PR-MU 120 Sendero Barranco del Sordo (Sierra de la Pila, Abarán)

Hasta donde yo sé, estamos ante el sendero de pequeños recorrido más largo de la Región de Murcia. Su dificultad técnica es nula, salvo los últimos metros de sendero para llegar al Prisco y otros tantos para el Refugio de Pico Pelado, discurre siempre por pistas y caminos. Ahora bien, nos aproximamos a los cuarenta kilómetros, entre ocho y diez horas de caminata y sin puntos de agua, así que mucho cuidado si os decidís a atacarla y llevad al menos litro y medio de agua y almuerzo.

Dicho esto, creo que esta ruta es más apropiada para hacerla en bici que a pie. En mi opinión no vale la pena darse semejante palizón. Además, lo mejor son las vistas del Barranco del Sordo, y yendo en bici se pueden disfrutar igualmente. Quiero decir que no es una de esas rutas de detalle en que si pasas deprisa te pierdes algo interesante. El punto fuerte aquí son las vistas panorámicas, y la bici te lo va a dar. Pero como a mí la bici no me gusta, me he pegado el tute a patita.

La ruta arranca junto al Restaurante Casablanca (lunes cerrado, salvo que sea festivo). Yo he llegado sobre las 7:30 de un sábado y estaba abierto, así que me desayuné una tostada y un café.

Salimos a la carretera RM-A10 y giramos a la derecha, pero en la curva a los pocos metros la abandonamos para seguir de frente. Es éste un tramo de aproximación bastante poco atractivo (es decir, más feo que Picio). Llegamos a un cruce y subimos a la izquierda entre viñedos y frutales (más feo todavía), y por fin nos topamos con el acceso al Parque Regional Sierra de la Pila.

Entre la masa de pinos, a pie de la pista forestal que acabamos de tomar, se alza un buen puñado de cipreses, que mantendrán su presencia puntualmente durante todo el recorrido.

A mi entender, esta ruta no requiere tanto una buena forma física como ir con la cabeza preparada para comerte un montón de kilómetros. La subida que nos espera no es excesiva ni exigente: unos quinientos metros en un ascenso progresivo. Este sector es el más bonito de la ruta, con la densa masa forestal del Barranco del Sordo a nuestros pies.

Acabaremos llegando a un camino que sube a la derecha. Es la primera de las dos derivaciones que plantea este sendero, y que nos lleva al Mirador del Pino de la Muela, al refugio abandonado que hay al lado, y ya más retirado, al Prisco, que viene a ser la cima más oriental de la Sierra de la Pila. En total unos tres kilómetros y medio de ida, es decir, siete kilometrazos de derivación. Las vistas desde el Prisco valen la pena.

Cuando retornamos a la pista principal llevaremos en las piernas unos diecisiete kilómetros. Ahora encaramos un tramo de unos diez kilómetros en los que prácticamente llanearemos. La verdad es que la ruta se hace larga y cansina, siempre por la misma pista, sin grandes alicientes más allá de las panorámicas, pero como las vemos durante horas acaban dando igual.

La pista transita por la cara norte del Caramucel, dejando a la derecha el camino que cruza a la Solana, hacia Sanjoy. Pasaremos por por las cabeceras del Barranco del Sordo, del Barranco del Buitre y del Barranco de Valcárcel para alcanzar una nueva bifurcación en la que nos reorientamos al norte, iniciando el descenso.

Aunque a medio kilómetro llegaremos a la segunda y última derivación, la que nos subirá al Refugio de Pico Pelado, una caseta bien mona que llama la atención, coronando un puntiagudo cerro. Esta variante tiene una ida de poco más de kilómetro y medio, o sea unos tres doscientos en total.

Este refugio está cerrado, y parece que la Asociación Caramucel está trabajando en su rehabilitación. La verdad es que sería una pena desaprovechar este rincón, las vistas son grandiosas. Por cierto, es fácil encontrar fósiles marinos por aquí. No lo recordaba de la vez anterior que subí. Lo que me parece raro es que sólo los haya visto aquí y no en ninguna otra zona de la sierra.

De regreso al camino matriz, nos aguardan unos nueve kilómetros de largo y tedioso descenso, más aún con la treintena de kilómetros que llevamos ya en el cuerpo. Per no queda otra, así que resignación y a poner el piloto automático. Parece que no, pero funciona el ir caminando sin pensar en nada, entretenido mirando el paisaje, consultando el mapa para ver hasta dónde llegará tal o cuál camino que sale a derecha o izquierda.

Aun así se hace largo, son demasiados kilómetros, y además los tres últimos, al igual que los primeros tres, transitan por caminos de labor, entre plantaciones y riegos. Tres rectas culminan la ruta: desde la puerta de salida al parque hasta el camino de las Casas de los Jorge, este camino hasta su llegada a la RM-A10 (final oficial del sendero, aunque nada lo indica in situ) y el kilómetro final por dicha carretera hasta el restaurante. No hay problema, hay anchura fuera de la carretera para andar sin peligro.

Así, y con todo lo dicho, yo no recomiendo hacer esta ruta a pie. A no ser que seas como yo, un maniático empeñado en hacer todos los senderos PR de mi tierra. Al menos puedo tachar éste de mi lista de pendientes.