Porto de Espasante - Acantilados O Picón de Loiba - Praia de Esteiro de Bares.

La comarca de A Mariña (en sentido amplio) ofrece unos paisajes hermosísimos y llegados a la costa estos se convierten en formidables; el Cantábrico ha esculpido en ella unos colosales acantilados terminados en una serie de "aguiyons" que los hacen peligrosos para la navegación y riquísimos en cuanto a su abundancia de percebes. Se ha establecido una senda denominada Camino Natural de la Ruta del Cantábrico que, en siete etapas, recorre la costa de Lugo y parte de la de A Coruña, desde Ribadeo a Ladrido, permitiendo disfrutar plenamente de este rincón olvidado del noroeste. La caminata de hoy recorre parcialmente la séptima etapa de esta senda (O Vicedo-Ladrido), si bien se ha modificado ligeramente para ceñirnos lo máximo posible a la costa.

Hoy me acompaña mi cuñada Suni que, pese a decir que estaba desentrenada, me ha llevado todo el camino con la lengua de fuera, ¡vaya forma de tirar!. Dejamos un coche en la Praia de Esteiro de Bares y el otro en el Puerto de Espasante, iniciando la ruta en esta segunda localización. Bordeamos el Castro de Espasante con unas vistas lejanas de los Aguiyons de Cabo Ortegal difuminados por una ligera bruma, después nos acercamos hasta la Casa da Vela desde donde le echamos una última mirada a la Praia de Bimbeiro y seguimos bordeando este pequeño cabo que delimita la entrada a la Ría de Ortigueira hasta llegar a la Praia de San Antón. Esta playa consta de dos arenales separados por unas rocas que solo se podrían bordear durante las marea más bajas del año; hablamos con un vecino que nos dijo que había un camino para cruzar esas rocas, pero que tuviésemos mucho cuidado, ya que en la bajada al arenal más oriental había que ayudarse de cuerdas, y así es, pero con un poco de cuidado se puede disfrutar de un delicioso paseo por este bello arenal. Desde la Praia de Mazorgan tomamos camino hasta la Punta Bandexa, metiéndonos en un frondoso pinar que nos deja en un elevado mirador, en el que ya vemos los acantilados desde mayor altura, al estar lejos de la Ría.

Llegamos hasta el inicio del gran arenal del Sarridal, que hemos de bordear por el Lugar de Casanova para llegar hasta el mirador de Pena Furada, que recibe ese nombre por la curiosa piedra con dos arcos visibles que hay en su base. Desde ahí tenemos nuevamente acceso visual a la Praia do Sarridal y hacia el otro lado a las calas y acantilados de la Ribeira do Carro que recorreremos a continuación, Praia Furada, Praia Fabrega, Mirador do Cadaval... a cada paso una nueva maravilla que nos llevan distraidos hasta los acantilados do Picón. Allí iremos en primer lugar al Mirador do Coitelo donde se sitúa "o mellor banco do mundo". La maravillosa fotografía del viveirense Caxete dio a conocer este lugar a nivel mundial y desde entonces hay una corriente constante de visitantes, que en fechas concretas se convierte en un sunami de autobuses. Todo el conjunto de los acantilados de O Picón es espectacular y con la afluencia de gente se han habilitado caminos de bajada a varias de sus calas, lo que le dota de mayor interés de cara al turismo.

Al final de la Praia do Picón encontramos un nuevo banco, al que llegamos tras una ligera subida; seguimos costeando por el Coto de Lousido hasta el mirador de Punta Vilardeira, desde donde ya parece que podemos tocar A Estaca de Bares. Comenzamos el descenso hacia la Praia de Esteiro que, como su nombre indica, se trata de un amplio estuario formado por el río Esteiro y varios regatos como el Pumar o el Magor. Pero antes nos asomamos a la punta de Esteiro, donde asistimos al salvaje espectáculo de las fuertes olas batiendo en la rocas. Solo queda encarar el estuario y cruzar el río por un puente de madera hasta llegar al parking donde habíamos dejado el coche.