Poyos de la Mesa, Picón de los Halcones, Cerrada del Pintor, Bco. Coberterón desde la Nava del Espino
near Nava de San Pedro, Andalucía (España)
Viewed 4742 times, downloaded 335 times
Trail photos
Itinerary description
La ruta comienza en la Nava del Espino, en la carretera sin asfaltar JF-7091, entre Vadillo Castril (a unos 9 kilómetros) y la Nava de San Pedro (a algo menos de 3 kilómetros).
Nuestro primer objetivo es ascender al conocido cerro de los Poyos de la Mesa y los hacemos por el lugar más popular para los excursionistas, aunque con alguna variación.
Tomamos el carril que parte hacia el sur desde las ruinas de la Casa Forestal de la Nava del Espino. A los pocos metros el carril gira bruscamente hacia el oeste y sale un camino de menor envergadura hacia el sur, el cual tomamos.
Este camino termina difuminandose y sigue en forma de jorro maderero, que tras una acusada subida termina de nuevo saliendo al carril por el que empezamos a caminar. Hemos ahorrado unos metros, pero el ascenso es más fuerte.
El carril bordea el cerro Galán y a los pocos metros de pasar por el collado homónimo tomamos un sendero a la izquierda que en breves metros nos deja en la caseta de vigilantes de la Loma de la Mesa. Desde aquí podemos disfrutar de amplias panorámicas de buena parte de este Parque Natural, sobretodo de su sector meridional.
Desde la caseta crestamos de forma bastante cómoda , pero por lapiaz hacia el suroeste. Llegamos a un collado y giramos bruscamente hacia el noroeste en busca de la superficie llana de los Poyos. La idea era recorrerlos de forma completa, caminando por el filo de los abismos que prácticamente rodean todo su perímetro. Aunque bastante llano, el terreno no es cómodo de caminar, múltiples dolinas salpican por doquier su superficie.
Ya casi a punto de llegar a los cortados más orientales decidimos ir virando hacia el oeste, pues una densa niebla nos envolvía, haciendo que no fuese muy recomendable acercarse al abismo. En breve tiempo llegamos al viejo pluviómetro y lo que parecen los restos de un vértice geodésico. La niebla se disipo un poco, pero no lo suficiente para caminar ahora por los cortados occidentales, por lo que decidimos tomar el carril que hasta aquí llega y que hacia el sureste nos lleva al carril principal.
Una vez en el carril que viene de la Nava del Espino, lo seguimos a la derecha, hacia el suroeste. Comenzamos a descender , al principio el carril traza varios zigzags ,después lo hace de forma más suave y rectilinea.
Llegamos al collado de las Pegueras, entre la Peña de los Tornillos y el Picón de los Halcones, lugar donde nos salimos del carril para emprender el ascenso al último de estos cerros.
Hacia el oeste seguimos una débil vereda que nos acerca a la base del Picón. A partir de aquí comenzamos un acusado ascenso por un terreno bastante suelto, pero sin perdida posible , pues el mismo está jalonado de hitos de piedras. Brevemente viramos hacia el sur para buscar un paso entre los cortados, en el que hay que hacer una pequeña trepada, sin excesiva dificultad ni peligrosidad.
Pasado este escollo ,seguimos ascendiendo hacia el norte, ahora ya de forma más relajada hacia la cima del Picón de los Halcones o Peña Halcón, donde hay emplazada una cruz.
Las vistas son espectaculares desde esta modesta cima e impresionantes los cortados sobre los que estamos asomados, donde sobra decir que hay que extremar el cuidado.
Descendemos por la misma débil y jalonada vereda, pero antes de llegar al collado de las Pegueras y para ahorrar unos metros ,descendemos hacia el sur hasta el Vado de los Perrillos.
Estamos en la orilla del arroyo Gualay y ahora lo remontamos por su orilla izquierda, la derecha de nuestra marcha ,en busca de la Cerrada del Pintor.
En un principio caminamos por un sendero entre densa vegetación. Un vallado nos obliga a ir por la misma orilla del arroyo, pero este tramo es breve. Llegamos a la entrada de la Cerrada del Pintor, uno de los lugares más impresionantes de este Parque Natural. Ahora el lecho del arroyo está seco (el agua se filtra por debajo), solo hay algunas pozas con agua. Por lo que caminamos por el mismo lecho o por donde las pozas nos dejan, en el interior de este estrecho cañón. Llegamos hasta donde las estrechas paredes y una poza nos impiden el paso sin mojarnos.
Tras deleitarnos de este paraje tan sensacional regresamos al Vado de los Perrillos por el mismo lugar y tomamos el camino que lleva hasta aquí desde el carril principal. El carril lo tomamos a la derecha, hacia el este, acompañado al Gualay aguas abajo.
El paraje que estamos atravesando es realmente espectacular, encajonados entre la Peña de los Tornillos y los cortados más septentrionales del Calar de Juana, mientras el arroyo Gualay de forma inexorable va buscando tributar sus aguas al Guadalentín, a través de la Cerrada de la Canaliega (a la cual no llegamos , pero la veremos en la distancia).
El carril termina y entre densos helechos y por eso cuesta verlo al principio, arranca un sendero en fuerte pendiente hacia el noreste.
El sendero poco a poco nos introduce den el barranco del Coberterón, sin dejar en ningún momento su acusado ascenso. Al fin llegamos a una zona muy abierta de navas, donde el ascenso se suaviza bastante. Estamos entre la Lancha de la Media Hanega y los Torcales de Pedro, según algunos mapas y entre los Torcales de Pedro y el Puntal de la Atalaya, según otros, a saber...
Llegamos a un collado, donde hay una caseta de chapa con pequeñas ventanas, no sabemos si para cazar a los ungulados que pastan en esta nava o simplemente para controlar sus poblaciones. En el collado y ya por carril comenzamos a descender hacia el noreste por el barranco de la Media Hanega.
El carril gira bruscamente hacia el este, descendiendo hacia la Nava de San Pedro por el barranco de la Media Hanega, pero en este punto nosotros dejamos este carril para seguir otro muy difuminado hacia el Noroeste.
Este camino se pierde , pero no hay perdida , vamos bordeando un vallado que tenemos a la derecha hasta que llegamos a lo que parece un jorro maderero o cortafuegos.
Seguimos el jorro hacia el noroeste en fuerte descenso hasta que ya en forma clara de carril va virando hacia el noreste y acompañando las aguas del arroyo de la Garganta.
En breves metros llegamos a la pista forestal JF-7091, muy cerca de la pequeña área recreativa de la Fuente de la Garganta.
Solo resta caminar durante algo más de 1 kilómetros por esta pista hacia el norte para llegar a la Nava del Espino, inicio y fin de esta fantástica ruta por un rincón privilegiado de estas serranías.
Nuestro primer objetivo es ascender al conocido cerro de los Poyos de la Mesa y los hacemos por el lugar más popular para los excursionistas, aunque con alguna variación.
Tomamos el carril que parte hacia el sur desde las ruinas de la Casa Forestal de la Nava del Espino. A los pocos metros el carril gira bruscamente hacia el oeste y sale un camino de menor envergadura hacia el sur, el cual tomamos.
Este camino termina difuminandose y sigue en forma de jorro maderero, que tras una acusada subida termina de nuevo saliendo al carril por el que empezamos a caminar. Hemos ahorrado unos metros, pero el ascenso es más fuerte.
El carril bordea el cerro Galán y a los pocos metros de pasar por el collado homónimo tomamos un sendero a la izquierda que en breves metros nos deja en la caseta de vigilantes de la Loma de la Mesa. Desde aquí podemos disfrutar de amplias panorámicas de buena parte de este Parque Natural, sobretodo de su sector meridional.
Desde la caseta crestamos de forma bastante cómoda , pero por lapiaz hacia el suroeste. Llegamos a un collado y giramos bruscamente hacia el noroeste en busca de la superficie llana de los Poyos. La idea era recorrerlos de forma completa, caminando por el filo de los abismos que prácticamente rodean todo su perímetro. Aunque bastante llano, el terreno no es cómodo de caminar, múltiples dolinas salpican por doquier su superficie.
Ya casi a punto de llegar a los cortados más orientales decidimos ir virando hacia el oeste, pues una densa niebla nos envolvía, haciendo que no fuese muy recomendable acercarse al abismo. En breve tiempo llegamos al viejo pluviómetro y lo que parecen los restos de un vértice geodésico. La niebla se disipo un poco, pero no lo suficiente para caminar ahora por los cortados occidentales, por lo que decidimos tomar el carril que hasta aquí llega y que hacia el sureste nos lleva al carril principal.
Una vez en el carril que viene de la Nava del Espino, lo seguimos a la derecha, hacia el suroeste. Comenzamos a descender , al principio el carril traza varios zigzags ,después lo hace de forma más suave y rectilinea.
Llegamos al collado de las Pegueras, entre la Peña de los Tornillos y el Picón de los Halcones, lugar donde nos salimos del carril para emprender el ascenso al último de estos cerros.
Hacia el oeste seguimos una débil vereda que nos acerca a la base del Picón. A partir de aquí comenzamos un acusado ascenso por un terreno bastante suelto, pero sin perdida posible , pues el mismo está jalonado de hitos de piedras. Brevemente viramos hacia el sur para buscar un paso entre los cortados, en el que hay que hacer una pequeña trepada, sin excesiva dificultad ni peligrosidad.
Pasado este escollo ,seguimos ascendiendo hacia el norte, ahora ya de forma más relajada hacia la cima del Picón de los Halcones o Peña Halcón, donde hay emplazada una cruz.
Las vistas son espectaculares desde esta modesta cima e impresionantes los cortados sobre los que estamos asomados, donde sobra decir que hay que extremar el cuidado.
Descendemos por la misma débil y jalonada vereda, pero antes de llegar al collado de las Pegueras y para ahorrar unos metros ,descendemos hacia el sur hasta el Vado de los Perrillos.
Estamos en la orilla del arroyo Gualay y ahora lo remontamos por su orilla izquierda, la derecha de nuestra marcha ,en busca de la Cerrada del Pintor.
En un principio caminamos por un sendero entre densa vegetación. Un vallado nos obliga a ir por la misma orilla del arroyo, pero este tramo es breve. Llegamos a la entrada de la Cerrada del Pintor, uno de los lugares más impresionantes de este Parque Natural. Ahora el lecho del arroyo está seco (el agua se filtra por debajo), solo hay algunas pozas con agua. Por lo que caminamos por el mismo lecho o por donde las pozas nos dejan, en el interior de este estrecho cañón. Llegamos hasta donde las estrechas paredes y una poza nos impiden el paso sin mojarnos.
Tras deleitarnos de este paraje tan sensacional regresamos al Vado de los Perrillos por el mismo lugar y tomamos el camino que lleva hasta aquí desde el carril principal. El carril lo tomamos a la derecha, hacia el este, acompañado al Gualay aguas abajo.
El paraje que estamos atravesando es realmente espectacular, encajonados entre la Peña de los Tornillos y los cortados más septentrionales del Calar de Juana, mientras el arroyo Gualay de forma inexorable va buscando tributar sus aguas al Guadalentín, a través de la Cerrada de la Canaliega (a la cual no llegamos , pero la veremos en la distancia).
El carril termina y entre densos helechos y por eso cuesta verlo al principio, arranca un sendero en fuerte pendiente hacia el noreste.
El sendero poco a poco nos introduce den el barranco del Coberterón, sin dejar en ningún momento su acusado ascenso. Al fin llegamos a una zona muy abierta de navas, donde el ascenso se suaviza bastante. Estamos entre la Lancha de la Media Hanega y los Torcales de Pedro, según algunos mapas y entre los Torcales de Pedro y el Puntal de la Atalaya, según otros, a saber...
Llegamos a un collado, donde hay una caseta de chapa con pequeñas ventanas, no sabemos si para cazar a los ungulados que pastan en esta nava o simplemente para controlar sus poblaciones. En el collado y ya por carril comenzamos a descender hacia el noreste por el barranco de la Media Hanega.
El carril gira bruscamente hacia el este, descendiendo hacia la Nava de San Pedro por el barranco de la Media Hanega, pero en este punto nosotros dejamos este carril para seguir otro muy difuminado hacia el Noroeste.
Este camino se pierde , pero no hay perdida , vamos bordeando un vallado que tenemos a la derecha hasta que llegamos a lo que parece un jorro maderero o cortafuegos.
Seguimos el jorro hacia el noroeste en fuerte descenso hasta que ya en forma clara de carril va virando hacia el noreste y acompañando las aguas del arroyo de la Garganta.
En breves metros llegamos a la pista forestal JF-7091, muy cerca de la pequeña área recreativa de la Fuente de la Garganta.
Solo resta caminar durante algo más de 1 kilómetros por esta pista hacia el norte para llegar a la Nava del Espino, inicio y fin de esta fantástica ruta por un rincón privilegiado de estas serranías.
Waypoints
Comments (6)
You can add a comment or review this trail
I have followed this trail View more
Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Estupenda ruta, grandes paisajes y magníficos parajes. Pasamos un gran día.
Buenas tardes, espero que te vaya bien después de todo, te quiero preguntar si en la caseta de Pollos de la Mesa se puede pasar la noche, o solo es para los servicios de vigilancia, gracias.
Hola Ramarvid, todo bien, espero que tú también. Es caseta de vigilancia en activo y suele o debe estar cerrada. Yo las veces que la he visitado estaba cerrada.
¡Saludos!!!
Gracias, cuídate
Magnífica y "dura" ruta
buenisima ruta con una vistas increibles en todo el recorrido, hemos disfrutado un dia espectacular muchas gracias por compartirla cuando sales de la cerrada del pintor ese sendero es de una belleza increible un abrazo