PR-MU 102 Sendero del Cerro de la Selva (Zarzadilla de Totana, Lorca)
near Zarzadilla de Totana, Murcia (España)
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Itinerary description
Ésta ha sido la tercera vez que hago esta ruta, y pocas son, ya que se trata de uno de los senderos homologados más increíble de la Región de Murcia.
No sé si será mejor venir en febrero, con la floración del almendro, que aquí cubre kilómetros y kilómetros; o quizás en primavera, cuando toda la naturaleza hermosea por sí misma; o tal vez en otoño, con esa luz única. De lo que sí estoy convencido es de que, para sacarle todo el jugo a esta ruta hay que venir un día de sol y de atmósfera limpia, porque las vistas desde arriba son infinitas.
Ahora bien, hay que advertir que es una ruta exigente en la que tendremos que salvar más de setecientos metros de desnivel (el cartelón de la ruta indica erróneamente 570). Y, aunque es un sendero bien definido, la fuerte pendiente en algunos tramos me ha decidido para calificarla de dificultad moderada.
El inicio está situado en el lavadero público, junto a la Balsa de los Grifos, un caño triple del que mana el agua con avaricia. Es un bonito entorno, ya que también hay un pequeño jardín.
Salimos de la población en dirección norte, siguiendo los postes y estacas. Enfrente tenemos una hermosa visión del Cerro de Ponce, o Copa Veneno (nombre popular). Estamos en el Camino de la Solana, que sube entre almendros hasta el Collado del Azabache, donde hay un depósito de agua. Como he madrugado, la luz de esta primera hora de la mañana barniza de oro toda superficie. La sierra que tenemos delante es tan bonita como el paisaje que va quedando a nuestras espaldas.
En el collado finaliza el camino y comienza un sendero que en algo más de tres kilómetros sube unos trescientos metros. Pero como estamos en plena montaña, así que avanzamos disfrutando de cada rincón y de cada ventana a los paisajes.
Durante todo el recorrido veremos una serie de paneles informativos que enriquecen la excursión. En esta senda se nos habla del Socavón, una antigua entrada a una mina en la que se dice que cabía una mula con sus aperos, y que hoy está casi completamente enterrada por los arrastres de las lluvias. Apenas se divisa un pequeño hueco de aquella gran boca.
No sin esfuerzo, salimos a una pista forestal. Es el Collado Chico, y aquí tenemos las mejores vistas de Los Janjorros, la pared que queda a nuestra derecha y que venimos contemplando desde hace un rato.
Subimos por la pista hasta que finaliza, medio kilómetro más arriba, en el Collado del Sudador. A la izquierda, el Cambrón, a la derecha, el Rivazuelo (techo de Lorca). Nosotros tomamos la senda que nace tras un panel que nos habla de la fauna local.
Estamos a unos 1372 msnm, así que aún nos queda un buen pellizco hasta los 1521 del Pico de la Selva (techo de Mula), máxime cuando comprobemos que tenemos un par de descensos, así que continuamos, que todavía queda faena.
Si las vistas desde el Collado del Sudador eran buenas, conforme avanzamos van ganando puntos. Pero de momento estas vistas son sólo hacia el norte. Pasaremos junto a una impactante boca de mina (¡PRECAUCIÓN, ESTÁ ABIERTA Y TIENE UNA LARGA PENDIENTE HACIA EL INTERIOR!) antes de llegar al Collado del Gayubal y el Contador, así llamado porque los pastores aprovechaban la estrechez del paso para contar su rebaño.
Una vez salvado este inhóspito y agreste paso rocoso accedemos a la cuerda del Cerro de la Selva, y el paisaje se abre al este y al sur. Sin duda, la reina de esta postal es Sierra Espuña, justo frente a nosotros, y a la que Pedro Ponce mira de tú a tú, tan sólo medio centenar de metros por debajo del Morrón de Espuña. Y el rey es el mar, el Mediterráneo, que yace en aparente tranquilidad más allá de todas las sierras y montañas.
Llaneamos cómodamente por este balcón natural, y sólo descendemos unos metros antes de alcanzar, al fin, el Pico de la Selva, con sus antenas, su garita de vigilancia de incendios, su vértice geodésico y su panorámica de la práctica totalidad de la Provincia de Murcia, y más allá, mucho más allá.
Porque si sacamos los prismáticos y miramos al suroeste vemos El Gigante y el Pericay (Lorca) que anteceden a la Sierra de María (Almería), que se eleva por detrás.
Al oeste destaca La Sagra (Granada), y mucho antes distinguimos Mojantes, el Cerro del Carro, la Sierra de las Cabras (techo de Albacete), Revolcadores (techo de la Región de Murcia), Los Odres, etc.
Al norte es fácil reconocer la Peñarrubia de Caravaca de la Cruz, se ve el castillo y la parte alta de Moratalla, la Sierra del Cerezo, Calasparra, la Sierra de San Miguel, la del Molino y la de la Palera, el Almorchón de Cieza, y más a la derecha la Sierra del Oro, la de Ricote, la del Carche (Jumilla), la de la Pila. Todo esto ya apunta al este.
Pero es que más allá todavía se alcanza a ver el mar en la costa alicantina, es alucinante.
Por supuesto, también vemos sierras de la capital murciana, destacando Columbares y la Sierra de Carrascoy.
Mula y Pliego, Avilés, Doña Inés, Calasparra y Moratalla son las poblaciones que distinguimos desde aquí arriba. Es un entretenido juego éste de identificar montañas y pueblos.
Una vez satisfecho y tras comer una manzana, toca regresar, y lo haremos por el mismo recorrido, disfrutando de cada paso, de cada rincón, de cada visión, hasta que arribemos a Zarzadilla de Totana, cansados y felices.
No sé si será mejor venir en febrero, con la floración del almendro, que aquí cubre kilómetros y kilómetros; o quizás en primavera, cuando toda la naturaleza hermosea por sí misma; o tal vez en otoño, con esa luz única. De lo que sí estoy convencido es de que, para sacarle todo el jugo a esta ruta hay que venir un día de sol y de atmósfera limpia, porque las vistas desde arriba son infinitas.
Ahora bien, hay que advertir que es una ruta exigente en la que tendremos que salvar más de setecientos metros de desnivel (el cartelón de la ruta indica erróneamente 570). Y, aunque es un sendero bien definido, la fuerte pendiente en algunos tramos me ha decidido para calificarla de dificultad moderada.
El inicio está situado en el lavadero público, junto a la Balsa de los Grifos, un caño triple del que mana el agua con avaricia. Es un bonito entorno, ya que también hay un pequeño jardín.
Salimos de la población en dirección norte, siguiendo los postes y estacas. Enfrente tenemos una hermosa visión del Cerro de Ponce, o Copa Veneno (nombre popular). Estamos en el Camino de la Solana, que sube entre almendros hasta el Collado del Azabache, donde hay un depósito de agua. Como he madrugado, la luz de esta primera hora de la mañana barniza de oro toda superficie. La sierra que tenemos delante es tan bonita como el paisaje que va quedando a nuestras espaldas.
En el collado finaliza el camino y comienza un sendero que en algo más de tres kilómetros sube unos trescientos metros. Pero como estamos en plena montaña, así que avanzamos disfrutando de cada rincón y de cada ventana a los paisajes.
Durante todo el recorrido veremos una serie de paneles informativos que enriquecen la excursión. En esta senda se nos habla del Socavón, una antigua entrada a una mina en la que se dice que cabía una mula con sus aperos, y que hoy está casi completamente enterrada por los arrastres de las lluvias. Apenas se divisa un pequeño hueco de aquella gran boca.
No sin esfuerzo, salimos a una pista forestal. Es el Collado Chico, y aquí tenemos las mejores vistas de Los Janjorros, la pared que queda a nuestra derecha y que venimos contemplando desde hace un rato.
Subimos por la pista hasta que finaliza, medio kilómetro más arriba, en el Collado del Sudador. A la izquierda, el Cambrón, a la derecha, el Rivazuelo (techo de Lorca). Nosotros tomamos la senda que nace tras un panel que nos habla de la fauna local.
Estamos a unos 1372 msnm, así que aún nos queda un buen pellizco hasta los 1521 del Pico de la Selva (techo de Mula), máxime cuando comprobemos que tenemos un par de descensos, así que continuamos, que todavía queda faena.
Si las vistas desde el Collado del Sudador eran buenas, conforme avanzamos van ganando puntos. Pero de momento estas vistas son sólo hacia el norte. Pasaremos junto a una impactante boca de mina (¡PRECAUCIÓN, ESTÁ ABIERTA Y TIENE UNA LARGA PENDIENTE HACIA EL INTERIOR!) antes de llegar al Collado del Gayubal y el Contador, así llamado porque los pastores aprovechaban la estrechez del paso para contar su rebaño.
Una vez salvado este inhóspito y agreste paso rocoso accedemos a la cuerda del Cerro de la Selva, y el paisaje se abre al este y al sur. Sin duda, la reina de esta postal es Sierra Espuña, justo frente a nosotros, y a la que Pedro Ponce mira de tú a tú, tan sólo medio centenar de metros por debajo del Morrón de Espuña. Y el rey es el mar, el Mediterráneo, que yace en aparente tranquilidad más allá de todas las sierras y montañas.
Llaneamos cómodamente por este balcón natural, y sólo descendemos unos metros antes de alcanzar, al fin, el Pico de la Selva, con sus antenas, su garita de vigilancia de incendios, su vértice geodésico y su panorámica de la práctica totalidad de la Provincia de Murcia, y más allá, mucho más allá.
Porque si sacamos los prismáticos y miramos al suroeste vemos El Gigante y el Pericay (Lorca) que anteceden a la Sierra de María (Almería), que se eleva por detrás.
Al oeste destaca La Sagra (Granada), y mucho antes distinguimos Mojantes, el Cerro del Carro, la Sierra de las Cabras (techo de Albacete), Revolcadores (techo de la Región de Murcia), Los Odres, etc.
Al norte es fácil reconocer la Peñarrubia de Caravaca de la Cruz, se ve el castillo y la parte alta de Moratalla, la Sierra del Cerezo, Calasparra, la Sierra de San Miguel, la del Molino y la de la Palera, el Almorchón de Cieza, y más a la derecha la Sierra del Oro, la de Ricote, la del Carche (Jumilla), la de la Pila. Todo esto ya apunta al este.
Pero es que más allá todavía se alcanza a ver el mar en la costa alicantina, es alucinante.
Por supuesto, también vemos sierras de la capital murciana, destacando Columbares y la Sierra de Carrascoy.
Mula y Pliego, Avilés, Doña Inés, Calasparra y Moratalla son las poblaciones que distinguimos desde aquí arriba. Es un entretenido juego éste de identificar montañas y pueblos.
Una vez satisfecho y tras comer una manzana, toca regresar, y lo haremos por el mismo recorrido, disfrutando de cada paso, de cada rincón, de cada visión, hasta que arribemos a Zarzadilla de Totana, cansados y felices.
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Comments (6)
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Muy bonita ruta
Hola Javi. Sí que lo es, exigente, pero de las que vale la pena el esfuerzo. Muchas gracias.
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mi jefe espectacular la ruta más bonita no puede ser hoy que hacia buen día vamos día de calor a 12 de diciembre que estamos por que e comenzado en manga corta pero a partir del primer collado me e tenido que poner la chaqueta por que se notaban las alturas frescas y las vistazas que hay son espectaculares los senderos todo muy marcado y bien señalizado recomendable al ciento un abrazaco maestro
De las rutas más chulas que he hecho. De hecho la he repetido varias veces y cada pocos meses vuelvo a Zarzadilla de Totana porque hay un buen puñado de sitios interesantes por allí.
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Moderate
Una ruta espectacular, gracias por compartir estos rincones tan bonitos de nuestra geografia, saludos!!
Es un espectáculo de ruta. Tengo pendiente añadirle el Alto del Rivazuelo (o Ribazuelo), que está allí al lado, y así hacer de una tacada el techo de Lorca (Rivazuelo) y el de Mula (Selva).
Gracias por el comentario y valoración. Saludicos.