PR-G 187 Camiño Ferradal

Camiño Ferradal

Antiguo camino que unía la ferrería de Rugando con el Río Sil y desde allí con toda la comarca de Quiroga.
Las ferrerías tuvieron una enorme importancia hasta que se empezaron a fabricar herramientas y maquinaria en talleres mecanizados a finales del siglo XIX.
Hasta entonces eran las Ferrerías las únicas capaces de fabricar herramientas y utensilios de hierro.

Concretamente, ésta de Rugando ya funcionaba, al parecer, desde mucho tiempo atrás siendo propiedad del Monasterio de Samos.

A principios del siglo XX tuvo lugar en ella un macabro episodio en el que el herrero murió a causa de las quemaduras sufridas en un asalto a la ferrería.

El camino desde Rugando hasta O Soldón, ya en el Sil recorre la margen del río Soldón y pasa por numerosos Sequeiros, pequeños edificios destinados a secar con humo las castañas, muy abundantes en la zona.

También veremos las ruinas de otra ferrería, la de A Gorgueira, de la cual sólo quedan las paredes de algunos edificios.

Otro atractivo de la ruta son dos antiguas minas de la época de los romanos. Nosotros no las vimos porque una de ellas no está señalizada y pasamos de largo y la otra estaba casi al final del trayecto y no llegamos hasta allí.
Decidimos dejar la ruta homologada al llegar a Paradaseca y después de una fuerte subida hacer el regreso por la carretera.

Precisamente la falta de señalización de los puntos más interesantes es uno de los fallos de esta ruta. Las señales de camino, blancas y amarillas, están perfectas y es imposible perderse pero las de puntos interesantes simplemente no existen.

Nosotros hicimos la ida por el sendero señalizado que va junto al río y el regreso a Rugando por la carretera ya que las vistas son mucho mejores desde las alturas y, además, la carretera tiene poquísimo tráfico.
Otro atractivo de volver por carretera son dos bancos con unas vistas panorámicas muy bonitas.

Todo el trayecto por el río está rodeado de vegetación en parte la típica del clima atlántico pero también hay especies que nos indican que se está produciendo una transición al clima mediterráneo. Especies como los madroños, los olivos y las encinas.

La primera parte del trayecto, si empezamos desde Rugando, es la más complicada. El camino es un sendero por el que resulta difícil andar con tramos de un cierto riesgo al estar resbaladizos o tener una fuerte caída hasta el río. Conviene ir con cuidado.
A partir de Ponte dos Frades el camino se vuelve más seguro.

Es recomendable ir con un buen calzado de montaña y con un bastón. También es importante llevar agua en abundancia pues no hay una sola fuente potable en todo el trayecto.