PR-MU 126 Sendero de La Garapacha al pico de La Pila (Sierra de La Pila, Fortuna)
near La Garapacha, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Otra ruta clásica de la Sierra de la Pila, por fin homologada como sendero de pequeño recorrido.
La Plaza de la Iglesia de La Garapacha es el punto de partida de tres de los nueve PR's de reciente homologación: el PR-MU 123 Sendero del Barranco del Mulo, y el PR-MU 125 Cordel de los Valencianos (con una variante). Ambas las encontrarás entre las que tengo subidas en mis rutas.
El Sendero de La Garapacha al pico de La Pila es técnicamente muy fácil, pero físicamente moderado, pues acumularemos casi ochocientos metros de desnivel.
La ruta está perfectamente señalizada. Tomaremos el camino entre la iglesia y el bar social para salir de la aldea entre almendros y casas, cruzando un par de pequeñas ramblas por unos escalones y un puentecillo, respectivamente.
Un postre direccional nos manda a la derecha, siempre hacia arriba, con la bola de la cumbre allá en las alturas. El viejo camino de asfalto roto se bifurca y escogemos continuar por la izquierda, por pista de tierra.
A medida que nos elevamos las vistas a nuestras espaldas van ganando espectacularidad. Destaca la Sierra del Corqué, más a la izquierda, y la de Lúgar, al frente, como una isla en el extenso valle que alcanza hasta las sierras de Abanilla, Orihuela y Murcia hasta Carrascoy.
A la izquierda también disfrutamos de las formas caprichosas de la Sierra del Águila, la Loma de Planes e incluso la Sierra de la Espada. Por supuesto, a media distancia emerge la Sierra de Ricote, y a su derecha la Sierra del Oro.
El camino no nos da mucha tregua, aunque sí encontraremos algún rellano para tomar resuello. Vamos pegados a la falda de la montaña, escarpada e intimidante, más aún cuando alcanzamos una pedriza bajo unos picachos. Se trata de una antigua cantera.
Es posible realizar la ascensión al pico de La Pila por ahí, una opción muy montañera y que requiere alguna trepada sencilla y una fatigosa subida por un sendero vertical y zigzagueante. Yo hice esta subida hace un par de años y me gustó, pero hoy toca ser leales al PR, además, no me apetece complicarme la vida y tengo ganas de hacer rutas fáciles, aunque tengan bastante desnivel.
Así que cuando dejamos el camino para tomar una senda tengo muy claro que continuaré por donde dicten las marcas blanquiamarillas, y no en busca de la cantera mencionada, cuya senda se coge también en este punto.
Nuestro itinerario se ha suavizado, pero sólo fugazmente, porque el sendero se empina a la vez que se introduce entre la vegetación. Estamos bajo las imponentes piedras verticales de los Cenajos, y hemos entrado en la parte más exuberante de la ruta.
Y es que a la izquierda se extiende la Sierra del Caramucel, y ya empezamos a ver el inmenso paisaje de la vertiente norte de la Sierra de la Pila. Llegamos al Collado del Aire entre carrascas y rocas, el lugar es de ensueño, hacemos un giro de 45° a la derecha y salimos al camino asfaltado de acceso a las cumbres.
Un poste nos dice que a cien metros a la izquierda tenemos los pozos de la nieve, así que los visito una vez más. En este punto se conecta con el PR-MU 127, que llega a los pozos desde el área recreativa de Fuente la Higuera, y que realizaré en los próximos meses.
Regresamos al cruce por el empinado camino, cuya pendiente se incrementa considerablemente. Pero el entorno es tan bonito que el esfuerzo apenas se nota. Estamos a unos 1100 metros de altitud y las encinas dominan el paraje. Es fantástico haber madrugado para poder estar aquí arriba, solo, con este lugar tan hermoso exclusivamente para mí.
Llego al Llano de las Víboras, donde a la derecha parte el camino a Los Cenajos. Probablemente las mejores vistas de la sierra estén aquí arriba. No en vano se ha instalado un mirador, y aquí se encuentra la garita de vigilancia de incendios y un refugio. Estamos en agosto, así que hay un vigilante forestal con quien charlo unos minutos. El hombre, muy amable, es la única persona a la que veré durante toda la excursión.
Desciendo al Llano de las Víboras para encarar la última subida: algo más de cien metros de desnivel en menos de un kilómetro, bastante llevadero y con algún repecho final.
La última curva me deja a merced de la gran bola blanca, tan característica, familiar y querida por quienes amamos esta sierra. Y detrás de la bola, el vértice geodésico. Un panel informativo nos habla de ambos elementos, y junto al vértice se ha colocado otro panel que indica las sierras que, al sur, se extienden a nuestros ojos. Alcanzamos incluso a ver la línea de costa en la parte alicantina.
Como dice en uno de sus capítulos el creador de Rutas y travesías en solitario: "la recompensa de llegar a la cumbre es llegar a la cumbre".
Al norte, las sierras de Jumilla y Yecla y Cieza y más allá. Recrearse con los prismáticos es todo lo que quiero y es todo lo que hago antes de ponerme en marcha nuevamente para descender los setecientos metros en seis kilómetros por el mismo camino que me ha traído.
Sólo un último apunte: tras pasar el Collado del Aire, justo en el waypoint "Varios puntos del itinerario (V)", he visto a la derecha algo que había pasado por alto: un arco de piedra con una pinta espectacular y de unas dimensiones considerables (es la primera foto de ese waypoint, pero apenas se distingue). Aunque parece que acceder a él puede ser complicado. Por lo que he podido averiguar, la zona se llama Cañón de los Cenajos. No he encontrado ninguna ruta que llegue allí, pero podría ser el equivalente al Arco de Sigismondi de Sierra Espuña. Si alguien lo conoce agradeceré que lo diga.
La Plaza de la Iglesia de La Garapacha es el punto de partida de tres de los nueve PR's de reciente homologación: el PR-MU 123 Sendero del Barranco del Mulo, y el PR-MU 125 Cordel de los Valencianos (con una variante). Ambas las encontrarás entre las que tengo subidas en mis rutas.
El Sendero de La Garapacha al pico de La Pila es técnicamente muy fácil, pero físicamente moderado, pues acumularemos casi ochocientos metros de desnivel.
La ruta está perfectamente señalizada. Tomaremos el camino entre la iglesia y el bar social para salir de la aldea entre almendros y casas, cruzando un par de pequeñas ramblas por unos escalones y un puentecillo, respectivamente.
Un postre direccional nos manda a la derecha, siempre hacia arriba, con la bola de la cumbre allá en las alturas. El viejo camino de asfalto roto se bifurca y escogemos continuar por la izquierda, por pista de tierra.
A medida que nos elevamos las vistas a nuestras espaldas van ganando espectacularidad. Destaca la Sierra del Corqué, más a la izquierda, y la de Lúgar, al frente, como una isla en el extenso valle que alcanza hasta las sierras de Abanilla, Orihuela y Murcia hasta Carrascoy.
A la izquierda también disfrutamos de las formas caprichosas de la Sierra del Águila, la Loma de Planes e incluso la Sierra de la Espada. Por supuesto, a media distancia emerge la Sierra de Ricote, y a su derecha la Sierra del Oro.
El camino no nos da mucha tregua, aunque sí encontraremos algún rellano para tomar resuello. Vamos pegados a la falda de la montaña, escarpada e intimidante, más aún cuando alcanzamos una pedriza bajo unos picachos. Se trata de una antigua cantera.
Es posible realizar la ascensión al pico de La Pila por ahí, una opción muy montañera y que requiere alguna trepada sencilla y una fatigosa subida por un sendero vertical y zigzagueante. Yo hice esta subida hace un par de años y me gustó, pero hoy toca ser leales al PR, además, no me apetece complicarme la vida y tengo ganas de hacer rutas fáciles, aunque tengan bastante desnivel.
Así que cuando dejamos el camino para tomar una senda tengo muy claro que continuaré por donde dicten las marcas blanquiamarillas, y no en busca de la cantera mencionada, cuya senda se coge también en este punto.
Nuestro itinerario se ha suavizado, pero sólo fugazmente, porque el sendero se empina a la vez que se introduce entre la vegetación. Estamos bajo las imponentes piedras verticales de los Cenajos, y hemos entrado en la parte más exuberante de la ruta.
Y es que a la izquierda se extiende la Sierra del Caramucel, y ya empezamos a ver el inmenso paisaje de la vertiente norte de la Sierra de la Pila. Llegamos al Collado del Aire entre carrascas y rocas, el lugar es de ensueño, hacemos un giro de 45° a la derecha y salimos al camino asfaltado de acceso a las cumbres.
Un poste nos dice que a cien metros a la izquierda tenemos los pozos de la nieve, así que los visito una vez más. En este punto se conecta con el PR-MU 127, que llega a los pozos desde el área recreativa de Fuente la Higuera, y que realizaré en los próximos meses.
Regresamos al cruce por el empinado camino, cuya pendiente se incrementa considerablemente. Pero el entorno es tan bonito que el esfuerzo apenas se nota. Estamos a unos 1100 metros de altitud y las encinas dominan el paraje. Es fantástico haber madrugado para poder estar aquí arriba, solo, con este lugar tan hermoso exclusivamente para mí.
Llego al Llano de las Víboras, donde a la derecha parte el camino a Los Cenajos. Probablemente las mejores vistas de la sierra estén aquí arriba. No en vano se ha instalado un mirador, y aquí se encuentra la garita de vigilancia de incendios y un refugio. Estamos en agosto, así que hay un vigilante forestal con quien charlo unos minutos. El hombre, muy amable, es la única persona a la que veré durante toda la excursión.
Desciendo al Llano de las Víboras para encarar la última subida: algo más de cien metros de desnivel en menos de un kilómetro, bastante llevadero y con algún repecho final.
La última curva me deja a merced de la gran bola blanca, tan característica, familiar y querida por quienes amamos esta sierra. Y detrás de la bola, el vértice geodésico. Un panel informativo nos habla de ambos elementos, y junto al vértice se ha colocado otro panel que indica las sierras que, al sur, se extienden a nuestros ojos. Alcanzamos incluso a ver la línea de costa en la parte alicantina.
Como dice en uno de sus capítulos el creador de Rutas y travesías en solitario: "la recompensa de llegar a la cumbre es llegar a la cumbre".
Al norte, las sierras de Jumilla y Yecla y Cieza y más allá. Recrearse con los prismáticos es todo lo que quiero y es todo lo que hago antes de ponerme en marcha nuevamente para descender los setecientos metros en seis kilómetros por el mismo camino que me ha traído.
Sólo un último apunte: tras pasar el Collado del Aire, justo en el waypoint "Varios puntos del itinerario (V)", he visto a la derecha algo que había pasado por alto: un arco de piedra con una pinta espectacular y de unas dimensiones considerables (es la primera foto de ese waypoint, pero apenas se distingue). Aunque parece que acceder a él puede ser complicado. Por lo que he podido averiguar, la zona se llama Cañón de los Cenajos. No he encontrado ninguna ruta que llegue allí, pero podría ser el equivalente al Arco de Sigismondi de Sierra Espuña. Si alguien lo conoce agradeceré que lo diga.
Waypoints
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