PR-MU 4 Vuelta a la Atalaya (Cartagena)

Uno de los primeros senderos de pequeño recorrido que se homologaron en la Región de Murcia.

Encontramos el panel de ruta a la entrada del Barrio de la Concepción, junto a un kiosco entre la Rambla de Benipila y una enorme residencia de ancianos religiosa.

Nos dirigimos por la calle principal hasta su final en la Parroquia de la Concepción, donde giramos a la derecha y salimos a una zona arbolada en la Rambla de Quitapellejos. Seguimos por ella junto a un muro y salimos por sendero que asciende a la izquierda del cauce.

El sendero se adentra en un bosquecillo entre la Sierra de Pelayo (a la izquierda) y el Cerro de la Atalaya (a la derecha). La senda, cómoda y con relativa sombra, llega a una zona rocosa conocida como Las Tres Marías, para continuar hasta alcanzar el Collado del Castillo.

La señalización es deficiente, y aunque el sendero es intuitivo conviene llevar el track para no despistarse en algún cruce de sendas.

Desde el collado bajamos de frente y a la derecha, circundando así la Atalaya, coronada por su fortaleza, cuyos muros vemos desde aquí.

El sendero está comido de vegetación, pero es perfectamente transitable, y de hecho se hace divertido atravesarlo así. Este tramo pasa por unos pasos de piedra del barranco que lo hacen aún más entretenido, ya que no presentan más dificultad que obligarnos a prestar atención.

En breve el sendero se ensancha y vamos virando a la derecha, junto a un muro vallado militar, repleto de grafitis. Cuando el muro acaba giramos a la izquierda, a la barriada de Villalba, y tomamos el primer camino asfaltado a la derecha. Así cruzaremos un puente, y justo tras él giramos a la derecha junto al muro de una residencia. Todo este tramo carece de ninguna señalización.

Ahora tocará afrontar la parte más física de la ruta. La hice en 2014 y no recordaba este tramo, que se me ha atragantado, en primer lugar por el calor, y además porque venia de hacer la ascensión al vértice geodésico La Muela, con casi quinientos metros de desnivel.

Lo cierto es que este trecho no es complicado técnicamente, pero tenemos que salvar unos 140 metros de desnivel en muy poca distancia. Además, cuando salgamos al camino de cemento, aún nos quedarán otros 80 o 90 metros más de desnivel hasta el Castillo de la Atalaya.

La fortaleza, construida en el siglo XVIII, se encuentra en un lamentable abandono. Es posible acceder a su interior, pero hay que salvar un muro de más de dos metros y, sinceramente, no me compensaba. Así que me he conformado con perimetrarla por el pasillo intramuros y disfrutar de las vistas del mar, del interior y de la ciudad de Cartagena, rodeada de baluartes defensivos.

Para regresar al inicio debemos retroceder por el camino encementado, dejando a la izquierda la fuerte subida de hace un rato, y dejándonos caer por la pendiente de cemento que nos devuelve al Barrio de la Concepción.