PR-MU 93 SENDA DEL RENTO. Alhama de Murcia-Gebas

El itinerario lo hemos diseñado para que dé comienzo en la Oficina de Turismo de Alhama de Murcia. En sus proximidades existen zonas de aparcamiento libre o vigilado y la parada de autobuses o de taxis, además de espacios libres con bancos, fuentes y otros numerosos servicios turísticos. Desde aquí recorre una buena parte de su casco antiguo, adentrándose en él por la tradicional calle de La Feria para acercarse a su iglesia parroquial de San Lázaro. Justo al lado está el Museo Arqueológico “Los Baños”, uno de los mejores yacimientos de la arqueología termal del Sureste español.
Le siguen la calle Empedrá, la Plaza Vieja y por entre las escalinatas de la fuente se accede al viejo depósito de agua de Alhama, justo por donde pasa el SL-MU 5, el sendero que da la vuelta al cerro de Castillo de la villa. También se puede seguir por las callejuelas de la Plaza y rambla de San Roque hasta que por un lado, siguiendo el trazado del Cordel de Librilla a Lorca, llegamos hasta el conocido paraje del Collado, la transición entre el emblemático cerro del Castillo de Alhama y la sierra de La Muela.
Una vez en el Collado este PR, simultaneado durante dos tramos con el GR-252.1 (este tramo es uno de ellos) recorre toda la base de la sierra de La Muela, hasta dar comienzo, justo cuando nos adentramos en la rambla de Don Diego, al zigzagueante ascenso por la mal llamada senda de la Cuesta del Salto (en realidad, se debería llamar senda del Cenajo). Es el tramo más empinado, pero el esfuerzo se va viendo paulatinamente compensado por el paisaje que va mostrando y, ya cerca de coronarlo, por las interesantes formaciones geológicas que le acompañan. La senda se va encajando sobre las terrazas de la repoblación forestal de comienzos de los años 70 de la década pasada y cuenta con algunas zonas protegidas con barandillas, acondicionadas con escalones e incluso con una pasarela de madera.
Una vez en la cabecera de la rambla de Don Diego, ya metidos de lleno en la sierra de la Muela y su bosque de pinar, hacia el oeste tenemos la opción de acercarnos hacia el mirador de igual nombre. Su visita puede ser el colofón del disfrute paisajístico hacia el valle del Guadalentín y el macizo central de sierra Espuña. Si la hacemos habrá que volver al punto donde nos desviamos, donde el camino de la solana de La Muela cruza la cabecera de la rambla de Don Diego. En realidad desde aquí la ruta continúa hacia el noreste para atravesar un conjunto de cañadas antiguamente cultivadas y así conectar con la senda de la Sarna, una de las que en primer lugar se abrió por el Ayuntamiento de Alhama y los vecinos de Gebas para recuperar aquel viejo sendero del Rento. Por ella se desciende hasta el camino del Pino Gordo o Grande, nuestra guía hasta el de la Atalaya, donde ya por fin entramos en contacto con los espectaculares paisajes de los barrancos de Gebas. Primero descendemos por el llamado Panderón de La Atalaya, donde el pinar empieza a enrarecerse por la bravura de los procesos erosivos sobre las margas de los barrancos.
A partir de este punto la aridez y esos procesos erosivos son cada vez más llamativos, por lo que ofrecen una de las mejores notas de este PR. De hecho, nuestro sendero irá en gran parte sobre la empinada ladera del barranco del Cejo de los Níos e incluso en algunos de sus pequeños llanos (aquí llamados “llanas”) veremos los procesos erosivos conocidos como “ollas” o “torcas”, hundimientos del terreno ocasionados por las infiltraciones del agua por los pequeños conductos que dejan las raíces muertas u otras aberturas del terreno. Al final, un par de últimos zig-zag nos dejerán perplejos con la contemplación de la “mujer afgana”, una ladera erosionada con una forma así, más algún que otro pináculo y el gran paredón que, ya en el fondo de la rambla de Algeciras, forma el gran talud que da nombre a este paraje, el “Cejo de los Níos”. Todo este tramo del sendero que ahora estamos recorriendo procede del meticuloso trabajo de recuperación que realizó el Ayuntamiento de Alhama durante el invierno de 2012 bajo la dirección de uno de los lugareños que mejor recordaba su trazado y con más habilidad supo tratar estos terrenos para conseguir salvar del olvido este sendero. Nos referimos a Manolo Gambín.
Es a partir de aquí cuando nuestro PR ofrece una breve pero interesante conexión, el PR-MU 93.1, que podremos seguir para enlazar con el PR-MU 92 “Vereda de los Azagadores”. Pero nosotros continuaremos nuestro sendero matriz, el PR-MU 93. Tras cruzar tres veces casi seguidas la rambla de Algeciras llegaremos al punto donde en ella desemboca el barranco Hondo, lugar en el que otro pináculo erosivo nos evoca paisajes de películas galácticas.
Por el camino de los Barrancos ascenderemos paulatinamente hasta volvernos a encontrar con el GR-252.1, justo cuando el camino Real (también restaurado en 2012) desemboca en la pista asfaltada. A partir de aquí todo es seguir el camino principal, el pavimentado. Se vuelve a cruzar la rambla de Algeciras, se pasa junto al primer grupo de casas que forman Gebas, las conocidas como Casas de Abajo, luego las de Jalisco y más arriba, las de la Ermita. Antes, en las casas de Abajo habremos conectado con el GR-252 y a través de él podremos ir hasta el PR-MU 69. Es en esta ermita donde arranca y termina el sendero circular PR-MU 92 "Vereda de los Azagadores".
La ermita de Gebas y su entorno con su área recreativa, mesas, fuentes, salón social, espacio para aparcar, sintetiza un poco del “modus vivendi” de los geberos. Fue construida por los vecinos en 1893, en plena ebullición de las repoblaciones forestales de Sierra Espuña. Ciento cinco años después (1998) fue restaurada. En la actualidad, la Asociación de Vecinos de Gebas administra la Ermita, su inmediato Salón Social y la parcela que hay al otro lado, reservada para grandes acontecimientos. Al otro lado del edificio religioso estuvo la antigua escuela de la pedanía, hoy convertida en casa particular. Fue lugar de cruce de importantes caminos tradicionales, entre ellos el camino Real que unía Alhama con Mula, por donde transitaban los arrieros, además de algunas vías pecuarias que lamentablemente nunca han sido clasificadas y corren el peligro de caer en el olvido, lo que eso conlleva como pérdida patrimonial. A poco más de 500 metros está el restaurante “El Mirador de Gebas”, final del PR-MU 93, en donde podemos reponer fuerzas y líquidos perdidos.
Manuel Águila Guillén