PR-MU 14 Burete - Hoya de Don Gil (deshomologado) (Cehegín)

Es una pena que esta ruta esté deshomologada, aunque imagino que en parte se deberá a que el tramo final discurre por una finca privada, aunque bien podrían rediseñarla y hacer un PR circular por este sector de la Sierra de Burete, que es verdaderamente bonito.

Ya hice este itinerario hace una década, en octubre de 2013. Entonces estaba en mucha mejor forma que hoy, y no recordaba para nada que la ida y vuelta superase los novecientos metros de desnivel. Debo decir que hoy, aunque esté peor que hace diez años, la he terminado bastante bien.

Es ésta una sierra solitaria. Tanto que no me he cruzado con absolutamente nadie en las cinco horas y media de ruta. Ni un ciclista siquiera. Nadie. Yo encantado, estas soledades son uno de los atractivos que más me enganchan del monte.

La ruta empieza en el Albergue Coto Real. Desde aquí también arranca el PR-MU 15, mucho más corta y familiar, y que supuestamente está en vigor, aunque se encuentra sin mantenimiento. No encontraremos ninguna cartelería de estas dos rutas, así que es importante llevar el track, porque la señalización es bastante deficiente en algunos tramos.

Desde la puerta del albergue subimos a la pista de tierra que pasa por su derecha, pero enseguida la dejamos para tomar un sendero a la derecha. Una estaca metálica con las marcas blanquiamarillas nos indica el camino. Pronto empezamos a ganar altitud en este bonito y frondoso sendero que desemboca en un camino, donde giraremos a la derecha.

Veremos la enorme cantera frente a nosotros. Una mordida a la sierra cuya cicatriz será eterna.

Descendemos levemente por el camino hasta desviarnos por otro menor que sube a la izquierda y que se reduce a senda. Antes de llegar a la cantera, en plena curva a la derecha, nos vamos por la izquierda, subiendo por otro empinado sendero que nos saca a la parte alta de la cantera, en cuya explanada deberemos girar a la izquierda. Aquí nos pueden despistar las marcas de camino erróneo, pero es a la izquierda, siguiendo el track. Enseguida veréis marcas de continuidad del sendero. La conexión original con este camino salía unos metros más a la izquierda que ahora, pero la vegetación hace impracticable el paso (en 2013 recuerdo que ya estaba en estado regular), que por otro lado apenas se distancia unos metros de éste, que sí se halla perfectamente pisado y accesible.

Estamos a los pies del Burete Chico, donde está instalado el vértice geodésico, pero queda fuera de nuestra ruta y es una cumbre bastante poco atractiva, en la que ni siquiera hay buena visibilidad, así que descartamos desviarnos y salimos a la pista forestal de la Solana de Burete, virando a la derecha, en descenso, e ignorando el camino que parte a la derecha.

Después de haber afrontado dos senderos bastante empinados, esta bajada es una tregua, pero a la vuelta nos va a apetecer poco reencontrarnos con esta rampa que ahora transitamos alegremente.

La pista hace una curva a la derecha y serpentea en plena sierra, pero la debemos abandonar cuando llegamos al Barranco del Canalón, en el que nos adentramos a la derecha para disfrutar de uno de los tramos más bonitos y entretenidos de la ruta. Y es que la senda nos va subiendo progresivamente, envueltos en el corazón de la Sierra de Burete. Sólo al poco de entrar en el barranco encontraremos una bifurcación, escogiendo continuar por la izquierda (a la derecha se dirige a otra vieja cantera).

Sin pérdida salimos de nuevo al camino forestal de la solana, pero ahora por encima de los 1100 metros de altitud. Giramos a la derecha, y a nuestra izquierda podemos admirar un paisaje grandioso de sierras y montañas, valles y lomas.

Vamos a pasar justo al lado del Pico del Águila (o Burete Grande), que con sus 1189 msnm es la cota mayor de toda la sierra. Tal como hiciera en 2013, me salgo del PR para visitar la cima, aunque tampoco ofrece buenas vistas. Realmente no es un pico, sino la parte más elevada de una loma, así que no presenta un balcón desde el que poder contemplar el paisaje, así que no me detengo aquí, sino que regreso al camino y comienzo el descenso.

Desde la pista forestal las vistas son mejores, y ahora que estamos cambiando de vertiente empezamos a avistar sierras lorquinas, caravaqueñas, moratalleras y de más allá de la Región de Murcia.

Aunque ya no tenemos tan buenas panorámicas, el entorno en el que nos encontramos es de lo más agradable. Estamos caminando por la Loma del Bancal de la Sierra en completa soledad, un día soleado, sin frío y con un viento nada incordiante que mantiene la atmósfera límpida.

Alcanzamos una explanada con varios caminos. En el mapa pone Ballesteros, y un pequeño monolito indica el paso de una ruta que nace y acaba en Coy, la ruta de Los Ballesteros, que también realicé hace unos años y que espero repetir en breve.

Nosotros debemos abandonar el camino para girar a la derecha. Una cadena impide el acceso a vehículos, y un cartel informa que se prohíbe el paso, ya que es una propiedad privada: la Finca de la Hoya de Don Gil. Advierte del peligro especialmente en temporada de caza. La verdad es que amedrenta un poco, pero ya que he venido no quiero quedarme a medias, así que me arriesgo y continúo.

Comienza un descenso relativamente pronunciado, cuyo máximo es la temible Cuesta del Reventón, un tramo criminal de apenas cien metros, cementado. Desde nuestra entrada en la finca, las marcas han desaparecido totalmente, y en la parte alta de esta cuesta de cemento me equivoco y salgo del camino por error, así que doy media vuelta. Ignorad esta salida del camino y bajad por dicho tramo de cemento.

Justo el el punto donde finaliza el cemento encontramos a la derecha unos mojones de piedras que bajan por una senda trialera. El PR va por ahí, pero no me da confianza, la senda se ve con bastante pendiente y no me fío. En realidad no creo que sea complicada, pero no estaba seguro, y como estaba tenso por saberme en una propiedad privada, he optado por no arriesgar, así que he continuado por el camino, desembocando en otro de mayor entidad, donde he girado a la derecha, y enseguida he llegado al punto donde llega la senda del PR que he descartado.

Aquí ya sí que he vuelto a ser fiel al trazado oficial, atajando las curvas del camino por una senda difusa en la que encontramos vestigios de antiguas marcas de PR en piedras y rocas.

El tramo final es bastante agradable, un paseo casi llano por un bosque de pinos y no pocos cruces. Aquí he preferido no poner las intersecciones para no saturar este breve trecho, simplemente seguid el track, aunque si vais atentos veréis no pocas marcas de PR hasta llegar al final del recorrido oficial, que es la carretera, a la altura de la Hoya de Don Gil.

Si no habéis podido dejar aquí otro vehículo, apenas llevaréis la mitad de la ruta y tocará emprender el regreso, que no es poca cosa.

Y es que nos esperan unas buenas rampas y cerca de cuatrocientos metros de desnivel hasta las inmediaciones del Pico del Águila, a casi mil doscientos de altitud.

La verdad es que a mí la vuelta se me ha hecho bastante más llevadera de lo que me temía, y como el día estaba resplandeciente he vuelto a disfrutar como un niño, sobre todo con las panorámicas desde la pista forestal en la parte alta.

El final se hace un poco duro porque los últimos senderos, bastante picados, hay que descenderlos con unos cuantos kilómetros encima y mucho desnivel acumulado. Pero como sarna con gusto no pica, ya estoy deseando volver a pegarme otra paliza de éstas por alguna sierra bonita y solitaria.