PR-MU 64 Sendero de la Santa y PR-MU 64.1 Variante a Aledo (deshomologado) (Sierra Espuña, Totana y Aledo)
near Aledo, Murcia (España)
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Itinerary description
A pesar de encontrar el panel de la ruta un aviso de que el sendero estaba cerrado temporalmente, he podido realizar la ruta sin la menor complicación. Quizás la incidencia a la que se refiere es una alambrada que hay que cruzar antes de bajar a la carretera junto a las Casas del Arco. Esta valla lleva ahí bastante tiempo, y siempre la he encontrado como hoy: medio derribada y perfectamente salvable.
Por otro lado, he realizado la derivación a Aledo, un viejo PR que primero se homologó como PR-MU 65 Sendero de Aledo (hoy esta matrícula corresponde al Sendero de las Encañizadas, en San Pedro del Pinatar, podéis ver el track en mis rutas), y posteriormente de rehomologó como una variante del n° 64, quedando registrado como PR-MU 64.1 Variante a Aledo. En la actualidad este trazado está deshomologado, aunque es igualmente transitable, y de hecho veremos balizas de otros itinerarios: de la Ruta de Bartolo (itinerario ciclista que arranca en Lorca) y de la conexión entre las vías verdes de Totana y Caravaca.
La ruta comienza en el aparcamiento del Monasterio de Santa Eulalia, un lugar emblemático de nuestra provincia, enclavado en mitad de la sierra, en un entorno exuberante.
Tras un paseo por el santuario y sus jardines iniciamos el recorrido, que va a coincidir en buena parte con el GR 252 Camino de la Vera Cruz del Bajo Guadalentín. El primer hito se encuentra a menos de medio kilómetro: el Mirador de la Virgen Blanca, que nos asoma a la vertiente sureste y al Valle del Guadalentín.
El camino se ha ido estrechando hasta convertirse en una senda que bordea el cabezo, tendiendo a la izquierda. Iremos atentos a las marcas blancas, rojas y amarillas, pues hay un par de cruces.
Haremos una corta y repentina bajada hasta un viejo olivo, para subir nuevamente hasta las inmensas de la Casa del Zorro, donde el paisaje se abre y tenemos un excelente mirador natural sobre las cumbres de la sierra: Espuña y Pedro López. El consorcio de vías verdes ha puesto aquí, muy oportunamente, un banco y un panel con las vistas panorámicas.
Enseguida llegaremos a la variante a Aledo. Mientras el Sendero de la Santa desciende a la derecha por un sendero, nosotros seguiremos el camino, que gira a la izquierda. A partir de ahora, además de alguna que otra vieja señal de PR (blanca y amarilla), nos serán de mucha utilidad las que marcan la vía verde y la Ruta de Bartolo.
Y es que no son pocos los cruces que encontraremos en este breve tramo, que no es particularmente bonito, la verdad. Y sin embargo, el paseo por Aledo compensa de sobra que hayamos venido. A medida que nos acercamos a su icónica Torre del Homenaje, el casco antiguo se hace más interesante, y el valle que cae a nuestros pies nos invita a caminar despacio.
Una de las estampas más bonitas de la Región de Murcia es la silueta de Aledo desde la carretera que viene de La Santa. El entorno de la Torre del Homenaje y la Iglesia de Santa María la Real tiene algo de mágico. Merece la pena subir a lo alto de la torre, que es visitable. Cada perspectiva de la misma es interesante, y las vistas al este, sur y oeste son para quedarse un buen rato. Sólo desentona el paisaje la abundancia de invernaderos por la zona.
La Puerta de las Tradiciones, la Picota, la muralla medieval, una estatua del Tío Juan Rita (una auténtica leyenda de la música popular, que falleció en 2020 con, ojo: ¡108 años!) son otros elementos destacados de este pequeño municipio que atesora algunas de sus más arraigadas tradiciones, como el Auto de Reyes y la cuadrilla de animeros, una de las más activas y solicitadas del sureste nacional. Así me lo contaba un vecino con quien he charlado unos minutos a la vera del castillo. Como decía, ha sido un acierto acercarme a Aledo.
Regreso por el mismo camino hasta el punto de bifurcación, retomando el PR-MU 64 y bajando por el sendero. Aquí cruzamos la valla arriba mencionada y a pocos metros salimos al asfalto para girar a la izquierda, hasta un llamativo arco. Es el Arco de Totana (no de Aledo, como siempre creí). Un panel informa del Acueducto de la Hoya Bermeja.
Sin cruzarlo, giramos a la derecha junto a su pared. Entre viñedos y casas tradicionales volvemos gradualmente a entrar en terreno de monte y pino. Es una zona bastante tranquila con, al menos, dos casas rurales.
Llegamos a la Casa de los Molejones, donde tenemos buenas panorámicas de un paisaje abierto y extenso. A continuación finaliza el asfalto y llegamos a una bifurcación. El GR 252 sigue recto, ahora por pista de tierra, pero nosotros lo dejamos para tomar un atractivo sendero que parte a la derecha y por el que comenzamos un agradable descenso.
Nos adentramos en la sierra, entre barrancos de poca entidad. La senda, cómoda y de pendiente suave, es lo mejor de esta ruta (junto con el Monasterio de Santa Eulalia y Aledo). Caminamos un rato por ella, entre requiebros y buenas vistas, tanto del paisaje próximo como de la masa forestal de los cabezos vecinos, y con la frecuente visión del Corazón de Jesús, cuya silueta vemos al frente.
Acabaremos por salir a la carretera. Justo antes hay una bifurcación. Yo he bajado recto porque hay una marca de continuidad en una piedra suelta en la senda de la izquierda, pero también hay otra de camino erróneo en otra piedra fija. Creo que lo correcto, después de todo, es por la izquierda, aunque estamos hablando de una diferencia menor a cien metros.
Sea como sea, cruzamos el barranco por su lecho, sin llegar a pisar el asfalto. Ya en el otro lado viramos a la derecha, hacia la Casa de la Cuesta. Aquí nos viene un buen repecho que culmina en un monolito coronado por una cruz. Es el área recreativa de Los Grifos, con mesas y bancos, barbacoas, aseos y contenedores. Hoy, día 1 de enero, estaba literalmente repleta de gente celebrando el año nuevo.
Salimos del área recreativa a la carretera, y en unos pocos cientos de metros tomamos a la derecha, junto al olivar del santuario. Un breve paseo por sus huertos y jardines ponen la guinda a una ruta muy bonita y que se puede realizar con niños, aunque quizás en este caso sería mejor obviar la derivación a Aledo y visitarlo más tarde en coche.
Y es que no hay ruta mala en Sierra Espuña.
Por otro lado, he realizado la derivación a Aledo, un viejo PR que primero se homologó como PR-MU 65 Sendero de Aledo (hoy esta matrícula corresponde al Sendero de las Encañizadas, en San Pedro del Pinatar, podéis ver el track en mis rutas), y posteriormente de rehomologó como una variante del n° 64, quedando registrado como PR-MU 64.1 Variante a Aledo. En la actualidad este trazado está deshomologado, aunque es igualmente transitable, y de hecho veremos balizas de otros itinerarios: de la Ruta de Bartolo (itinerario ciclista que arranca en Lorca) y de la conexión entre las vías verdes de Totana y Caravaca.
La ruta comienza en el aparcamiento del Monasterio de Santa Eulalia, un lugar emblemático de nuestra provincia, enclavado en mitad de la sierra, en un entorno exuberante.
Tras un paseo por el santuario y sus jardines iniciamos el recorrido, que va a coincidir en buena parte con el GR 252 Camino de la Vera Cruz del Bajo Guadalentín. El primer hito se encuentra a menos de medio kilómetro: el Mirador de la Virgen Blanca, que nos asoma a la vertiente sureste y al Valle del Guadalentín.
El camino se ha ido estrechando hasta convertirse en una senda que bordea el cabezo, tendiendo a la izquierda. Iremos atentos a las marcas blancas, rojas y amarillas, pues hay un par de cruces.
Haremos una corta y repentina bajada hasta un viejo olivo, para subir nuevamente hasta las inmensas de la Casa del Zorro, donde el paisaje se abre y tenemos un excelente mirador natural sobre las cumbres de la sierra: Espuña y Pedro López. El consorcio de vías verdes ha puesto aquí, muy oportunamente, un banco y un panel con las vistas panorámicas.
Enseguida llegaremos a la variante a Aledo. Mientras el Sendero de la Santa desciende a la derecha por un sendero, nosotros seguiremos el camino, que gira a la izquierda. A partir de ahora, además de alguna que otra vieja señal de PR (blanca y amarilla), nos serán de mucha utilidad las que marcan la vía verde y la Ruta de Bartolo.
Y es que no son pocos los cruces que encontraremos en este breve tramo, que no es particularmente bonito, la verdad. Y sin embargo, el paseo por Aledo compensa de sobra que hayamos venido. A medida que nos acercamos a su icónica Torre del Homenaje, el casco antiguo se hace más interesante, y el valle que cae a nuestros pies nos invita a caminar despacio.
Una de las estampas más bonitas de la Región de Murcia es la silueta de Aledo desde la carretera que viene de La Santa. El entorno de la Torre del Homenaje y la Iglesia de Santa María la Real tiene algo de mágico. Merece la pena subir a lo alto de la torre, que es visitable. Cada perspectiva de la misma es interesante, y las vistas al este, sur y oeste son para quedarse un buen rato. Sólo desentona el paisaje la abundancia de invernaderos por la zona.
La Puerta de las Tradiciones, la Picota, la muralla medieval, una estatua del Tío Juan Rita (una auténtica leyenda de la música popular, que falleció en 2020 con, ojo: ¡108 años!) son otros elementos destacados de este pequeño municipio que atesora algunas de sus más arraigadas tradiciones, como el Auto de Reyes y la cuadrilla de animeros, una de las más activas y solicitadas del sureste nacional. Así me lo contaba un vecino con quien he charlado unos minutos a la vera del castillo. Como decía, ha sido un acierto acercarme a Aledo.
Regreso por el mismo camino hasta el punto de bifurcación, retomando el PR-MU 64 y bajando por el sendero. Aquí cruzamos la valla arriba mencionada y a pocos metros salimos al asfalto para girar a la izquierda, hasta un llamativo arco. Es el Arco de Totana (no de Aledo, como siempre creí). Un panel informa del Acueducto de la Hoya Bermeja.
Sin cruzarlo, giramos a la derecha junto a su pared. Entre viñedos y casas tradicionales volvemos gradualmente a entrar en terreno de monte y pino. Es una zona bastante tranquila con, al menos, dos casas rurales.
Llegamos a la Casa de los Molejones, donde tenemos buenas panorámicas de un paisaje abierto y extenso. A continuación finaliza el asfalto y llegamos a una bifurcación. El GR 252 sigue recto, ahora por pista de tierra, pero nosotros lo dejamos para tomar un atractivo sendero que parte a la derecha y por el que comenzamos un agradable descenso.
Nos adentramos en la sierra, entre barrancos de poca entidad. La senda, cómoda y de pendiente suave, es lo mejor de esta ruta (junto con el Monasterio de Santa Eulalia y Aledo). Caminamos un rato por ella, entre requiebros y buenas vistas, tanto del paisaje próximo como de la masa forestal de los cabezos vecinos, y con la frecuente visión del Corazón de Jesús, cuya silueta vemos al frente.
Acabaremos por salir a la carretera. Justo antes hay una bifurcación. Yo he bajado recto porque hay una marca de continuidad en una piedra suelta en la senda de la izquierda, pero también hay otra de camino erróneo en otra piedra fija. Creo que lo correcto, después de todo, es por la izquierda, aunque estamos hablando de una diferencia menor a cien metros.
Sea como sea, cruzamos el barranco por su lecho, sin llegar a pisar el asfalto. Ya en el otro lado viramos a la derecha, hacia la Casa de la Cuesta. Aquí nos viene un buen repecho que culmina en un monolito coronado por una cruz. Es el área recreativa de Los Grifos, con mesas y bancos, barbacoas, aseos y contenedores. Hoy, día 1 de enero, estaba literalmente repleta de gente celebrando el año nuevo.
Salimos del área recreativa a la carretera, y en unos pocos cientos de metros tomamos a la derecha, junto al olivar del santuario. Un breve paseo por sus huertos y jardines ponen la guinda a una ruta muy bonita y que se puede realizar con niños, aunque quizás en este caso sería mejor obviar la derivación a Aledo y visitarlo más tarde en coche.
Y es que no hay ruta mala en Sierra Espuña.
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