PR-MU 74 Senda Natural Mahoya - El Cajer (vuelta por carretera) (Abanilla)
near Mahoya, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Una de las rutas más singulares y fotogénicas de la Región de Murcia es este PR-MU 74 que se adentra en el río Chícamo, un paisaje que a veces parece irreal y que de un tiempo a esta parte se ha venido a conocer como la Palestina murciana.
Hay que decir que el trazado está bastante descuidado, falto de señalización y en varios tramos invadido de vegetación. A día de hoy se puede hacer, pero hay que venir mentalizado de que hay que mojarse (cuando no embarrarse) y quizás hasta arañarse. Hay un punto junto al azud en el que la fuerza del agua a roto literalmente el camino. El problema es que está muy embarrado y hay que llevar cuidado para no resbalar, por porque haya una caída a distinto nivel, sino por el riesgo de hacerse alguna torcedura o similar. Es por este punto que decidí regresar por carretera (al final resultó un acierto).
La ruta arranca en la Ermita de la Santa Cruz de Mahoya, en cuyo lateral está el panel informativo. Debemos cruzar la carretera dirección La Huerta, y a medio kilómetro bajamos a la izquierda para salir a una carretera sin tráfico y bajar de nuevo a la izquierda en busca del cauce del río. La vegetación impide llegar al lecho, que por otro lado trae agua, así que giramos a la izquierda bajo el puente de la carretera y avanzamos paralelos al río para incorporarnos a él a la primera oportunidad.
El cauce es muy ancho, y desde el principio habremos de buscar el mejor paso para no mojarnos. El itinerario sale pronto del río para ascender suavemente por un camino y adentrarse entre olivos, higueras y palmeras. Acabamos saliendo junto a la ermita de Sahués, desacralizada y no fácilmente reconocible si se desconoce que lo es.
Llegamos a las inmediaciones de El Partidor, pero antes de entrar se nos indica que debemos adentrarnos nuevamente en el cauce, pasando bajo el Acueducto de Sahués (según el folleto de la ruta, aunque estamos en El Partidor). Es uno de los puntos más atractivos de la ruta.
Progresamos por el cauce muy entretenidos cruzando de uno a otro lado para evitar mojarnos (no he traído calzado apropiado para el agua). Al llegar al azud nos topamos con el paso roto antes mencionado. Está todo embarrado y es fácil resbalar, hay que agarrarse a algún arbusto y asegurar cada paso. No es difícil de superar, pero si está embarrado hay que ir con cuidado.
Desde ahora se complica el avance debido a la invasión vegetal, que nos obliga a agacharnos por el túnel que queda entre las cañas y la pared arcillosa de la derecha. Es la parte más aventurera, y a veces nos parecerá imposible continuar, pero si persistís saldréis sin grandes problemas a un tramo cómodo que nos recompensa.
Dejamos atrás el Paraje de la Rufa y seguimos hasta salir a la carreterilla de La Umbría. Estamos llegando al final del PR, pero el terreno no nos lo va a poner fácil, ya que aquí la vegetación es casi selvática. No hubiera venido mal un machete para abrirse paso. En realidad, con calzado apto para el agua se anula el problema yendo directamente por el cauce, pero como no es mi caso procuro no mojarme, lo que hace complicado el avance.
No importa, el tramo no es largo y al final logro llegar a la entrada al cañón, ya sin ninguna dificultad. Lo verdaderamente aventurero es hacer el cañón hasta las inmediaciones del nacimiento, en el molino, pero no será hoy, al menos en mi caso.
Regreso sobre mis pasos hasta la carreterilla de La Umbría, y es momento de decidir si volver por el PR o por la carretera. Me da pereza tener que repetir la odisea de la ida, y sobre todo el paso roto del azud, así que escojo la carretera.
Es una buena decisión, porque es poco transitada y las vistas son estupendas. El teléfono me ha fallado un par de veces, pero el camino es evidente. En total habrá dejado de registrar un kilómetro más o menos.
Reconecto con el PR en El Partidor y lo sigo durante un rato, pero vuelvo a soltarlo más adelante para salir a Ricabacica y retornar a Mahoya por la carretera, cerrando así una mañana de senderismo espectacular.
ATENCIÓN: EL DISPOSITIVO HA TENIDO UN PAR DE FALLOS PUNTUALES DURANTE EL RETORNO, LA DISTANCIA REAL DEBE SER DE APROXIMADAMENTE UN KILÓMETRO MÁS, EL DESNIVEL NO REGISTRADO ES IRRELEVANTE.
Hay que decir que el trazado está bastante descuidado, falto de señalización y en varios tramos invadido de vegetación. A día de hoy se puede hacer, pero hay que venir mentalizado de que hay que mojarse (cuando no embarrarse) y quizás hasta arañarse. Hay un punto junto al azud en el que la fuerza del agua a roto literalmente el camino. El problema es que está muy embarrado y hay que llevar cuidado para no resbalar, por porque haya una caída a distinto nivel, sino por el riesgo de hacerse alguna torcedura o similar. Es por este punto que decidí regresar por carretera (al final resultó un acierto).
La ruta arranca en la Ermita de la Santa Cruz de Mahoya, en cuyo lateral está el panel informativo. Debemos cruzar la carretera dirección La Huerta, y a medio kilómetro bajamos a la izquierda para salir a una carretera sin tráfico y bajar de nuevo a la izquierda en busca del cauce del río. La vegetación impide llegar al lecho, que por otro lado trae agua, así que giramos a la izquierda bajo el puente de la carretera y avanzamos paralelos al río para incorporarnos a él a la primera oportunidad.
El cauce es muy ancho, y desde el principio habremos de buscar el mejor paso para no mojarnos. El itinerario sale pronto del río para ascender suavemente por un camino y adentrarse entre olivos, higueras y palmeras. Acabamos saliendo junto a la ermita de Sahués, desacralizada y no fácilmente reconocible si se desconoce que lo es.
Llegamos a las inmediaciones de El Partidor, pero antes de entrar se nos indica que debemos adentrarnos nuevamente en el cauce, pasando bajo el Acueducto de Sahués (según el folleto de la ruta, aunque estamos en El Partidor). Es uno de los puntos más atractivos de la ruta.
Progresamos por el cauce muy entretenidos cruzando de uno a otro lado para evitar mojarnos (no he traído calzado apropiado para el agua). Al llegar al azud nos topamos con el paso roto antes mencionado. Está todo embarrado y es fácil resbalar, hay que agarrarse a algún arbusto y asegurar cada paso. No es difícil de superar, pero si está embarrado hay que ir con cuidado.
Desde ahora se complica el avance debido a la invasión vegetal, que nos obliga a agacharnos por el túnel que queda entre las cañas y la pared arcillosa de la derecha. Es la parte más aventurera, y a veces nos parecerá imposible continuar, pero si persistís saldréis sin grandes problemas a un tramo cómodo que nos recompensa.
Dejamos atrás el Paraje de la Rufa y seguimos hasta salir a la carreterilla de La Umbría. Estamos llegando al final del PR, pero el terreno no nos lo va a poner fácil, ya que aquí la vegetación es casi selvática. No hubiera venido mal un machete para abrirse paso. En realidad, con calzado apto para el agua se anula el problema yendo directamente por el cauce, pero como no es mi caso procuro no mojarme, lo que hace complicado el avance.
No importa, el tramo no es largo y al final logro llegar a la entrada al cañón, ya sin ninguna dificultad. Lo verdaderamente aventurero es hacer el cañón hasta las inmediaciones del nacimiento, en el molino, pero no será hoy, al menos en mi caso.
Regreso sobre mis pasos hasta la carreterilla de La Umbría, y es momento de decidir si volver por el PR o por la carretera. Me da pereza tener que repetir la odisea de la ida, y sobre todo el paso roto del azud, así que escojo la carretera.
Es una buena decisión, porque es poco transitada y las vistas son estupendas. El teléfono me ha fallado un par de veces, pero el camino es evidente. En total habrá dejado de registrar un kilómetro más o menos.
Reconecto con el PR en El Partidor y lo sigo durante un rato, pero vuelvo a soltarlo más adelante para salir a Ricabacica y retornar a Mahoya por la carretera, cerrando así una mañana de senderismo espectacular.
ATENCIÓN: EL DISPOSITIVO HA TENIDO UN PAR DE FALLOS PUNTUALES DURANTE EL RETORNO, LA DISTANCIA REAL DEBE SER DE APROXIMADAMENTE UN KILÓMETRO MÁS, EL DESNIVEL NO REGISTRADO ES IRRELEVANTE.
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