PR-CU 71 Sendero Hoz de Alarcón (Alarcón)

De las rutas más bonitas que he hecho hasta ahora. Alarcón fue declarada Patrimonio de la Humanidad, y cuando uno llega allí no le sorprende. En este PR tendremos la oportunidad de de verla desde varias perspectivas, así como al Júcar, el río que la envuelve en uno de sus mil requiebros.

Encontramos el panel de ruta junto al aparcamiento para autobuses, al lado del cartelón del Camino Natural del Júcar. Descendemos por una senda y cruzamos la Puerta de Chinchilla hasta un poste direccional, donde escogeremos en qué sentido realizaremos la ruta. Yo opté por girar a la derecha, descendiendo a pie de río.

Este sendero es una gozada. Vamos encajonados entre altas paredes, acompañados de una vegetación exuberante. Después de una curva vemos arriba y enfrente las torres de los Cañavates y los Alarconcillos, que más adelante conoceremos in situ.

Para la salida del río tomaremos unos empinados escalones que nos dejan en un pinar al lado del casco urbano. Avanzamos hasta el Puente del Henchidero, sencillo y hermoso. Lo cruzamos, y al otro lado parte una pequeña derivación para visitar la Torre de los Alarconcillos, de forma singular.

A la vuelta retomamos el itinerario matriz, y comienza otro de los tramos más bonitos. Y es que las vistas de Alarcón desde este lado son maravillosas. Además, muy pronto llegaremos a la Torre de los Cañavates. Vale la pena acercarse a ella y ver al Júcar alejarse bajo la mirada de la torre.

El camino prosigue, incluso cuando el Júcar hace un giro a la derecha para despedirse. Entramos así en terreno de monte en un tramo breve que nos saca a una ancha pista. De repente estamos en una especie de planicie, un terreno nada accidentado. Nos dirigimos a la izquierda y conectamos con el Camino Natural del Júcar, girando a la izquierda para, unos metros más adelante, volver a tomar a la izquierda, esta vez por una senda pedregosa que desciende con decisión.

De nuevo estamos sobre el Júcar, con la silueta de Alarcón al frente. Llegamos al Puente del Picazo, presumiblemente de origen romano. Es una construcción recia, sencilla y, en consonancia con todo lo que nos rodea, muy bonita. De nuevo en la bifurcación del principio, sólo resta desandar los primeros pasos bajo la Puerta de Chinchilla.

Repito, una ruta de diez, para disfrutar de una naturaleza exuberante y del fabuloso encanto medieval de Alarcón.