Porros de Vizcalluenga (Parque Nacional de Picos de Europa)

Ascensión desde Següencu en Cangas de Onís, a los Porros de Vizcalluenga, emplazados dentro de los límites del parque de "Picos"

Següencu (592 metros) - Collado del Españeu (645 metros) - Collado Pozábal (692 metros) - Parque Nacional (695 metros) - Braña Ñajuentes (718 metros) - Llano la Peña (906 metros) - Porros de Vizcalluenga (935 metros). Para el regreso utilizamos el mismo itinerario hasta el collado del Españeu, para continuar luego por la derecha hasta Següencu, siguiendo el camino que transita por las majadas de Payares y las cabañas de Arllanu.

Desde el centro de Cangas de Onís, salimos en dirección a Covadonga y poco después de la estación de servicio de Repsol, continuamos a la derecha por una pequeña carretera (CO-2), que después de unos 7 kms nos eleva hasta Següencu. Pasándolo, seguimos unos 200 metros para abandonar la carretera por la izquierda hasta las cabañas de La Cueñe, donde estacionamos el vehículo.

Estamos en el GR-105, Ruta de las Peregrinaciones que discurre desde Oviedo hasta Covadonga. Siguiendo sus indicadores, nos dirigimos hacia el sur sin apenas desnivel por un amplio camino, que transita entre pastos y cabañas señalizadas con tablillas de madera: La Vara, El Toral y El Españeu que es ademas collado y cruce de caminos.

En La Vara, encontramos un monolito de piedra que homenajea a los pastores de estas majadas. Unas figuras a modo de "enanitos" de jardín enciman el pedestal, dejándole un dudoso gusto al homenaje.

Desde el collado del Españeu y las majadas de Payares, continuamos por el camino del GR y las cabañas de La Poya, del Mosquín y del collado Pozábal, antes de entrar en el Parque Nacional. Ya dentro de sus límites, nos encontramos con la espléndida braña de Ñajuentes, que es lugar de invernales y comienzo del "puertu altu". Sus numerosas cuadras con cierres de piedra, escoltados por poderosos fresnos, con su verde campera a modo de collado, hacen de Ñajuentes un bonito y fotogénico paisaje que invita al descanso.

Llegamos hasta aquí por buenos caminos, con mínimos desniveles y escasa exigencia física, ahora toca acceder a la peña y sus escabrosos senderos. Abandonamos el GR que se dirige a Covadonga (de seguirlo llegaríamos en menos de 2 horas), para continuar a la derecha por un sendero, que desciende ligeramente hacia la braña de Jucárabu.

Singular braña es Jucárabu, oscura y escondida, rodeada por un poderoso roquedo con numerosas cabañas ya en ruinas y protegida por una poderosa arboleda colonizada con plantas trepadoras. Siguiéndola hasta el final, damos con un sendero que asciende entra la quebrada caliza a enlazar con la vallina de Valluengo. Un estrecho sendero asciende por la vaguada hasta el Llano la Peña, última referencia para llegar a la cumbre que alcanzamos por la derecha sin ninguna dificultad.

Son los Porros de Vizcalluenga un conjunto de formaciones romas, que presentan unas elevaciones entre 800 y 900 metros y que limitan la Montaña de Covadonga hacia la garganta del Dobra. El Cuetu la Bola, Los Cantales y Valluengu, son algunos de la media docena de cotas que superan los 900 metros y que conforman tan singular paisaje kárstico. Su entorno está rodeado de majadas y pastos: Narbes, Vizcalluenga, Sulapeña, Jucárabu y Ñajuentes. Nuestra cima, señalada con una cruz y un vetusto buzón, no es la mas elevada (935 metros) pero si la que presenta una panorámica sobrecogedora sobre los desventíos del Dobra y las abruptas montañas de Amieva.

Pero no solo es el Dobra el protagonista de esta montaña, también las tierras de Ponga con el icónico Pierzu, el Cornión y las cumbres de los Urrieles asomando diminutas hacia oriente. Abanico de valles, gargantas y montañas, perfiles que se pierden en un infinito horizonte de belleza, de silencios que alimentan nuestra capacidad de sentir y pensar.

Volvemos sobre nuestros pasos por Jucárabu y Ñajuentes, para coger el amplio camino que nos devuelve a Següencu, pero con una pequeña variante: en el collado del Españéu nos desviamos a la derecha por los pastizales de Payares, cabañas de Arllanu y el "cantu" del Requexáu, dando fin a un bonito y nada exigente recorrido, por las fértiles tierras de los puertos de Cangas, en nuestro punto de partida junto a La Cueñe.