PR-A 420 Ruta de los Miradores y Acantilados, Faro de Sacratif, Playa de la Joya y Pasarela de Jolucar. Torrenueva

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO:

Iniciaremos El recorrido en la Avenida Marazul. Desde aquí nos dirigiremos al punto donde se inicia el sendero; en la cercana TORRE ATALAYA Y VIGÍA (s. XVII–XVIII), que da nombre al municipio cuyos orígenes se sitúan entre los siglos X y XI, configurada como una alquería árabe denominada Battarna. En ella se hallaba una alfarería junto a un fondeadero, así como las salinas de Trafalcaçis, abastecedoras de las salazones de la ciudad Sexi (Almuñecar). Determinadas fuentes bibliográficas ubicaban también en la zona una explotación minera de atutía (oxido de cinc), utilizado como elemento en los talleres de alfarería, fábrica del latón y determinados usos medicinales. Torrenueva Costa fue asentamiento de las civilizaciones romana y árabe. Su topónimo se debe al elemento patrimonial más representativo de este municipio, la Torre Atalaya o Torre Vigía con el objeto de reforzar los mecanismos defensivos contra invasiones berberiscas de la costa.

En el parque que rodea a la Torre del Vigía se encuentra el inicio y el PANEL INFORMATIVO del Sendero PR-A 420. Tras cruzar la Carretera NA-340 llegaremos a la PLAZA PATERNA y junto a un pintoresco jardín vertical encontraremos el ALJIBE que erige un museo arqueológico y cultural. Es testimonio del significativo pasado hidráulico de la localidad. Y supone un recuerdo de los orígenes agrícolas del municipio que se remonta al siglo XVI. Tras la edificación de la Torre-Atalaya, las actividades de pesca y cultivo comenzaron a proliferar a su alrededor y las necesidades de la población fueron las claves para la construcción de este aljibe, fechado a principios del S. XX.

Este es un paseo tranquilo, agradable y relajante, a medio camino entre el cielo y el mar, que puede realzar cualquier persona por su poca dificultad, exceptuando la zona de acantilados, que por su naturaleza no resulta recomendable a personas que sufren vértigo.

Pasando el Aljibe, el sendero continua su recorrido por la CALLE MIRADOR DE LA BAHÍA, trayecto de poco tráfico de veh1culos que una vez superado el casco urbano discurre a través de campos de aguacates y chirimoyos, así como algunos olivos. Pasaremos junto a las ruinas del CORTIJO CAÑADAS; donde veremos unas Araucarias centenarias y papayas.

Continuaremos el camino dirección al complejo deportivo CAÑADA VARGAS y seguiremos el camino del canal dirección a la CAÑADA REAL DEL CONJURO Y CARCHUNA.

Enel transcurso nos encontraremos con 3 miradores. El primero de ellos; el MIRADOR MARAUTE DESDE EL QUE SE CONTEMPLA UNAS EXTRAORDINARIAS PANORÁMICAS DE LA Bahía de Motril y de su puerto. Los dos siguientes son contiguos y están formados por dos terrazas a diferentes alturas con cobertizo, mesas y asientos en piedra/hormigón y con vistas de Torrenueva Costa, del puerto, Motril y su vega, así como Salobreña. Volviendo a la pista, descenderemos hasta llegar a los restos mejor conservados de la antigua N-340, tramo por el que transcurrió “La desbandá” en 1937 durante la Guerra Civil Española.

ATECIÓN: aquí y junto a una baliza de señalización hay un senderillo que nos conduce hasta la carretera NA-340 se encuentra el mejor sitio para cruzarla, eso sí, con MUCHA PRECAUCIÓN pues los vehículos van a gran velocidad.

Atravesaremos la carretera y llegaremos al FARO DELCABO DE SACRATIF. Lleva coronando los acantilados del cerro del Chucho desde 1863. Este es el punto más meridional de la provincia de Granada. Desde aquí se domina un amplio arco costero, que va desde el Cabo de Gata en Almería hasta el Faro de la punta de la Mona, en Almuñécar. Por este motivo, desde la llegada de los fenicios, la zona fue consagrándose como uno de los puntos más importantes y estratégicos de la costa granadina.

Al abrigo del Cabo de Sacratif se asentaron primero los romanos, llamando al lugar Paterna, y después los árabes, constituyendo la alquería de Batarna, siendo famosas las salinas de Trafalcaçis.

El Cerro del Chucho fue puesto de vigilancia, y el lugar donde se levantó, en el siglo XVI, la torre del Chucho o de Trafalcacis. Esta atalaya debía de evitar el desembarco y los ataques de los corsarios berberiscos, que iban a saquear la costa motrileña. Sin embargo, la atalaya no era del todo eficaz, debido fundamentalmente a su escasa altura, así que solo servía para vigilar el Llano de Carchuna.

En más de una ocasión los torreros del Chucho se vieron indefensos y a merced de los corsarios, que atacaban la atalaya sin mucha dificultad. Los guardias de la torre se vieron obligados también, a abandonar la atalaya por las demandas de Luis de Salas, administrador de la sal de Trafalcaçis, en el siglo XVII, porque la torre estaba dentro de los dominios de las salinas.

La Torre del Chucho estaba custodiada habitualmente por 1 cabo y 2 torreros, en casos excepcionales llegó a estar dotada de tres soldados de Infantería y de tres torreros, según las indicaciones dadas por el mariscal de campo Antonio María Bucareli.

La torre debía de tener conexión visual con otras fortificaciones de la costa granadina, con el Castillo de Carchuna a levante y con la Torre de Torrenueva a poniente. Con esta última no existía dicha conexión visual por lo que los torreros debían subirse a una loma cercana, para hacer señales de rebato a la torre de Torrenueva. La torre del Chucho, de la que no queda actualmente nada, estaba a la izquierda, y a escasos metros de donde hoy se levanta el Faro de Sacratif. Quedó totalmente arruinada durante el gran terremoto de 1803 y las continuas réplicas del año siguiente.

El 31 diciembre 1863, se inauguró el Faro de Sacratif, que es de 2º orden, caracterizado por la luz fija que daba una lámpara Degrand, alimentada por aceite de oliva, y que emitía destellos con un intervalo de 1 minuto. Esta luz era visible a 24 millas náuticas. Posteriormente, en 1916, se colocó una lámpara a vapor de petróleo, que emitía dos destellos relámpagos, visibles a 30 millas.

En 1953 se sustituyó el antiguo aparato por una nueva óptica y linterna aeromarítima, electrificada con lámparas de 1.500W, disponiendo de un sistema de giro, apoyado sobre cubeta de mercurio y pesas para rotar la óptica. También se colocó una nueva máquina de relojería. Se convirtió por aquel entonces en el primer aerofaro de las provincias de Granada y Almería.

En la restauración, que se realizó en 1990 se añadió una linterna con balconcillo metálico y la escalera exterior de 7,5 metros que da acceso a la linterna. Tras el faro empieza el primer acantilado en el que encontraremos una amplia explanada con magníficas vistas del Mediterráneo y sus riscos. Continuando por el borde del acantilado, llegarnos a una nueva explanada en la que podremos observar un Vértice Geodésico, unos espléndidos atardeceres y una magnífica panorámica de la naturista Playa de la Joya.

Descenderemos del vértice geodésico por un estrecho pasillo entre los Invernaderos del Faro y la finca del CORTIJO DE LA JOYA. Caminaremos junto a un gran aparcamiento donde se encuentra la CASA DE LA JOYA. Una casa ideal donde acudir cuando necesitas mejorar tu salud de forma integral.

Un desvío a la izquierda, por unas empinadas escaleras ascendentes por otro estrecho pasillo nos conduce hasta el MIRADOR DE LA PLAYA DE LA JOYA. Aquí no nos podremos resistir a la tentación de abandonar el sendero para descender por unas serpenteantes y vertiginosas escaleras hasta la tranquila PLAYA DE LA JOYA.

Así es la playa de la Joya, una pequeña cala ideal para pasar el día sin apenas más compañía que el ruido de las olas del mar. Grupos de jóvenes que buscan un lugar para disfrutar, parejas que prefieren una jornada de relax o aficionados al naturismo, la Joya tiene cabida para todo el que se anime a la aventura de llegar hasta su oscura arena. es una pequeña cala, de apenas 600 metros de largo y de escasa anchura en cuyas esquinas, la caída de las rocas y el desgaste del mar han formado otras dos calitas.

Desandando el descenso retomaremos el sendero que tras un intenso ascenso nos conduce hasta el MIRADOR DEL HONDURÓN. Una ventana al mar de Alborán que cuenta con iluminación nocturna, una placa informativa sobre el Cañón de Jolúcar y su influencia en el litoral, bancos para descansar. Es uno de Jos puntos más emblemáticos de nuestro
litoral. Denominado como "'Mí ador de Hondurón",hace alusión a un :accidente geográfico sumergido y situado justo frente a nuestros pies que, desde tiempo atrás, los pescadores locales denominaban "hondurón" por el profundo, Largo y estrecho desfiladero submarino .que se adentra en las profundidades del Mar de Albarán.

Este accidente geográfico tan único está surcado por una serie de cañones submarinos entre los que destaca el Cañón de Jolucar, un valle fluvial sumergido extinto de la vertiente mediterránea situado en la parte más próxima a la playa urbana y se extiende desde las cercanías del peñón hasta la playa de Carchuna. Con pendiente pronunciada y cotas de hasta 350 m. de profundidad, este cañón es uno de los más importantes de la Costa Tropical y su presencia ha modificado la morfología de las playas con el paso de los años debido a que atrapa los sedimentos e impide que regresen a la orilla.

Regresando a la superficie, esta ventana al océano se encuentra a 58 m. sobre el nivel del mar y es uno de los puntos con mayor visibilidad del municipio. Situado a mitad de camino entre Torrenueva Costa y el Faro Sacratif, esta es una oportunidad de poder respirar la brisa del océano y contemplar los más bellos atardeceres tanto en los meses de verano como invierno.

Este mirador está construido sobre un aljibe de regadío en deshuso que ha servido durante años como espacio de descanso y observación del litoral de camino a la playa naturista de la Joya.

En su distribución, esta plataforma de madera tiene tres puntos de observación marcados por salientes:

Hacia el sureste, podemos contemplar la belleza de la playa de la Joya y la continuación de la ruta hacia el faro Sacratif, hacia el suroeste, podremos apreciar desde el Pueblo de Torrenueva Costa en su parte más próxima hasta el gran paisaje que dibuja la Sierra de Almijara y enmarca el Puerto de Motril, Salobreña y Almuñecar en la Lejanía. Por último, su tercer punto de observación busca resaltar y dar importancia al tan importante cerro que envuelve a Torrenueva Costa y forma parte del recorrido del PR-A 420, donde podemos encontrar distintos senderos con la fauna y flora tan característicos del microclima subtropical.

Tras un nuevo descenso y ascenso llegaremos a la PASARELA COLGANTE DE JOLUCAR, la primera construida en todo el Mediterráneo español. Con este puente podremos caminar a más de treinta metros de altura sobre el mar y contemplar desde allí el precioso paisaje que lo envuelve. El puente tiene una longitud de 60 metros y se compone de un sistema de elementos tensados que soportan la mayor parte de la carga y una serie cables laterales que le dan estabilidad.

Además, el tablero por el cual se camina está formado por 23 tramos de madera de ipé montados sobre una estructura de acero. Y para añadirle más emoción al puente, hay cuatro zonas de vidrio que nos dejarán literalmente caminando a 32 metros de altura sobre el mar de Alborán. Y quienes tengan miedo a las alturas no tendrán que preocuparse, ya que se trata de una estructura muy estable y segura que apenas se mueve.

Es por lo tanto un enclave perfecto para disfrutar del amanecer o el atardecer. Incluso al caer la noche, el espectáculo continúa, y es que el puente queda iluminado con una bonita ambientación.

Su horario es de 7:00 h a 1:00 verano y a 19:00 en invierno. El resto de horas permanece cerrado, con una vigilancia por cámaras las 24 horas del día. Además, no está permitido acceder con comida o bebida, patines o bicicletas. Tampoco se puede saltar o correr mientras se atraviesa, ni cruzarlo cuando hay mal tiempo en la costa.

Un último descenso por las primeras casas de Torrenueva nos deja junto al MIRADOR NTRA. SEÑORA LA VIRGEN DEL CARMEN en la que hay una imagen tallada en mármol de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, Unos metros más y llegaremos al PASEO MARÍTIMO DE TORRENUEVA donde podremos caminar sobre la abrumante mirada del Mar Mediterráneo y escuchar el graznar de las gaviotas y cormoranes hasta llegar al punto de inicio y final de esta cómoda, interesante y recomendable ruta.