PR-MU 24 Sendero de la Hoya de San Roque (Blanca)

Tenía ganas de repetir esta ruta que hice por primera vez en 2012, pero me tiraba para atrás porque había visto que la salida de Blanca por Los Corrales estaba complicada, como así he podido comprobar.

En efecto, el sendero original está impracticable debido a unos desprendimientos que se llevaron por delante algunas viejas construcciones, lo que obligó a instalar unas vallas de contención. He visto que el paso es posible, pero peligroso, o al menos comprometido, así que tras salvar las vallas e intentar avanzar, he decidido recular para no tener disgustos, no vale la pena.

Lo que he hecho entonces es regresar a las calles de Blanca y conectar con el PR bastante más adelante, a la altura del cementerio. Esta opción es mucho menos interesante que la original, pero tal como está el sendero creo que es la más sensata.

No obstante, he querido ver cómo estaba el paso roto desde el otro lado, así que al reconectar con el PR he girado a la izquierda hasta el final de la pista y he avanzado por la senda hasta donde la he considerado segura.

Es una pena que no se pueda realizar esta ruta completa, a ver si el ayuntamiento repara el tramo dañado, y si lo considera peligroso por riesgo de desprendimientos, que señalicen un itinerario alternativo.

Ya en faena, avanzo por la pista forestal bajo la dentada cresta de la Sierra del Solán, que se eleva a nuestra izquierda. A la derecha tenemos buenas vistas de la huerta de Blanca y del Azud de Ojós. Al fondo cierran el horizonte las sierras de Ricote y de la Navela, a la que nos dirigiremos.

Antes debemos continuar por la pista del Solán hasta un collado tras una fuerte pendiente, y descender por camino y sendero hasta una subestación eléctrica, donde cruzaremos la carretera con mucha precaución para en busca de la Ermita de San Roque.

Junto a ella giramos a la derecha por un camino que sube entre olivos y frutales hasta regresar al monte y conectar con la pista de la Umbría de la Navela, que recorreremos hasta su final en el Azud de Ojós.

En este tramo veremos las paredes que coronan la sierra, y que aún no he sido capaz de conquistar. La pista ofrece unas panorámicas espectaculares, con el Azud de Ojós como epicentro, pero sin dejar de admirar el valle que lo rodea y las sierras que lo protegen.

Llegamos al Mirador de la Navela, seguramente el punto con mejores vistas de toda la ruta. Aquí hemos alcanzado el techo e iniciamos el descenso por la pedregosa pista.

Antes del área recreativa nos desviamos unos metros a la izquierda para asomarnos a otro mirador: el del Azud de Ojós. Aquí lo tenemos mucho más cerca, casi a tiro de piedra. Volvemos al camino y finalizamos el descenso saliendo a un cruce donde seguiremos de frente, ahora unidos al GR 127.

Vamos por caminos de huerta, y pronto nos atrae una singular casa roja: la Favorita. Se trata de una de las casas con más solera de la comarca. Muy cerca de ella, en azul, vemos la Casa de la Molineta, también llamativa.

Seguimos caminando y llegamos al Barrio del Café, donde aún se mantiene en pie la Ermita de la Inmaculada Concepción, aunque en un estado lamentable. Hace pocas semanas tuve la ocasión de entrar y comprobar que está hecha unos zorros. Otra ermita en ruinas en la Región de Murcia, ya he perdido la cuenta de las que hay.

Enseguida giraremos a la izquierda en busca del Barrio Alto de Bayna. Esta zona destila huerta por todos sus poros. Tras una empinada cuesta llegamos a la Ermita de la Sagrada Familia, de estilo moderno y sin ningún encanto. A la izquierda se encuentra el Mirador del Alto de Bayna, convertido ya en un emblema del Valle de Ricote gracias a las vistas del río Segura y del Azud de Ojós.

Regresamos al cruce de la ermita y bajamos por una empinada cuesta hasta el Parque de las Cuevas, que atravesamos para recorrer los últimos metros de ruta pegados al río Segura. Dejamos a la derecha la Fundación Pedro Cano y subimos junto al puente de hierro para llegar a la Plaza del Ayuntamiento, donde finaliza este bonito recorrido.