Pozos de Fuentes Carrionas, desde Cucayo
near Cucayo, Cantabria (España)
Viewed 27 times, downloaded 0 times
Trail photos
Itinerary description
Los Pozos de Fuentes Carrionas son dos pozos (lagunas pequeñas de alta montaña) que se encuentran al norte del pico Peña Prieta, la cima más alta de la montaña palentina.
NO hay que confundir los POZOS de Fuentes Carrionas, con las LAGUNAS de Fuentes Carrionas, que se encuentran en el circo glaciar formado por el Pico del Infierno, Mojón de Tres Provincias, Alto de Fuentes Carrionas y Alto del Tío Celestino; y que dan nacimiento al río Carrión.
Desde Cucayo partimos Pimiento, Ojos de Elfo y un servidor, en una mañana fresca y húmeda tomando la carretera hacia Dobres desde el hotel rural de Cucayo. La carretera la dejamos a los pocos metros, tomando una pista que sale en la parte izquierda de la misma, según esa dirección.
Nos adentramos en un bosque de hayas precioso, intenso y modelado por el tiempo y las inclemencias. Todas las sensaciones se acrecientan aún más con el día húmedo que se despierta entre los árboles del bosque, aún arropado con nieblas y brumas que lo confieren una aurea de duendes y hadas. Ascendemos hacia el Collado de Cezura, prosiguiendo cómodamente por el camino frecuentemente transitado por jeeps y quads de los pastores de la zona. En un momento, después de una bajada, nos encontramos un cruce. Proseguimos el camino recto y a partir de este punto compartimos parte del recorrido con el Camino a Liébana, que también discurre por estos parajes y que está señalizado con mojones con la pertinente cruz de Liébana.
Es una pista cómoda de recorrer, el día es estupendo, sin calor y todo cubierto de nubes que amenazan agua pero que no terminan de dejarla caer. Los kilómetros se hacen cómodos y las subidas tenues, sería todo distinto si nos diera el sol y el calor propios de esta época del año.
A unos 9 kilómetros, en un cruce cerca de un chozo de pastores que dominan unas praderas ganaderas, hay que desviarse hacia la derecha, hacia las cumbres. El camino se torna más empinado y su fin lo marca el chozo del Cubil del Can, un refugio que llevábamos tiempo queriendo explorar. El mismo es precario y destartalado, aunque hay indicios de que los pastores suelen pasar por ahí. En varias ocasiones pensamos llegar a dormir en él, pero nunca lo hicimos y ahora vemos que no sería el mejor refugio, pero sin duda, su posición dominante sobre el paisaje, haría que mereciera la pena.
Descansamos a sus puertas, comiendo y bebiendo y observando como un río de nubes sube por el valle de donde venimos, inundándolo todo y no dejando ver nada. Nos alcanzan y prosiguen y no se oye nada. Detrás de estas vienen otras y la marea no ceja y no se oye nada. La paz reina junto con la niebla.
Decidimos movernos, no sabemos qué nos traerá la tarde, y bajamos un trecho para desviarnos hacia nuestro objetivo de hoy, los pozos escondidos al norte del Peña Prieta.
Esta parte es la única que se realiza fuera de las pistas de tierra y es la más abrupta, pero con tiento se hace sin dificultad. Tras subir la pared, nos encontramos con un prado de alta montaña con el primer pozo en medio. Es amplio y tranquilo, rodeado de paredes de piedra descompuesta que descienden a él y de las nubes que lo quieren tocar. Para llegar al segundo pozo hay que subir otro trecho. Este, es más pequeño que el anterior, más escondido, más breve y nos pareció más bello. Alrededor solo había piedras y el blanco de las nubes que rodeaba todo y nos arropaba. El tiempo pasó, rápido o despacio, no sabría decirlo. Al final, bajamos y retornamos el camino, contentos, admirados. Felices por haber estado en un sitio que nunca antes habíamos caminado, por haber visto secretos que nunca antes habíamos visto.
Desde el cruce anterior solo queda seguir la pista hacia los Puertos de Riofrío y cruzar su puente En un cruce amplio, con un refugio de pastores cerrado, cogemos el camino al norte. El camino que prosigue al sur daría al final con el Pozo Curavacas.
Nos quedan desde este punto aún bastantes kilómetros, el camino se hace ameno entre el frescor, algo de lluvia y los bosques de hayas que cruzamos.
La cena y el descanso están conseguidos. La ruta, sin duda, ha sido sacada de un cuento, bella siempre, en días nubosos, espléndida.
NO hay que confundir los POZOS de Fuentes Carrionas, con las LAGUNAS de Fuentes Carrionas, que se encuentran en el circo glaciar formado por el Pico del Infierno, Mojón de Tres Provincias, Alto de Fuentes Carrionas y Alto del Tío Celestino; y que dan nacimiento al río Carrión.
Desde Cucayo partimos Pimiento, Ojos de Elfo y un servidor, en una mañana fresca y húmeda tomando la carretera hacia Dobres desde el hotel rural de Cucayo. La carretera la dejamos a los pocos metros, tomando una pista que sale en la parte izquierda de la misma, según esa dirección.
Nos adentramos en un bosque de hayas precioso, intenso y modelado por el tiempo y las inclemencias. Todas las sensaciones se acrecientan aún más con el día húmedo que se despierta entre los árboles del bosque, aún arropado con nieblas y brumas que lo confieren una aurea de duendes y hadas. Ascendemos hacia el Collado de Cezura, prosiguiendo cómodamente por el camino frecuentemente transitado por jeeps y quads de los pastores de la zona. En un momento, después de una bajada, nos encontramos un cruce. Proseguimos el camino recto y a partir de este punto compartimos parte del recorrido con el Camino a Liébana, que también discurre por estos parajes y que está señalizado con mojones con la pertinente cruz de Liébana.
Es una pista cómoda de recorrer, el día es estupendo, sin calor y todo cubierto de nubes que amenazan agua pero que no terminan de dejarla caer. Los kilómetros se hacen cómodos y las subidas tenues, sería todo distinto si nos diera el sol y el calor propios de esta época del año.
A unos 9 kilómetros, en un cruce cerca de un chozo de pastores que dominan unas praderas ganaderas, hay que desviarse hacia la derecha, hacia las cumbres. El camino se torna más empinado y su fin lo marca el chozo del Cubil del Can, un refugio que llevábamos tiempo queriendo explorar. El mismo es precario y destartalado, aunque hay indicios de que los pastores suelen pasar por ahí. En varias ocasiones pensamos llegar a dormir en él, pero nunca lo hicimos y ahora vemos que no sería el mejor refugio, pero sin duda, su posición dominante sobre el paisaje, haría que mereciera la pena.
Descansamos a sus puertas, comiendo y bebiendo y observando como un río de nubes sube por el valle de donde venimos, inundándolo todo y no dejando ver nada. Nos alcanzan y prosiguen y no se oye nada. Detrás de estas vienen otras y la marea no ceja y no se oye nada. La paz reina junto con la niebla.
Decidimos movernos, no sabemos qué nos traerá la tarde, y bajamos un trecho para desviarnos hacia nuestro objetivo de hoy, los pozos escondidos al norte del Peña Prieta.
Esta parte es la única que se realiza fuera de las pistas de tierra y es la más abrupta, pero con tiento se hace sin dificultad. Tras subir la pared, nos encontramos con un prado de alta montaña con el primer pozo en medio. Es amplio y tranquilo, rodeado de paredes de piedra descompuesta que descienden a él y de las nubes que lo quieren tocar. Para llegar al segundo pozo hay que subir otro trecho. Este, es más pequeño que el anterior, más escondido, más breve y nos pareció más bello. Alrededor solo había piedras y el blanco de las nubes que rodeaba todo y nos arropaba. El tiempo pasó, rápido o despacio, no sabría decirlo. Al final, bajamos y retornamos el camino, contentos, admirados. Felices por haber estado en un sitio que nunca antes habíamos caminado, por haber visto secretos que nunca antes habíamos visto.
Desde el cruce anterior solo queda seguir la pista hacia los Puertos de Riofrío y cruzar su puente En un cruce amplio, con un refugio de pastores cerrado, cogemos el camino al norte. El camino que prosigue al sur daría al final con el Pozo Curavacas.
Nos quedan desde este punto aún bastantes kilómetros, el camino se hace ameno entre el frescor, algo de lluvia y los bosques de hayas que cruzamos.
La cena y el descanso están conseguidos. La ruta, sin duda, ha sido sacada de un cuento, bella siempre, en días nubosos, espléndida.
Waypoints
Comments (4)
You can add a comment or review this trail
¡Precioso reportaje! ¡Cómo me gusta recordar esos momentos!
Veo que hicisteis la ruta en el sentido inverso al nuestro y que seguisteis hasta el pozo pequeño superior.
Por cierto, desde ahí se sube relativamente fácil a Peña Prieta; es por donde subí la última vez que estuve en Cucayo.
¡Gracias!
Hola IñakiE! Sí, sabíamos que por ahí podíamos hacer cumbre al Peña Prieta, pero yo andaba tocado de un hombro y, además, según las previsiones, caería lluvia y nos quedamos en el pozo de arriba. También debe quedar algo más arriba el Pozo de los Altares, pero tampoco fuimos a explorarlo. ¡Nos toca volver, jeje!
La ruta nos encantó y con el día fresco, ya ni te digo. Genial habertela leído. Muchas gracias por tu coment!!
Saludos!!
Leord.
Bonita narración. Fue un gran día.
Un gran día, sin duda, Jesús.