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PR CR 50. RUTA DE LOS BOMBOS DE TOMELLOSO

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Trail stats

Distance
10.67 mi
Elevation gain
3 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
3 ft
Max elevation
2,183 ft
TrailRank 
36
Min elevation
2,101 ft
Trail type
Loop
Time
one hour 34 minutes
Coordinates
765
Uploaded
January 3, 2021
Recorded
December 2020
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near Tomelloso, Castilla-La Mancha (España)

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Itinerary description

Comenzamos la ruta dejando a nuestra espalda el Santuario Virgen de las Viñas y cruzando la carretera CM-3103 para seguir por el camino de servicio paralelo a la misma durante km y medio.
Giraremos a la izquierda y caminaremos medio km hasta llegar al camino del Pardo por donde proseguiremos en dirección norte durante otro kilómetro y medio.
Giraremos a la derecha y tras 700 metros en dirección a la carretera tomaremos el camino de Tomelloso a Pedro Muñoz.
Tras haber caminado 5,4 km llegaremos al paraje de la Zanahoria, donde nos queda por recorrer una ruta circular de 6,2 km.
Es aquí donde podremos disfrutar de un gran número de Bombos a ambos lados de nuestro camino y en parcelas cercanas.
A partir de ahora, si pudiéramos hablar de dos elementos singulares que caractericen el paisaje de Tomelloso, y que fuera representativo del mismo, los vamos a encontrar en la continuidad del paisaje: bombos y viñedos.
A lo largo del recorrido también será frecuente que observemos en las lindes y junto al camino, montones de piedras que son retiradas tras la roturación del terreno. Fueron estas las piedras que en su día posibilitaron la construcción de los Bombos.
También aparecerán en nuestra ruta pozos artesanos.
En cuanto a la vegetación que encontraremos a lo largo de la ruta, esta está muy condicionada por la mano del hombre. Estamos hablando de un terreno muy antropizado y de gran aprovechamiento.
Durante nuestra ruta, aparte de viñedos, cereal escaso y alguna parcela de reforestación encontraremos en las cunetas y algunas zonas liegas entorno a los montones de piedras apilados, Lechetrezna, Marrubio, Cardo, Aulaga, Ortiga y chupamieles.
En lo que respecta a la fauna será fácil que en nuestro camino se nos crucen conejos, liebres, alguna perdiz roja y palomas, e incluso rapaces.
Como hecho diferenciador de este paisaje nos vamos a encontrar a lo largo de nuestra ruta innumerables Bombos, construidos con piedra seca, sin ningún tipo de argamasa, y considerados como geniales joyas arquitectónicas que decoran y embellecen el paisaje rural de Tomelloso, proporcionándole una seña distintiva y peculiar.
Su construcción está relacionada con la rotulación de las tierras, donde el labrador extraía y amontonaba las piedras que impedían el cultivo.
Estas piedras fueron utilizadas para edificar estos Bombos a partir de la segunda mitad del s. XIX como consecuencia de la enorme extensión del cultivo de la vid, sirviendo como vivienda y refugio durante las faenas del campo tanto para los labradores y familias, como para los aperos de labranza y animales de carga o tiro.
No deja de ser el ejemplo claro de la optimización de recursos en busca de una efectividad utilitaria tras el arranque de la piedra entendido como elemento empobrecedor de la propiedad que se deposita en primer término en las lindes y que posteriormente se reutiliza para la construcción de estas edificaciones sin más recursos que la propia piedra y la habilidad de la colocación de las lascas para que sea su propio peso quien las compacte, anclándolas a su vez por medio de cuñas.
Para su construcción, se comienza con un primer nivel de piedras, que llega a los 1,20 m, levantando en paralelo una pared exterior, para rellenar y compactar el hueco entre las dos paredes con lajas de piedra suelta más pequeñas, los garrujos, dejando un pasillo de entrada en torno a 1,50 m, cerrándose en altura bien con cubierta adintelada o bóveda de cañón.
Es a partir de aquí cuando se inicia la falsa cúpula con la colocación de piedras voladas en círculos, reduciéndose el diámetro en cada fila de piedras hasta conseguir cerrar la cúpula con una última piedra a modo de clave.
A su vez, desde el muro externo y con fragmentos menudos se levantan los cucuruchos que darán la carga necesaria para mantener la cúpula.
En el interior, nos podemos encontrar el suelo liso o empedrado y a un nivel más bajo que en el exterior debido que se han excavado las primeras capas de tierra suelta para evitar humedad.
Dentro del bombo y dependiendo de su tamaño podemos tener entre una o tres habitaciones, aunque la mayoría son refugios de pequeño tamaño, y la zona de la cuadra para los animales, los cuales proporcionaban calor durante la noche.
La mayoría de los bombos tienen fuego y chimenea lo que permite que se pueda cocinar y calentarse a la vez que se permite la renovación del aire interior a través de la chimenea.
Es frecuente encontrar a los lados del fuego poyos para sentarse o dormir.
Como broche final a la ruta es aconsejable la visita al Museo del Carro y aperos de labranza. Interesante museo etnográfico relacionado con las tareas agrícolas y artesanales. Desde 1970 en el patio del museo se alza un bombo que fue construido con más de 2.000.000 de piedras, dispuestas unas sobre otras sin argamasa.

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