PR-CR-85: La Casa de la Tinaja. Socuéllamos
near Socuéllamos, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
Antes de comenzar la ruta aproveche para conocer un poco Socuéllamos con una ruta urbana.
Comencé la ruta en el Parque de la Ermita de Nuestra Señoral de Loreto, patrona de Socuellamos (y de la aviación, por eso el avión en la glorieta) que se sitúa en lo que fue un cementerio hasta el siglo pasado.
El siguiente destino fue la Plaza de la Constitución donde se u ubica el actual Ayuntamiento. En uno de sus laterales aún conserva los restos de la fachada de un antiguo convento trinitario del siglo XVII que estuvo en funcionamiento hasta el siglo XIX.
Después me dirigí a la Iglesia de la Asunción. Las primeras referencias del edificio datan de mediados del siglo XV. El templo de estilo gótico tardío pasó por diversas reformas y ampliaciones hasta el siglo XX cuando se reconstruyó la torre perdida.
En el entorno de la Plaza de la Iglesia, encontramos varias casas de la época como la de la inquisición, que se instauró en el s. XVII o el antiguo Ayuntamiento, del s. XVI, construido gracias a un impuesto especial llamado "repartimiento".
El edificio más emblemático es la Casa de la Encomienda o de los Mendoza, que era la casa-encomienda de la Orden de Santiago en la villa. Esta llegó a ser la tercera en rendimiento, de las 87 que tenía la Orden en toda España.
Muchos nombres ilustres pasaron por esta casa, como los Mexia y los Mendoza. Destaca Antonio de Mendoza, comendador de Socuéllamos y virrey de México y Perú.
La ruta comienza junto a las Bodegas Loreto. Esto cuenta senderosciudadreal.es sobre la ruta:
El primer tramo de la ruta que ahora inicias discurre por una antigua zona de huertas. Nada más cruzar el río Córcoles , se puede apreciar un canal artificial de drenaje, paralelo al camino, que sirvió para drenar zonas inundadas entre el Záncara y el Córcoles , y regar huertos con ello. Alos antiguos huertos suceden campos de cereal, y a poco que segan a altura y cambia el terreno, dominan los viñedos, almendros y olivos, con alguna repoblación de pino carrasco ( Pinus halepensis). En las inmediaciones de la Casa de la Tinaja queda algún buen ejemplar de carrasca ( Quercus ílex rotundifolia).
Pronto nos acercamos al Monte de la Raya, compuesto básicamente por una magnífica mancha de pino piñonero ( Pinus pinea), con su matorral de carrasca como sotobosque. Abundan las plantas aromáticas como la mejorana ( Thymus mastichina).
Llegando a la Casa de Malagana quedan restos de viejas olmedas( ulmus minor), muy dañadas por la grafiosis, destacando la presencia del tocón de un ejemplar que debió ser monumental.
Atravesamos de regreso a la localidad zonas de conejo y perdiz , en este paraje podemos observar la antigua zona inundada que fue drenada para el citado canal o cerrojo, hoy ocupada por cultivos de regadío, ajos fundamentalmente.
Cerca ya de la población , volvemos a cruzar el Córcoles, que en años húmedos queda revestido de plantas acuáticas como la castañuela ( Cyperus rotundus) y la cardencha o cardador ( Dipsacus fullonun). Poco más adelante, sobre un alcor , podemos ver los restos del Molino de Asúa o de los Trinitarios, único molino de viento del que quedan restos.
Comencé la ruta en el Parque de la Ermita de Nuestra Señoral de Loreto, patrona de Socuellamos (y de la aviación, por eso el avión en la glorieta) que se sitúa en lo que fue un cementerio hasta el siglo pasado.
El siguiente destino fue la Plaza de la Constitución donde se u ubica el actual Ayuntamiento. En uno de sus laterales aún conserva los restos de la fachada de un antiguo convento trinitario del siglo XVII que estuvo en funcionamiento hasta el siglo XIX.
Después me dirigí a la Iglesia de la Asunción. Las primeras referencias del edificio datan de mediados del siglo XV. El templo de estilo gótico tardío pasó por diversas reformas y ampliaciones hasta el siglo XX cuando se reconstruyó la torre perdida.
En el entorno de la Plaza de la Iglesia, encontramos varias casas de la época como la de la inquisición, que se instauró en el s. XVII o el antiguo Ayuntamiento, del s. XVI, construido gracias a un impuesto especial llamado "repartimiento".
El edificio más emblemático es la Casa de la Encomienda o de los Mendoza, que era la casa-encomienda de la Orden de Santiago en la villa. Esta llegó a ser la tercera en rendimiento, de las 87 que tenía la Orden en toda España.
Muchos nombres ilustres pasaron por esta casa, como los Mexia y los Mendoza. Destaca Antonio de Mendoza, comendador de Socuéllamos y virrey de México y Perú.
La ruta comienza junto a las Bodegas Loreto. Esto cuenta senderosciudadreal.es sobre la ruta:
El primer tramo de la ruta que ahora inicias discurre por una antigua zona de huertas. Nada más cruzar el río Córcoles , se puede apreciar un canal artificial de drenaje, paralelo al camino, que sirvió para drenar zonas inundadas entre el Záncara y el Córcoles , y regar huertos con ello. Alos antiguos huertos suceden campos de cereal, y a poco que segan a altura y cambia el terreno, dominan los viñedos, almendros y olivos, con alguna repoblación de pino carrasco ( Pinus halepensis). En las inmediaciones de la Casa de la Tinaja queda algún buen ejemplar de carrasca ( Quercus ílex rotundifolia).
Pronto nos acercamos al Monte de la Raya, compuesto básicamente por una magnífica mancha de pino piñonero ( Pinus pinea), con su matorral de carrasca como sotobosque. Abundan las plantas aromáticas como la mejorana ( Thymus mastichina).
Llegando a la Casa de Malagana quedan restos de viejas olmedas( ulmus minor), muy dañadas por la grafiosis, destacando la presencia del tocón de un ejemplar que debió ser monumental.
Atravesamos de regreso a la localidad zonas de conejo y perdiz , en este paraje podemos observar la antigua zona inundada que fue drenada para el citado canal o cerrojo, hoy ocupada por cultivos de regadío, ajos fundamentalmente.
Cerca ya de la población , volvemos a cruzar el Córcoles, que en años húmedos queda revestido de plantas acuáticas como la castañuela ( Cyperus rotundus) y la cardencha o cardador ( Dipsacus fullonun). Poco más adelante, sobre un alcor , podemos ver los restos del Molino de Asúa o de los Trinitarios, único molino de viento del que quedan restos.
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