PR-MU 116 Sendero del Agua de Galifa - La Muela (Cartagena) (COMPLETA)

Cuando se inauguró esta ruta —creo recordar que en 2017— se realizó la variante corta, que es bastante suavecita. Por eso tenía la idea de que la ruta completa sería igualmente un paseo, pero nada más lejos.

Es precisamente desde el punto en que se bifurca la ruta cuando comienza el tramo de sendero que va subiendo y bajando cabezos, haciendo la ruta muy entretenida pero también más exigente de lo previsto.

Y es que se pueden establecer dos tipos de ruta muy claros:
- La ruta corta es eminentemente temática, dedicada a la cultura del agua en la zona.
- La ruta larga es senderismo del clásico, sin caminos ni asfalto, transitando por sendas en pleno monte.

Las dos tipologías han resultado de lo más satisfactorias.

Desde el polideportivo municipal de Galifa visitamos primero el Molino de Lázaro Liarte y la Ermita de la Virgen del Carmen, y enseguida pasamos por el Molino del Tío Ginés, donde encontramos el primero de los numerosos carteles informativos.

Este comienzo es un agradable paseo por una carretera casi sin tráfico entre viejos almendros y muretes de piedra. Llegamos al depósito del Bancal Blanco, rebosante de agua y de dimensiones considerables.

Pasamos también por un rústico acueducto en el entorno de Fuente Vieja, con más carteles que explican su historia y funcionamiento. Al pasar por un pequeño grupo de casas saldremos por un camino de tierra con cadena. Pronto veremos a la izquierda un pequeño sendero que a pocos metros nos muestra un redondo balsón de captación de agua, del que veremos otro igual algo más adelante.

Así alcanzamos otro depósito grande, el de la Manda (éste se encuentra vacío), y a unos metros un azud en ruinas y otro depósito semicubierto (el de Giménez), también en abandono.

Tras una leve subida por sendero, en la que vemos la galería de la Fuente Vieja, llegamos a la bifurcación donde podemos acortar la ruta y regresar a Galifa pasando por Los Díaz. Este tramo es de unos 3'5 kms de ida, así que decido hacerlo para efectuar la ruta completa.

La senda va ondulando por la cresta de estos cabezos hasta que de repente gira s la izquierda en una pronunciada bajada a Los Díaz, un caserío pintoresco con algunos detalles simpáticos.

Esta variante desemboca junto al polideportivo municipal donde comenzó nuestra andadura, así que una vez allí doy la vuelta y desando los 3'5 kms (incluida la cuesta empinada a la salida de Los Díaz) hasta conectar nuevamente con el trazado largo.

Antes de continuar, un cartel nos informa de un paraje cercano: los Pinares del Inglés y los balsones de viveros. Bajamos dicho sendero y en un minuto llegamos al lugar, que es una pequeña balsa redonda igual a la comentada más arriba. Una canal dirigía el agua recogida para almacenarla en la balsa, muy cerca de la Rambla de Giménez, donde veremos otro viejo azud en un posterior desvío con su correspondiente cartel.

A partir de aquí, 1'5 kms de sendero arriba y abajo, cada vez más cerca de La Muela, reina de estos parajes. A nuestra derecha se abre una panorámica amplia. Este paisaje en un día soleado justificará por sí mismo venir a hacer esta ruta.

Tras coronar varios cabezos llegamos al fin al punto de mayor altitud de la ruta: el Collado de los Madriles. Desde aquí se puede ascender a la cima de La Muela, a poco más de un kilómetro, y creedme que he estado tentado, pero al final he preferido dejarlo para un día más agradecido, un día de sol. Además, quiero visitar una ermita que hay en la parte baja de la sierra, así que decido centrarme en el PR.

Y es en este punto donde comienza el tramo más técnico, que es el descenso. En realidad no tiene nada de dificultad, pero la senda es ciertamente pronunciada y tiene piedra suelta, así que hay que bajar con tiento.

Al final decrece la pendiente y, ahora sí, lo que resta es un paseo delicioso hasta que llegamos a unas casas, y con ellas al asfalto. En unos veinte minutos de tranquilo caminar entre casas y campos, cerramos el círculo al arribar al polideportivo municipal.

Aquí, en el polideportivo, una pequeña cantina es el sitio perfecto para rematar la jugada. Sorprende la variedad de oferta de este sitio, tienen prácticamente de todo, así que comer aquí se presenta como una opción perfecta.