabuco (un tipo de catapulta), probablemente para usarse en la toma de Loja en 1486 durante la Guerra de Granada (aquí acamparon en abril de 1487 las tropas capitaneadas por el Marqués de Cádiz que, junto a las mandadas por el rey Fernando el Católico, habían partido desde la Peña de los Enamorados y las Huertas de Archidona para conquistar Vélez-Málaga). Aunque la leyenda relaciona el nombre con un ventero del lugar que, en sus continuos viajes a Archidona para proveerse de víveres, era asaltado por los caminos para robarle las mercancías, por lo que se compró un trabuco que siempre llevaba consigo y por lo cual los archidoneses, cuando lo veían llegar, decían “aquí viene el tío del trabuco”.
Aunque esta leyenda no tiene base histórica, esta arma de fuego se encuentra, entre casas, en el centro del escudo del pueblo.
Salgo del núcleo urbano por el Camino de la Dehesa, que aquí coincide con el sendero GR7/E4 (el Sendero Europeo E-4 es el más largo de Europa, comenzando en el Templo de Delfos en Grecia y finalizando en Tarifa, y se ha convertido en el primer sendero intercontinental, ampliado por la parte africana con el A-1, que recorre el norte de África desde Ceuta hasta llegar al Sahara). El Camino de la Dehesa es una pista asfaltada que asciende entre olivos algo más de 2 kilómetros hasta enlazar con la variante del sendero Sierra Gorda PR-A 394.1 (que continúa a la izquierda hacia la Fuente de la Pita, coincidiendo con el GR 7); el camino principal se interna en una cantera (de propiedad privada), mientras que el PR pasa junto al Peñón del Oso (donde se han hallado restos del Calcolítico) y rodea la cantera. En este punto sigo las indicaciones del poste direccional para continuar por el PR-A 394.1 en dirección al Mirador Alto de Hondonero, pero me despisto bajando un camino junto a la cantera, a la que puedo acceder después por una puerta abierta: tras salir de la cantera, retomo el sendero balizado (a la salida de una angarilla), que atraviesa una finca privada de la que se sale por otro portillo, entrando en un denso pinar. Tras salir del mismo, el sendero pasa por prados pedregosos junto al Hoyo Hormiga (una dolina o depresión
kárstica), con el imponente Pico Chamizo (1641 msnm) al frente. En estos bellos pagos, por desgracia, me adelantan por el estrecho senderillo tres motocicletas…
El sendero se acerca al cauce del arroyo Plao Toril (donde nace el manantial) y luego se bifurca: a la derecha se dirige al Mirador del Alto Hondonero y el de la izquierda (ya coincidiendo con el GR 249 Gran Senda de Málaga, el PR-A 394 Sendero de Sierra Gorda y el SL-A
268 Sendero del Hondonero) sigue por la Vereda del Camino de Alfarnate, subiendo hacia el Puerto del Quejigo mientras deja a la derecha el Chamizo y el Rodaero (desprendimiento rocoso que tiene su origen en las cumbres de la Sierra del Jobo). Desde aquí hay unas fantásticas vistas de las sierras circundantes y, a sus pies, la vega de Archidona, donde abundan las huertas regadas por las aguas de Sierra Gorda y de San Jorge. Sigo el Sendero de Sierra Gorda, cruzando una nueva angarilla (tras dejar a la derecha el Sendero del Hondonero) y alcanzando el Puerto del Quejigo, a 1400 metros de altitud. Muy cerca hay un abrigo de curioso nombre, la Cueva de Toma y Bebe. Tras visitarla, sigo el sendero en descenso hacia Trabulea, complejo recreativo y de Educación Ambiental que incluye un Aula de Naturaleza y un Parque de Arborismo. Antes el sendero discurre por bellos parajes, junto al cauce del incipiente arroyo de las Chozas. Ya en Trabulea, merece la pena acercarse a un mirador frente al Cerro del Tajo.
Tras dejar Trabulea, me incorporo a una amplia pista de tierra (la Realenga
de Alfarnate, también conocida como Camino del Camping), dejando el GR 249 y bajando ahora por el PR-A 353 Sendero Sierra de San Jorge, con vistas a Villanueva del Trabuco. Bajo por la pista, junto al arroyo de las Chozas, en la confluencia de Sierra Gorda y la de San Jorge, dejándola al cabo de un kilómetro introduciéndome en el pinar de repoblación y saliendo al camino de los Poyales, que circunda la Sierra de San Jorge y se dirige hacia la Fuente de los 100 Caños, situada en sendos paredones de una ladera caliza: aquí el agua fluye por gran número de surgencias, recogida por varias acequias comunicadas las superiores con las inferiores mediante múltiples caños (en puridad 101). Afortunadamente, gracias a las últimas lluvias, la fuente puede lucir con el sonido y la visión del fluir del líquido elemento.
Esta fuente, canalizando el agua que mana de la Sierra de San Jorge hasta el río Guadalhorce, constituye el aporte más importante en su tramo inicial (motivo por el que es el punto de inicio del GR 248 Gran Senda del Guadalhorce). Este río, con sus 166 kilómetros hasta desembocar junto a la capital (en el Paraje Natural Desembocadura del Río Guadalhorce), es el de mayor longitud de la provincia, transcurriendo en exclusiva por su interior donde recorre lugares tan emblemáticos como el Desfiladero de los Gaitanes, que ha ido formando a lo largo de millones de años; y también es el más caudaloso, recogiendo junto con sus afluentes las aguas de más de la mitad de la superficie de la provincia malacitana. Conocido en la antigüedad como Malacae fluvius, pasó a llamarse con los árabes Wuad-al-Horce o río del trigo, en referencia a los cultivos que se encontraban a su paso por la depresión de Antequera y, con la conquista cristiana, Guadalquivirejo, aunque este nombre no consiguió perpetuarse en el tiempo. De régimen pluvial (con un mínimo caudal muy acentuado en verano), en el día de hoy, merced a las recientes precipitaciones, es posible recorrer la etapa 1 de la Gran Senda del Guadalhorce (hasta Villanueva del Trabuco) con el agradable rumor del agua como compañía, junto a un bosque de galería donde predominan los fresnos (también lo componen mimbreras, sauces, chopos, álamos, olmos, rosales silvestres, juncos, majuelos, helechos moriscos, adelfas, carrizos, hiedras, moreras…)
Este sendero forma parte además de la Ruta del Agua (indicada con marcas azules y que usa también la señalización del PR-A 394 y del PR-A 353); se dirige, acompañado por el PR-A 339 Sendero Fuente de los 100 Caños, tras pasar junto a una amplia área recreativa, hacia un senderillo que cruza el arroyo del Higueral (originado en la Fuente de los Cien Caños; junto a los de la Chocilla, de la Pita y Gibalto dan lugar a su vez al Guadalhorce). Pocos metros más adelante cruza el “imberbe” Guadalhorce por un puentecito para continuar junto a su margen derecho hasta las proximidades del Molino Jabonero (que conserva su antigua maquinaria empleada para la extracción de aceite), donde se vuelve a cambiar de orilla (aquí se separa el PR-A 339 para volver a la Fuente de los Cien Caños siguiendo caminos rurales, salpicados de importantes cortijadas de la zona).
Caminando ahora por su margen izquierdo, entre el río y el olivar, se pasa junto a la Fuente de las Monjas (en las cercanías del cortijo homónimo), en tierras que, como indican los nombres, pertenecieron hasta la Desamortización de Mendizábal, a congregaciones religiosas (como más adelante los Frailes, donde vuelve a cruzarse el río por un puente de mayor entidad); un último cambio de ribera se hace más adelante por un vado inundable, continuando por la misma hasta la entrada en la población (donde, pese al escaso caudal que con frecuencia lleva en su curso alto, el Guadalhorce se encauza porque en ocasiones se han conocido avenidas torrenciales). Varios puentes la cruzan, como el de San Antonio, con su ermita del mismo nombre, erigida por un vecino en memoria de su abuelo "Antoñico" Rosa; en su interior alberga una antigua imagen de San Antonio originalmente emplazada en una hornacina de la fachada de una fábrica de pan cercana.
Acompañado por una fina lluvia, doy un corto paseo por el pueblo, pasando por la Plaza de España (uno de los accesos al Barrio de los Villares, el más antiguo del municipio), antes de llegar frente a la Iglesia Parroquial de la Virgen de los Dolores, el edificio de mayor interés de Villanueva del Trabuco: fue levantada a finales del siglo XVIII sobre la primitiva Ermita de Santa María Egipcíaca (de mediados del XVII), tras la fundación del pueblo según las disposiciones de Carlos III para repoblar territorios andaluces escasamente habitados (y que en muchas ocasiones eran guarida de bandoleros). Este origen lo comparte con otros cuatro municipios malagueños que llevan el nombre de
"Villanueva": Villanueva de Algaidas, Villanueva de Tapia, Villanueva del Rosario y Villanueva de la Concepción.
Finalizo la ruta, tras pasar por la Plaza del Prado, cruzando otro puente sobre el Guadalhorce con otra pequeña ermita (que recibe el nombre de Ermita de la Virgen del Puente), que guarda una pequeña talla de la Virgen de los Dolores: tras instalarla en la ermita, fue retirada durante una gran tormenta por el riesgo de ser arrastrada por las aguas del río y después, durante la Guerra Civil, fue escondida para que no la quemasen (y así permaneció durante 28 años).
Waypoints
Religious site
2,267 ft
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Dolores (s.XVIII)
Fachada de color blanco y amarillo albero, con portada de arco de medio punto entre pilastras y cornisa en la parte superior, quedando enmarcado el arco a modo de alfiz, y tres ventanales con vidrieras en la parte superior. Torre levantada sobre la puerta principal blanca, también de color blanco y con revestimiento de azulejos
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