PR-MU 31 Sendero de La Atalaya (Bullas)

Bullas es un municipio pequeño en extensión pero muy atractivo para el senderista. Y no es sólo por el Salto del Usero, que ya de por sí justifica venir a visitar la villa, sino por la respetable red de senderos que discurren por sus parajes, montes, campos y calles.

El epicentro es el Camping La Rafa, y tenemos hasta seis PR's (técnicamente tres, cada uno con una variante). Además convergen dos GR's que se dirigen a Caravaca, uno desde Cartagena (GR 250) y el otro desde Mazarrón (GR 252).

Y eso sin mencionar la ascensión al Castellar, no señalizada pero muy sencilla y recomendable.

En definitiva, un lugar al que dedicarle unas cuantas excursiones.

La de hoy se centra en uno de los pequeños recorridos, el PR-MU 31 Sendero de La Atalaya, y aunque oficialmente es lineal, comenzando en la carretera del cementerio y finalizando en el Arroyo de Los Muletos, en mi opinión merece la pena hacerla circular. Os cuento.

Dado que la referencia para todas las rutas es el Camping La Rafa (donde hay comodidad para aparcar y restaurante), es el punto de salida y final perfecto. Es más, recomiendo pasar una noche en el camping y dedicar un par de días a hacer senderismo por aquí.

La cosa es que esta ruta la empezamos en la puerta de La Rafa, tomando el Paseo de Paco Rabal hasta el primer cruce, girando a la izquierda y pasando por el canal de agua de la Fuente de La Rafa. Pasamos deprisa por una calle industrial y cruzamos la carretera de Avilés. También la que va a la Venta del Pino (empresa de materiales a la izquierda) para buscar el tanatorio. Compartimos trazado con el PR-MU 30 y el GR 250, pero cuando llegamos a los cipreses que anteceden al cementerio abandonamos estos dos senderos.

Aquí está el cartelón de nuestro PR. Vamos por los cipreses unos metros, pero enseguida salimos a la derecha por un camino de tierra de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla y que conduce a los depósitos de agua potable.

Las marcas nos llevan por un corto tramo con buenas vistas a ambas vertientes: a la derecha terrazas y al fondo Bullas: a la izquierda terrazas y el bosque de La Atalaya.

Entramos al pinar y hacemos un pronunciado descenso hasta desembocar en un camino perpendicular entre almendros. Giramos a la izquierda, en paralelo a la Rambla de Los Muletos, que nace en estas inmediaciones.

El camino no tiene pérdida y asciende la loma aterrazada de almendros. Hay que venir en febrero, con la floración del almendro. Pero hoy toca paisaje pre invernal, de nubes cerradas y a punto de lluvia. En realidad es una gozada disfrutar de una ruta con estas condiciones, aunque sólo sea por variar del sempiterno sol y calor murcianos.

Por fin salimos de las terrazas para entrar en pinar. Enseguida llegaremos a la bifurcación que, a la izquierda, nos lleva a La Atalaya en 400 metros. La gran antena hace reconocible esta cumbre desde cualquier lugar. Las vistas, grises y de poca profundidad, tiene un halo singular. Estamos a 795 msnm, y volvemos al cruce para rematar la ruta.

Ahora el sendero desciende amablemente hasta que nos encontramos con otro poste que abre una posibilidad: la variante PR-MU 31.1, que en poco más de tres kilómetros conecta con otro PR. Hacer esta variante supone añadir más de seis kilómetros a la ruta, aproximadamente una hora y media, y voy algo ajustado, así que la dejo para otro día y continúo por el PR titular.

La senda sigue en su descenso suave hasta que salimos a una finca, que no es otra cosa que la empresa Naturaleza y Aventura El Romero. Ya no pisamos senda, sino un buen camino de tierra que en unos minutos nos pone en el Arroyo de Los Muletos, donde un poste señala las distintas direcciones de las rutas que aquí convergen.

Es en este punto donde oficialmente acaba el PR-MU 31, y si uno fuera purista debería volver al inicio desandando lo caminado, pero resulta que tenemos a nuestra disposición el PR-MU 30, que nos llevará igualmente y haciendo la ruta circular, así que en la replaceta donde de encuentra el poste giro a la derecha.

Enseguida salgo a una carretera, que es la que va a El Chaparral. De repente estoy pisando el GR 250 y el Camino Natural Vía Verde del Noroeste, que comparte trazado. Es un paseo entre almendros, de paisaje abierto, luminoso. Da gusto estar caminando.

Así, antes de darme cuenta ya estoy junto a los cipreses que escoltan el camino de entrada al cementerio. Y ahora sí, sólo hay que caminar a la inversa el kilómetro con que dimos comienzo a esta ruta bonita, muy sencilla y recomendable.