PR-AB 59 Hoces del Batanejo (Villalgordo del Júcar)

La ruta no está mal, pero es algo decepcionante, la verdad. De hecho ha terminado por ser justo al contrario de lo que esperaba, ya que preveía que la primera mitad iba a ser aburrida y el regreso junto al río el punto fuerte, pero ha sido al revés.

El panel de la ruta está en la fachada de la Casa de la Cultura, desde ahí cogemos la carretera que atraviesa la localidad, pasando por su Iglesia de Santa María Magdalena, y girando a la izquierda para salir de Villalgordo del Júcar por el cementerio.

A partir de aquí transitaremos por caminos de tierra entre viñedos y otros campos de cultivo que cubren el ondulado relieve que nos rodea. Es una hermosa estampa, más aún con el sol luminoso entre nubes blancas y un fresco perfecto para caminar.

Cruzamos con precaución la carretera de Casasimarro y proseguimos nuestra ruta. Desde ahora y hasta llegar al Júcar hay que ir muy atentos, porque los cruces son numerosos, aunque en general está muy bien señalizado, sólo he echado en falta las marcas en un cruce. En el track he marcado todas las intersecciones.

Ganamos kilómetros sin sentir, envueltos en un paisaje a caballo entre lo agrícola y lo serrano. Puro rural.

Necesitaremos diez kilómetros para llegar al río Júcar junto al Puente de las Ovejas, que no hemos de cruzar. Aquí coincidimos con el Camino Natural del Júcar, pero viene de otro lado y sigue por otro camino, así que sólo nos tocamos.

Andamos ahora por la margen izquierda del río, que llevamos al lado. Para verlo bien tenemos que asomarnos, pero pronto el camino se separa levemente del río y asciende levemente hasta el Mirador de las Hoces del Batanejo.

No se puede decir que no sea bonito el paraje, pero tampoco es nada del otro mundo, sinceramente. De esta manera, lo que prometía ser el punto estrella ha quedado deslucido. Quiero aclarar que el sitio es muy chulo, pero yo llegaba con unas expectativas demasiado altas, por eso me ha sabido a menos.

Ya sólo queda enfilar hacia el punto de partida, y aquí viene la segunda decepción, porque yo había imaginado que este tramo iba con la visión del río casi permanentemente presente, pero no es así. Del río sólo vemos los bellos chopos flanqueando su devenir, pero no el agua.

Es cierto que hay buenas panorámicas, pero para mí ha sido otro chasco, y si lo menciono es precisamente para atemperar vuestras expectativas. Recomiendo la ruta, a mí me ha encantado hacerla, pero no esperéis una ruta de diez, yo le daría un siete y medio.

En Villalgordo del Júcar las señales nos conducen al Parque municipal Hondo del Río, donde por fin vemos de nuevo el agua, que es represada y cae con energía en este punto.

Apenas trescientos metros más adelante tenemos la Casa de la Cultura, donde ponemos punto y final.