Portbou - Puig de Cervera - Torre de Querroig
near Portbou, Catalunya (España)
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Trail photos
Itinerary description
Portbou, justo en la frontera con Francia, además de tener un importante papel estratégico durante la II Guerra Mundial, es un espectacular enclave situado entre montañas, acantilados y el Mediterráneo, donde la conjunción entre mar y montaña alcanza un nivel superior.
Dejo el coche a las afueras del pueblo, muy cerca del GR-92, que tiene su inicio-final en Portbou, para ir en busca de la Platja de Portbou. que presenta un aspecto precioso, con las primeras luces anaranjadas del amanecer.
Desde aquí vamos en dirección Norte en busca de un estrecho y colgado Camí de Ronda que nos irá llevando de cala en cala, a cual más espectacular, donde también descubriremos alguna cueva, una de ellas frecuentada por piratas en el pasado. Os remito a las fotos, donde os iré nombrando cada uno de los lugares para que os deleitéis con el espectáculo del amanecer.
Tras dejar atrás la Cova del Pirata cogemos un bien marcado sendero que nos llevará bien pegados a los acantilados, donde tendremos que apoyar las manos en algún punto, siempre con cuidado de no ponerlas encima de alguna chumbera, y siempre disfrutando de las impresionantes vistas que nos regala este precioso camino.
Después de la dura subida, por fin llegamos a la cima del Puig de Cervera, donde encontramos una caseta, que resulta ser un antiguo puesto de vigilancia de la Gestapo de la Alemania Nazi, un rincón, que además de unas impresionantes vistas, nos empapa de historia reciente, por lo que decidimos parar para descansar y comer algo, que aun nos quedan una cuantas horas de ruta.
Una vez hemos acabado de comer nuestro pequeño tentempié, nos ponemos de nuevo en danza, ya que ahora nos tocará recorrer el cordal en dirección Oeste, intercambiando las vistas entre el Portbou, al Sur, y Cerbère, al Norte. Por el cordal, pasando primero por el Coll de les Fresses, para finalmente ir en busca del Coll dels Belitres, donde encontraremos un par de bunkers de la Línea P, así como un memorial en recuerdo de los republicanos españoles.
Ahora iremos avanzando por pista o camino ancho hasta dar con el Coll de la Fareille, casi siempre por vertiente francesa, y con nuestro siguiente objetivo siempre bien presente justo delante, la Torre de Querroig. Un tema interesante es que justo antes de llegar al collado, podemos encontrar abetos, sí, abetos, impresionante teniendo en cuenta que estamos a escasos 300 metros de altura.
Nada más pasar el Coll de la Fareille tendremos que estar muy atentos, ya que a nuestra izquierda, justo a nuestros pies, podemos encontrar el Dolmen del Coll de la Fareille, un pequeño dolmen que se une a los varios que se encuentran en la zona, pero todo y pasar cerca de muchos, este será el único que visitaremos.
El camino ahora nos lleva por un bonito sendero que va ganando altura poco a poco pero sin pausa, en el que disfrutaremos de muchos cambios de vegetación, y que conforme vayamos avanzando nos dejará ver las ruinas de la Torre de Querroig, que desde esta vertiente parece de muy difícil acceso.
Al rato llegamos al Coll de Querroig, donde cogeremos un descompuesto sendero, que en rápido ascenso, nos llevará a la cima de la Torre de Querroig, donde encontraremos las ruinas del Castell de Querroig.
A continuación os transcribo el cartel informativo que encontramos en el Coll de Querroig y que nos explica lo que podemos ver en la cima:
El conjunto consta de los vestigios de un castillo edificado a finales del S XIII por el Comte d'Empuries y concedido el 1303 al caballero Bernat de Rabós, Senyor de Cervera. Su hija Francesca, nacida en el castillo, recibió la orden de realizar una restauración en el 1355.
La torre, circular, y de la que hay constancia desde el 1543, fue construida posteriormente, aseguraba la conexión con la red de torres de señales de los reyes de Mallorca, y aseguraba la conexión con la Catalyna Sud.
La arquitectura de las troneras hacen pensar que el castillo fue reordenado en el siglo XVI.
Tras un rato disfrutando de las ruinas toca volver a descender, y es aquí donde empieza la liada tradicional de las rutas del blog...
El caso es que el sendero rodeaba la cima secundaria del Querroig, en la que hay un vértice geodésico, pero mi idea no era hoyarlo, el tema es que vi que en uno de los salientes podía apoyar la cámara y hacer un zoom hacia el Canigó, por lo que me acerqué, y tras hacer la foto y ver que la cresta era muy sencilla, me engorilé y a ella que me fui.
Hasta aquí todo normal, el tema es que en vez de volver sobre mis pasos decidí seguir la misma al ver que se intuía una trocha, el problema es que la misma desaparecía de golpe entre la vegetación y una empinadísima caída, por lo que me tocó ir por donde me pareció más coherente, trochemoche incluido, como no, hasta dar con el sendero, que por suerte casi siempre tuve a la vista.
Ya de nuevo en el camino, vamos avanzando sin problemas por el amplio cordal que nos ha de llevar hasta el Pla del Ras.
De aquí sale un sendero muy chulo, que justo por debajo del cordal, nos lleva en busca de una pista muy cómoda de transitar que va perdiendo cota de forma muy suave, todo ello mientras podemos observar el Pantà de Portbou, así como todo el cordal de la divisoria fronteriza y que hemos recorrido pocas horas antes.
Al rato, de nuevo volvemos a divisar el pueblo de Portbou mientras nos vamos acercando al Coll del Frare, justo donde nos cruzamos con la carretera, para poco metros más adelante coronar el Puig del Claper, que nos regala una preciosas vistas sobre Portbou, la Badia de Portbou y el cordal que une el Puig de Cervera y la Torre de Querroig.
Para ir en busca de Portobou iremos en busca de un senderillo que desciende de forma muy directa por la ladera que da al mar del Puig del Claper, por lo que os podéis imaginar las impresionantes vistas que podremos disfrutar durante el descenso.
Apunto de llegar a Portbou el sendero nos va llevando al memorial a Walter Benjamin, filósofo judío alemán, que huyendo del nazismo llegó a Portbou, y viendo que no podría llegar a Portugal para embarcar hacia américa, su objetivo, decidió suicidarse allí, motivo por el que, al cumplirse 50 años, se construyó este memorial que trata de un pasadizo que se adentra en la tierra por una escalinata y que termina en una cristalera que cae al vacío sobre el mar, la verdad es que bajar por ella da bastante yuyu.
Tras la visita al memorial continúo callejeando por Portbou hasta dar de nuevo con el coche y dando por terminada esta espectacular ruta.
A continuación os hago un pequeño resumen de los números de la ruta:
Tipo de ruta: Circular
Dificultad técnica: Media
Dificultad física: Fácil
Distancia: 17,88 Km
Punto más alto: 672m
Punto más bajo: 0 m
Desnivel positivo: 1.000 m
Desnivel negativo: 1.000 m
Desnivel acumulado: 2.000 m
Cimas ascendidas: 4
Tiempo empleado: 4 horas 47 minutos
Tiempo en movimiento: 3 horas 48 minutos
Velocidad media: 3,74 Km/h
Ritmo: 16:02 min/Km
Podéis ver más detalles en la crónica de mi blog, en el enlace de abajo.
Dejo el coche a las afueras del pueblo, muy cerca del GR-92, que tiene su inicio-final en Portbou, para ir en busca de la Platja de Portbou. que presenta un aspecto precioso, con las primeras luces anaranjadas del amanecer.
Desde aquí vamos en dirección Norte en busca de un estrecho y colgado Camí de Ronda que nos irá llevando de cala en cala, a cual más espectacular, donde también descubriremos alguna cueva, una de ellas frecuentada por piratas en el pasado. Os remito a las fotos, donde os iré nombrando cada uno de los lugares para que os deleitéis con el espectáculo del amanecer.
Tras dejar atrás la Cova del Pirata cogemos un bien marcado sendero que nos llevará bien pegados a los acantilados, donde tendremos que apoyar las manos en algún punto, siempre con cuidado de no ponerlas encima de alguna chumbera, y siempre disfrutando de las impresionantes vistas que nos regala este precioso camino.
Después de la dura subida, por fin llegamos a la cima del Puig de Cervera, donde encontramos una caseta, que resulta ser un antiguo puesto de vigilancia de la Gestapo de la Alemania Nazi, un rincón, que además de unas impresionantes vistas, nos empapa de historia reciente, por lo que decidimos parar para descansar y comer algo, que aun nos quedan una cuantas horas de ruta.
Una vez hemos acabado de comer nuestro pequeño tentempié, nos ponemos de nuevo en danza, ya que ahora nos tocará recorrer el cordal en dirección Oeste, intercambiando las vistas entre el Portbou, al Sur, y Cerbère, al Norte. Por el cordal, pasando primero por el Coll de les Fresses, para finalmente ir en busca del Coll dels Belitres, donde encontraremos un par de bunkers de la Línea P, así como un memorial en recuerdo de los republicanos españoles.
Ahora iremos avanzando por pista o camino ancho hasta dar con el Coll de la Fareille, casi siempre por vertiente francesa, y con nuestro siguiente objetivo siempre bien presente justo delante, la Torre de Querroig. Un tema interesante es que justo antes de llegar al collado, podemos encontrar abetos, sí, abetos, impresionante teniendo en cuenta que estamos a escasos 300 metros de altura.
Nada más pasar el Coll de la Fareille tendremos que estar muy atentos, ya que a nuestra izquierda, justo a nuestros pies, podemos encontrar el Dolmen del Coll de la Fareille, un pequeño dolmen que se une a los varios que se encuentran en la zona, pero todo y pasar cerca de muchos, este será el único que visitaremos.
El camino ahora nos lleva por un bonito sendero que va ganando altura poco a poco pero sin pausa, en el que disfrutaremos de muchos cambios de vegetación, y que conforme vayamos avanzando nos dejará ver las ruinas de la Torre de Querroig, que desde esta vertiente parece de muy difícil acceso.
Al rato llegamos al Coll de Querroig, donde cogeremos un descompuesto sendero, que en rápido ascenso, nos llevará a la cima de la Torre de Querroig, donde encontraremos las ruinas del Castell de Querroig.
A continuación os transcribo el cartel informativo que encontramos en el Coll de Querroig y que nos explica lo que podemos ver en la cima:
El conjunto consta de los vestigios de un castillo edificado a finales del S XIII por el Comte d'Empuries y concedido el 1303 al caballero Bernat de Rabós, Senyor de Cervera. Su hija Francesca, nacida en el castillo, recibió la orden de realizar una restauración en el 1355.
La torre, circular, y de la que hay constancia desde el 1543, fue construida posteriormente, aseguraba la conexión con la red de torres de señales de los reyes de Mallorca, y aseguraba la conexión con la Catalyna Sud.
La arquitectura de las troneras hacen pensar que el castillo fue reordenado en el siglo XVI.
Tras un rato disfrutando de las ruinas toca volver a descender, y es aquí donde empieza la liada tradicional de las rutas del blog...
El caso es que el sendero rodeaba la cima secundaria del Querroig, en la que hay un vértice geodésico, pero mi idea no era hoyarlo, el tema es que vi que en uno de los salientes podía apoyar la cámara y hacer un zoom hacia el Canigó, por lo que me acerqué, y tras hacer la foto y ver que la cresta era muy sencilla, me engorilé y a ella que me fui.
Hasta aquí todo normal, el tema es que en vez de volver sobre mis pasos decidí seguir la misma al ver que se intuía una trocha, el problema es que la misma desaparecía de golpe entre la vegetación y una empinadísima caída, por lo que me tocó ir por donde me pareció más coherente, trochemoche incluido, como no, hasta dar con el sendero, que por suerte casi siempre tuve a la vista.
Ya de nuevo en el camino, vamos avanzando sin problemas por el amplio cordal que nos ha de llevar hasta el Pla del Ras.
De aquí sale un sendero muy chulo, que justo por debajo del cordal, nos lleva en busca de una pista muy cómoda de transitar que va perdiendo cota de forma muy suave, todo ello mientras podemos observar el Pantà de Portbou, así como todo el cordal de la divisoria fronteriza y que hemos recorrido pocas horas antes.
Al rato, de nuevo volvemos a divisar el pueblo de Portbou mientras nos vamos acercando al Coll del Frare, justo donde nos cruzamos con la carretera, para poco metros más adelante coronar el Puig del Claper, que nos regala una preciosas vistas sobre Portbou, la Badia de Portbou y el cordal que une el Puig de Cervera y la Torre de Querroig.
Para ir en busca de Portobou iremos en busca de un senderillo que desciende de forma muy directa por la ladera que da al mar del Puig del Claper, por lo que os podéis imaginar las impresionantes vistas que podremos disfrutar durante el descenso.
Apunto de llegar a Portbou el sendero nos va llevando al memorial a Walter Benjamin, filósofo judío alemán, que huyendo del nazismo llegó a Portbou, y viendo que no podría llegar a Portugal para embarcar hacia américa, su objetivo, decidió suicidarse allí, motivo por el que, al cumplirse 50 años, se construyó este memorial que trata de un pasadizo que se adentra en la tierra por una escalinata y que termina en una cristalera que cae al vacío sobre el mar, la verdad es que bajar por ella da bastante yuyu.
Tras la visita al memorial continúo callejeando por Portbou hasta dar de nuevo con el coche y dando por terminada esta espectacular ruta.
A continuación os hago un pequeño resumen de los números de la ruta:
Tipo de ruta: Circular
Dificultad técnica: Media
Dificultad física: Fácil
Distancia: 17,88 Km
Punto más alto: 672m
Punto más bajo: 0 m
Desnivel positivo: 1.000 m
Desnivel negativo: 1.000 m
Desnivel acumulado: 2.000 m
Cimas ascendidas: 4
Tiempo empleado: 4 horas 47 minutos
Tiempo en movimiento: 3 horas 48 minutos
Velocidad media: 3,74 Km/h
Ritmo: 16:02 min/Km
Podéis ver más detalles en la crónica de mi blog, en el enlace de abajo.
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