Por Salvaterra Do Miño: Fortaleza y Ríos Miño Y Tea
near Salvatierra de Miño, Galicia (España)
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Itinerary description
Sobre las aguas del Río Tea y cerca de Salvaterra do Miño se yergue el precioso puente medieval de Fillaboa. Tanto el Tea como El Puente de Fillaboa son unos de los protagonistas de esta ruta que se inicia al pie de La Fortaleza de Salvaterra do Miño.
Nuestros pies nos conducen sobre las losetas del Paseo Fluvial a la vera del Río Miño del cual se levantaba una ligera bruma blanquecina. Mientras, familias de patos, cormoranes, y alguna que otra grulla despistada, sin ninguna otra preocupación, se dedicaban a la tarea del aseo matutino.
En seguida nos topamos con la alargada silueta de la escultura dedicada a la lamprea, descansando cerca de su natural hábitat.
El caminar en esta primera parte es tranquilo, relajado por una senda que está muy cuidada y bien delimitada. Encontraremos bancos para el descanso del caminante, también fuentes, siempre acompañados de las aguas del Miño y en algún tramo viñedos a nuestro lado.
Entre la neblina pudimos adivinar la silueta de La Isla de Fillaboa que permanecía así envuelta en el misterio a pocos metros de la desembocadura del Tea en El Miño, del que es afluente.
Cuando por fin alcanzamos a ver las aguas del Tea, éstas se deslizaban estronduosa y ruidosamente bajo la azul estructura del viaducto del ferrocarril.
No mucho más arriba es donde se ubica la maravilla pétrea que es el puente de Fillaboa.
Al parecer, inicialmente, fue una construcción romana, pero la actual se considera medieval aunque con modificaciones.
Presenta tres arcos ligeramente apuntados y en la actualidad está cerrado al tráfico lo que ayuda en su conservación y hace que siga allí imponente sobre las aguas del Tea a lo largo de los siglos.
Sin alejarnos demasiado volvemos a ver el río cruzado por otra bonita estructura. Como sabéis el Tea tiene por habitantes, entre otros, a las lampreas. Pues el domingo, durante nuestro paseo, asistimos a la ardua tarea de colocación de los puestos que permiten la pesca de este animal lo que supuso un aliciente más para nuestra caminata.
Mientras las nubes bajas seguían caminando con nosotros aunque permitiéndonos disfrutar del paisaje más cercano con el río y las fincas cercanas, algunas con los restos del maíz todavía por recoger.
Algunas ruínas y zonas dedicadas a merendero van surgiendo aquí y allá miientras el río nos sigue deleitando y ofreciendo bonitas estampas.
Nos decidimos a cruzarlo a la altura de la playa fluvial de Cordeiro y comienza entonces una segunda parte totalmente distinta a la primera dejándonos llevar a través de una senda más natural y salvaje.
Mullidas alfombras ven como los árboles se yerguen altaneros hacia el cielo mientras las hiedras serpentean por sus troncos que parecen dar la bienvenida al senderista que se ve acompañado por pequeños regatos, pontellas y congostras sin ningún impedimento para el total disfrute.
Hasta un apequeña cascada nos encontramos. Ésto fue debido a haber llovido durante toda la semana. Imagino qu een épocas menos lluviosas no se verá tan bonita.
En algún momento se camina entre fincas más o menos cultivadas pero siempre rodeados de belleza natural o creada por el hombre.
Llegados ded nuevo a la bien cuidada y empedrada calzada del Puente de Fillaboa, ésta nos traslada a la otra orilla.
Y nos dirigimos al Parque de A Canuda. Procurando no repetir mucho trayecto lo hacemos por un camino lateral que nos lleva directos al parque.
Allí, aves y árboles de distintas especies acogen al visitante que pasea con parsimonia.
Todavía nos espera La Fortaleza de Salvatierra cuyas murallas recorremos. Destacando La Puerta y Capilla de La Oliva que nos abren un panorama sobre el Miño y también sobre instalaciones como La Casa del Conde ahora convertida en Museo de los vinos que se producen en la comarca.
Allí mismo, La iglesia de San Lorenzo, con un pétreo cruceiro al lado con la Virgen Peregrina Y El Castillo de Doña Urraca entre otras.
Una ruta cargada de secretos e historias que se desvelan al paso del caminante.
Reseñar que esta ruta tal cual nosotros la hicimos no está marcada. Es muy fácil de seguir la primera parte hasta el área crecreativa. A continuación por la otra orilla del río, es hacer la ruta circular hasta regresar al Puente Fillaboa. Como he dicho no está marcada y quizá para esta parte haga falta el uso del GPS.
Nuestros pies nos conducen sobre las losetas del Paseo Fluvial a la vera del Río Miño del cual se levantaba una ligera bruma blanquecina. Mientras, familias de patos, cormoranes, y alguna que otra grulla despistada, sin ninguna otra preocupación, se dedicaban a la tarea del aseo matutino.
En seguida nos topamos con la alargada silueta de la escultura dedicada a la lamprea, descansando cerca de su natural hábitat.
El caminar en esta primera parte es tranquilo, relajado por una senda que está muy cuidada y bien delimitada. Encontraremos bancos para el descanso del caminante, también fuentes, siempre acompañados de las aguas del Miño y en algún tramo viñedos a nuestro lado.
Entre la neblina pudimos adivinar la silueta de La Isla de Fillaboa que permanecía así envuelta en el misterio a pocos metros de la desembocadura del Tea en El Miño, del que es afluente.
Cuando por fin alcanzamos a ver las aguas del Tea, éstas se deslizaban estronduosa y ruidosamente bajo la azul estructura del viaducto del ferrocarril.
No mucho más arriba es donde se ubica la maravilla pétrea que es el puente de Fillaboa.
Al parecer, inicialmente, fue una construcción romana, pero la actual se considera medieval aunque con modificaciones.
Presenta tres arcos ligeramente apuntados y en la actualidad está cerrado al tráfico lo que ayuda en su conservación y hace que siga allí imponente sobre las aguas del Tea a lo largo de los siglos.
Sin alejarnos demasiado volvemos a ver el río cruzado por otra bonita estructura. Como sabéis el Tea tiene por habitantes, entre otros, a las lampreas. Pues el domingo, durante nuestro paseo, asistimos a la ardua tarea de colocación de los puestos que permiten la pesca de este animal lo que supuso un aliciente más para nuestra caminata.
Mientras las nubes bajas seguían caminando con nosotros aunque permitiéndonos disfrutar del paisaje más cercano con el río y las fincas cercanas, algunas con los restos del maíz todavía por recoger.
Algunas ruínas y zonas dedicadas a merendero van surgiendo aquí y allá miientras el río nos sigue deleitando y ofreciendo bonitas estampas.
Nos decidimos a cruzarlo a la altura de la playa fluvial de Cordeiro y comienza entonces una segunda parte totalmente distinta a la primera dejándonos llevar a través de una senda más natural y salvaje.
Mullidas alfombras ven como los árboles se yerguen altaneros hacia el cielo mientras las hiedras serpentean por sus troncos que parecen dar la bienvenida al senderista que se ve acompañado por pequeños regatos, pontellas y congostras sin ningún impedimento para el total disfrute.
Hasta un apequeña cascada nos encontramos. Ésto fue debido a haber llovido durante toda la semana. Imagino qu een épocas menos lluviosas no se verá tan bonita.
En algún momento se camina entre fincas más o menos cultivadas pero siempre rodeados de belleza natural o creada por el hombre.
Llegados ded nuevo a la bien cuidada y empedrada calzada del Puente de Fillaboa, ésta nos traslada a la otra orilla.
Y nos dirigimos al Parque de A Canuda. Procurando no repetir mucho trayecto lo hacemos por un camino lateral que nos lleva directos al parque.
Allí, aves y árboles de distintas especies acogen al visitante que pasea con parsimonia.
Todavía nos espera La Fortaleza de Salvatierra cuyas murallas recorremos. Destacando La Puerta y Capilla de La Oliva que nos abren un panorama sobre el Miño y también sobre instalaciones como La Casa del Conde ahora convertida en Museo de los vinos que se producen en la comarca.
Allí mismo, La iglesia de San Lorenzo, con un pétreo cruceiro al lado con la Virgen Peregrina Y El Castillo de Doña Urraca entre otras.
Una ruta cargada de secretos e historias que se desvelan al paso del caminante.
Reseñar que esta ruta tal cual nosotros la hicimos no está marcada. Es muy fácil de seguir la primera parte hasta el área crecreativa. A continuación por la otra orilla del río, es hacer la ruta circular hasta regresar al Puente Fillaboa. Como he dicho no está marcada y quizá para esta parte haga falta el uso del GPS.
Waypoints
Waypoint
33 ft
Río Tea3
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GRUPO DE ANDAINAS RÍAS BAIXAS
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¡Sensacional!
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Easy
Muy bonita y relajante...el Miño en todo su esplendor.
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Bonita ruta alrededor de los ríos, fácil de hacer, la vuelta es por un entorno más "natural" donde hay un tramo con mucha lama, hay que cruzarlo con cuidado. La recomiendo para el verano, puesto que hay bastante sombra.
Ruta tranquila ,apacible , sombría y con el premio que se puede uno bañar