Pórtugos: Ruta Medieval y Acequia Real
near Pórtugos, Andalucía (España)
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Itinerary description
Nos desplazamos hasta la alta Alpujarra para realizar este bello recorrido partiendo desde la localidad de Portugos.
En este bello rincón alpujarreño hay multitud de senderos y caminos bien señalizados que comunican unas poblaciones con otras, con lo que es posible conocer la zona a pie disfrutando de la naturaleza y descubrir rincones pintorescos.
Esta comarca esta habitada desde la época romana, siguió estándolo con los visigodos; después con las diferentes invasiones islámicas y la conquista cristiana, tuvo que ser repoblada trás la expulsión de los moriscos.
La Taha de Pitres se compone de 7 pueblos que comparten ayuntamiento y servicios públicos, que suman en total una población aproximada de 800 habitantes; está formada por los municipios de Pitres, Mecina, Ferreirola, Capilerilla, Atalbéitar y Mecinilla (por muchos de estos municipios caminaremos hoy en esta excursión). Este municipio se encuentra enclavado entre los barrancos Bermejo y de la Sangre.
En un principio fue la Taha de Ferreira, pero se desvirtuó su composición al ser entregada en señorío a El Gran Capitán; el nacimiento de algunos de sus actuales núcleos de población se produce en el siglo XVI, y a lo largo de los siguientes siglos va alcanzando notable protagonismo Pitres, hasta tal punto que se cambia el nombre por el de la Taha de Pitres, aunque modernamente se quedaría sólo en La Taha, sin apellidos, para evitar rivalidades.
Todos estos pueblos conservan sus antiguos lavaderos públicos; y hoy se muestran como guardianes de los rumores y confidencias que les dejaron las antepasadas.
Aqui no existen horarios de visita, ni guias de viaje ni esperar colas; aqui hay muchos monumentos variados: castaños centenarios, veredas escondidas, fuentes encantadas arroyos de aguas ferruginosas, etc.
La Ruta Medieval (PR-A 299) es una senda de origen medieval (algunas incluso de la época tardo-romana), que une la alpujarra desde Portugos a Juviles; esta dividida en cuatro tramos, en esta ruta hacemos el tramo 1 que es el más bonito de la ruta.
Esta ruta es de las que hacen afición - lavaderos, fuentes, tinaos, arquitectura morisca, caminos de herradura, iglesias, acequias, el río Bermejo, al otro lado el río Trevelez con las vistas de las escarihuelas de las minas del Conjuro hacía Castaras y la escarihuela de Panjuila hacía Almegijar-.
Comenzamos bajando junto a la batería de contenedores hacía Atalbeitar siguiendo el GR7 por un paraje de ensueño y caminos de herradura. Abandonamos pronto este gran sendero y tomamos la marca del PR Medieval.
Accedemos a este coqueto pueblo en el que se respira paz, nos topamos con el lavadero y la fuente de Atalbeitar; este nombre proviene de "harat albáytar" - el barrio del veterinario; aquí el murmullo del agua nos transmite tranquilidad; no es raro que hayan escogido extranjeros este rincón para meditar, disfrutar de una relajada jubilación y aficiones artísticas.
Salimos de Atalbeitar después de probar su exquisita agua de la fuente y seguimos los hitos de la ruta medieval hacía el vecino Ferreirola; ahora encontramos marcas del sendero local que une Pitres con Ferreirola; su nombre significa "pequeña mina de hierro" y es un diminutivo de Ferreira; históricamente era cabeza de municipio con el anejo de Atalbeitar.
Ferreirola es uno de los pueblecitos con más encanto de toda la alpujarra, su tramo urbano y entorno están protegidos como BIC. A cada esquina aparecen preciosos rincones con tinaos, placetas; de los muros de sus casas sobresalen limoneros, caquis y jazmines. Llegamos a su lavadero público y fuente adosada, junto a la Iglesia de la Santa Cruz del siglo XVI, anexo a ella (y por la información que nos facilita Ramón Serrano se encuentra el antiguo cementerio hoy en desuso, accedemos a él para visitarlo).
Saldremos de este bello pueblo siguiendo las marcas de la ruta medieval hasta llegar al río Bermejo, que debe su nombre al color rojizo que le confieren sus aguas.
Seguimos el serpenteante sendero que nos lleva hasta Fondales - cuidado con no seguir rectos y meternos en una finca privada -, en la entrada del pueblo encontramos Fuente Agrilla y ya en el pueblo la fuente de Fondales.
Al salir de Fondales por la descendente vereda de la Peña del Ángel, llegaremos al magnífico puente medieval, conocido como Romano; al lado del mismo y con el rumor de las aguas del río tenemos los restos de un molino harinero de los muchos existentes.
¿Porqúe los puentes siempre atraen nuestra atención?, quizá el ojo de estos antiguos puentes representan la metáfora del paso de sus aguas y del paso inexorable del tiempo bajo sus piedras. Este puente de Fondales que cruza el río Trevelez, ha visto pasar la historia desde el siglo XII cuándo se cree fue construido, este puente formó parte del camino Real que llevaba hasta Almería y se encuentra construido en mampostería de piedra vista con un sólo arco de medio punto; aunque es conocido como romano su construcción es de época posterior ya que solamente se tiene constatación de su existencia desde la Edad Media.
Reanudamos la marcha y nos despedimos del puente, las aguas ferruginosas aparecen en los arroyos que pasamos hasta llegar nuevamente a un poste (al que le han arrancado la señalización y por el que hemos pasado anteriormente, aquí cerramos el bucle para quién desee alargar la ruta unos 3,5 kms, salimos nuevamente a la senda que nos conduce a Ferreirola).
Nuestro caminar nos hace pasar por la Fuente de Paula con escaso caudal en este año, para llegar a la antigua Era del Trance junto a la cuál se encuentra un enorme castaño.
En estas eras los agricultores realizaban la trilla y el aventado, para separar el grano de su envoltura; el declive y cambio en las técnicas usadas para la agricultura las han dejado en desuso; esta era ha sido recuperada como mirador ya que nos brinda unas maravillosas vistas. Mirando hacía el frente se puede identificar la escarihuela de Panjuila; estas escarihuelas son caminos sinuosos y muy verticales que salvan en muy poco recorrido grandes desniveles (con pendientes superiores al 20%); por estos caminos arrieros se traían mercancías como el pescado desde la costa para su distribución en los pueblos de la comarca.
La zona en la que nos encontramos es una encrucijada de caminos, aquí tiene su paso el GR142 que viene desde Lanjarón, la senda de pequeño recorrido PR-299 o ruta medieval que llega hasta Juviles y la escarihuela que sube a los baños de Panjuila y desde allí conecta con la comarca de la Contraviesa.
La ruta nos depara otra grata sorpresa: la Fuente de la Gaseosa.
Su característica principal es la gran concentración en gas que la hace (para algunos aporta el agua más rica de toda la Alpujarra) y un reclamo turístico del municipio de la Taha.
Esta fuente - según un vecino de Ferreirola, Ramón Jiménez Iglesias- estuvo ubicada hace décadas en un terreno más apartado del pueblo propiedad de la familia Mendoza.
Al encontrarse algo alejada, las autoridades y los vecinos de Ferreirola decidieron ubicarla en un lugar más cercano y cómodo junto a un camino de herradura. Algunos habitantes querían instalar la conducción y la fuente en el mismo casco urbano - en la zona de las Cuatro Esquinas -, pero esa propuesta no prosperó por diversos motivos.
El agua de esta fuente son carbogaseosas - contienen una concentración mayor de 250 mg/l de carbónico libre. Estas aguas son beneficiosas para la salud ya que producen estímulos respiratorios, aumentan la contracción fibra miocárdica y cumplen funciones sedantes del sistema nervioso. Aplicadas en baños a temperaturas de 33-35ºC mejoran las enfermedades cardíacas crónicas, las vasculares y reumatismos.
Su panel de cerámica es de un gusto exquisito ya que representa en sus azulejos las labores agrícolas, la artesanía y la influencia del astro rey - el sol -.
Aunque hayan maltratado la cerámica, es un rincón místico, que siempre merece una visita, disfrutar su excelente agua y sentarse en los bancos aledaños a disfrutar de la naturaleza.
Abandonamos este lugar y nos encaminamos hacía Busquistar; una bella senda de herradura nos lleva hasta el pueblo; callejeando por sus estrechas y pintorescas calles nos topamos con bellos rincones, tinaos cuidados y una fuente decorada con una manta típica alpujarreña. Llegamos a su Iglesia y Plaza; para afrontar el último tramo de la ruta prevista para hoy; para ello tomamos las indicaciones del GR7 hacía Trevelez.
Pasamos el cementerio y las ruinas del cortijo de Guillín con su era; hoy nos hemos desviado a la izquierda por una escarihuela que hace más complicado y penoso el acceso a la acequia real de Busquistar a Portugos (nuestro punto de finalización de la ruta).
Para acceder directamente a la acequia de Portugos debemos seguir las indicaciones del GR7 en descenso y no lo abandonaremos hasta llegar a la acequia, se cruza el puente y toca caminar extremando las precauciones por su estrechez en algunas partes y la altura a la que viaja esta acequia real.
Este rato de caminata por la acequia es - en palabras acertadas de Ramón -, una delicia de colores, paz, olores y vegetación.
Iremos por el borde izquierdo del cauce en dirección a Portugos, se debe poner mucha atención y cuidado para evitar caídas. La presencia del agua ha formado un frondoso bosque de galería que entremezcla los robles, encinas, castaños, mimbres, nogales, cerezos silvestres, morales, etc. Llegando al Feje - en dónde hay varias albercas -, cruzamos por el partidor de aguas al margen derecho por el que seguiremos un corto trayecto y volver de nuevo a la izquierda cruzando el puente. Al final de este agradable y espectacular tramo entramos en la vega de cultivos que nos avisa que estamos llegando a nuestro destino, Portugos - inicio y final de esta maravillosa ruta circular -.
En este bello rincón alpujarreño hay multitud de senderos y caminos bien señalizados que comunican unas poblaciones con otras, con lo que es posible conocer la zona a pie disfrutando de la naturaleza y descubrir rincones pintorescos.
Esta comarca esta habitada desde la época romana, siguió estándolo con los visigodos; después con las diferentes invasiones islámicas y la conquista cristiana, tuvo que ser repoblada trás la expulsión de los moriscos.
La Taha de Pitres se compone de 7 pueblos que comparten ayuntamiento y servicios públicos, que suman en total una población aproximada de 800 habitantes; está formada por los municipios de Pitres, Mecina, Ferreirola, Capilerilla, Atalbéitar y Mecinilla (por muchos de estos municipios caminaremos hoy en esta excursión). Este municipio se encuentra enclavado entre los barrancos Bermejo y de la Sangre.
En un principio fue la Taha de Ferreira, pero se desvirtuó su composición al ser entregada en señorío a El Gran Capitán; el nacimiento de algunos de sus actuales núcleos de población se produce en el siglo XVI, y a lo largo de los siguientes siglos va alcanzando notable protagonismo Pitres, hasta tal punto que se cambia el nombre por el de la Taha de Pitres, aunque modernamente se quedaría sólo en La Taha, sin apellidos, para evitar rivalidades.
Todos estos pueblos conservan sus antiguos lavaderos públicos; y hoy se muestran como guardianes de los rumores y confidencias que les dejaron las antepasadas.
Aqui no existen horarios de visita, ni guias de viaje ni esperar colas; aqui hay muchos monumentos variados: castaños centenarios, veredas escondidas, fuentes encantadas arroyos de aguas ferruginosas, etc.
La Ruta Medieval (PR-A 299) es una senda de origen medieval (algunas incluso de la época tardo-romana), que une la alpujarra desde Portugos a Juviles; esta dividida en cuatro tramos, en esta ruta hacemos el tramo 1 que es el más bonito de la ruta.
Esta ruta es de las que hacen afición - lavaderos, fuentes, tinaos, arquitectura morisca, caminos de herradura, iglesias, acequias, el río Bermejo, al otro lado el río Trevelez con las vistas de las escarihuelas de las minas del Conjuro hacía Castaras y la escarihuela de Panjuila hacía Almegijar-.
Comenzamos bajando junto a la batería de contenedores hacía Atalbeitar siguiendo el GR7 por un paraje de ensueño y caminos de herradura. Abandonamos pronto este gran sendero y tomamos la marca del PR Medieval.
Accedemos a este coqueto pueblo en el que se respira paz, nos topamos con el lavadero y la fuente de Atalbeitar; este nombre proviene de "harat albáytar" - el barrio del veterinario; aquí el murmullo del agua nos transmite tranquilidad; no es raro que hayan escogido extranjeros este rincón para meditar, disfrutar de una relajada jubilación y aficiones artísticas.
Salimos de Atalbeitar después de probar su exquisita agua de la fuente y seguimos los hitos de la ruta medieval hacía el vecino Ferreirola; ahora encontramos marcas del sendero local que une Pitres con Ferreirola; su nombre significa "pequeña mina de hierro" y es un diminutivo de Ferreira; históricamente era cabeza de municipio con el anejo de Atalbeitar.
Ferreirola es uno de los pueblecitos con más encanto de toda la alpujarra, su tramo urbano y entorno están protegidos como BIC. A cada esquina aparecen preciosos rincones con tinaos, placetas; de los muros de sus casas sobresalen limoneros, caquis y jazmines. Llegamos a su lavadero público y fuente adosada, junto a la Iglesia de la Santa Cruz del siglo XVI, anexo a ella (y por la información que nos facilita Ramón Serrano se encuentra el antiguo cementerio hoy en desuso, accedemos a él para visitarlo).
Saldremos de este bello pueblo siguiendo las marcas de la ruta medieval hasta llegar al río Bermejo, que debe su nombre al color rojizo que le confieren sus aguas.
Seguimos el serpenteante sendero que nos lleva hasta Fondales - cuidado con no seguir rectos y meternos en una finca privada -, en la entrada del pueblo encontramos Fuente Agrilla y ya en el pueblo la fuente de Fondales.
Al salir de Fondales por la descendente vereda de la Peña del Ángel, llegaremos al magnífico puente medieval, conocido como Romano; al lado del mismo y con el rumor de las aguas del río tenemos los restos de un molino harinero de los muchos existentes.
¿Porqúe los puentes siempre atraen nuestra atención?, quizá el ojo de estos antiguos puentes representan la metáfora del paso de sus aguas y del paso inexorable del tiempo bajo sus piedras. Este puente de Fondales que cruza el río Trevelez, ha visto pasar la historia desde el siglo XII cuándo se cree fue construido, este puente formó parte del camino Real que llevaba hasta Almería y se encuentra construido en mampostería de piedra vista con un sólo arco de medio punto; aunque es conocido como romano su construcción es de época posterior ya que solamente se tiene constatación de su existencia desde la Edad Media.
Reanudamos la marcha y nos despedimos del puente, las aguas ferruginosas aparecen en los arroyos que pasamos hasta llegar nuevamente a un poste (al que le han arrancado la señalización y por el que hemos pasado anteriormente, aquí cerramos el bucle para quién desee alargar la ruta unos 3,5 kms, salimos nuevamente a la senda que nos conduce a Ferreirola).
Nuestro caminar nos hace pasar por la Fuente de Paula con escaso caudal en este año, para llegar a la antigua Era del Trance junto a la cuál se encuentra un enorme castaño.
En estas eras los agricultores realizaban la trilla y el aventado, para separar el grano de su envoltura; el declive y cambio en las técnicas usadas para la agricultura las han dejado en desuso; esta era ha sido recuperada como mirador ya que nos brinda unas maravillosas vistas. Mirando hacía el frente se puede identificar la escarihuela de Panjuila; estas escarihuelas son caminos sinuosos y muy verticales que salvan en muy poco recorrido grandes desniveles (con pendientes superiores al 20%); por estos caminos arrieros se traían mercancías como el pescado desde la costa para su distribución en los pueblos de la comarca.
La zona en la que nos encontramos es una encrucijada de caminos, aquí tiene su paso el GR142 que viene desde Lanjarón, la senda de pequeño recorrido PR-299 o ruta medieval que llega hasta Juviles y la escarihuela que sube a los baños de Panjuila y desde allí conecta con la comarca de la Contraviesa.
La ruta nos depara otra grata sorpresa: la Fuente de la Gaseosa.
Su característica principal es la gran concentración en gas que la hace (para algunos aporta el agua más rica de toda la Alpujarra) y un reclamo turístico del municipio de la Taha.
Esta fuente - según un vecino de Ferreirola, Ramón Jiménez Iglesias- estuvo ubicada hace décadas en un terreno más apartado del pueblo propiedad de la familia Mendoza.
Al encontrarse algo alejada, las autoridades y los vecinos de Ferreirola decidieron ubicarla en un lugar más cercano y cómodo junto a un camino de herradura. Algunos habitantes querían instalar la conducción y la fuente en el mismo casco urbano - en la zona de las Cuatro Esquinas -, pero esa propuesta no prosperó por diversos motivos.
El agua de esta fuente son carbogaseosas - contienen una concentración mayor de 250 mg/l de carbónico libre. Estas aguas son beneficiosas para la salud ya que producen estímulos respiratorios, aumentan la contracción fibra miocárdica y cumplen funciones sedantes del sistema nervioso. Aplicadas en baños a temperaturas de 33-35ºC mejoran las enfermedades cardíacas crónicas, las vasculares y reumatismos.
Su panel de cerámica es de un gusto exquisito ya que representa en sus azulejos las labores agrícolas, la artesanía y la influencia del astro rey - el sol -.
Aunque hayan maltratado la cerámica, es un rincón místico, que siempre merece una visita, disfrutar su excelente agua y sentarse en los bancos aledaños a disfrutar de la naturaleza.
Abandonamos este lugar y nos encaminamos hacía Busquistar; una bella senda de herradura nos lleva hasta el pueblo; callejeando por sus estrechas y pintorescas calles nos topamos con bellos rincones, tinaos cuidados y una fuente decorada con una manta típica alpujarreña. Llegamos a su Iglesia y Plaza; para afrontar el último tramo de la ruta prevista para hoy; para ello tomamos las indicaciones del GR7 hacía Trevelez.
Pasamos el cementerio y las ruinas del cortijo de Guillín con su era; hoy nos hemos desviado a la izquierda por una escarihuela que hace más complicado y penoso el acceso a la acequia real de Busquistar a Portugos (nuestro punto de finalización de la ruta).
Para acceder directamente a la acequia de Portugos debemos seguir las indicaciones del GR7 en descenso y no lo abandonaremos hasta llegar a la acequia, se cruza el puente y toca caminar extremando las precauciones por su estrechez en algunas partes y la altura a la que viaja esta acequia real.
Este rato de caminata por la acequia es - en palabras acertadas de Ramón -, una delicia de colores, paz, olores y vegetación.
Iremos por el borde izquierdo del cauce en dirección a Portugos, se debe poner mucha atención y cuidado para evitar caídas. La presencia del agua ha formado un frondoso bosque de galería que entremezcla los robles, encinas, castaños, mimbres, nogales, cerezos silvestres, morales, etc. Llegando al Feje - en dónde hay varias albercas -, cruzamos por el partidor de aguas al margen derecho por el que seguiremos un corto trayecto y volver de nuevo a la izquierda cruzando el puente. Al final de este agradable y espectacular tramo entramos en la vega de cultivos que nos avisa que estamos llegando a nuestro destino, Portugos - inicio y final de esta maravillosa ruta circular -.
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Comments (1)
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La ruta es preciosa, quedan por pulir pequeños detalles, que si es escogida por el Club, será cuestión de hacer algún trozo concreto