Circular por la Sierra del Rincón. Prádena -Horcajuelo -4 Estanques -Dehesa Boyal -Montejo -Ermita Nazaret -Lgn. Salmoral

Un 19 de marzo, ponemos rumbo al Sistema Central para realizar un recorrido circular entre los pueblos de la Sierra del Rincón, aún desconocida para 'Ojolince y Sra.', que va a ser nuestra primera toma de contacto y conocimiento de este enclave.
La primavera asoma tímidamente en nuestras montañas del centro peninsular y parece que el día va a resultar fresco, pero soleado.
Aparcamos a la entrada de Prádena del Rincón, pintoresco pueblo de esta sierra, que atravesamos para conocer la iglesia de Santo Domingo de Silos S. XII, cuyo atrio norte protege una antigua necrópolis que podemos contemplar desde el exterior.
Hecho lo cual, avanzamos por la calle del Carbón, para bajar a la zona de los huertos tomando una senda que nos lleva hasta el arroyo de Garita o de las Cabrillas, que debemos atravesar pues queremos subir a Horcajuelo por el monte que separa ambas poblaciones.
Habíamos leído que la pasarela para atravesar el arroyo estaba en malas condiciones, como así es. No nos aventuramos a pisarla, y tampoco podemos vadear el arroyo por las piedras pues viene más que crecido estos días.
Desestimada la idea inicial que habría de llevarnos a Horcajuelo por el cordel de la Pradera de Sacejo, volvemos a Prádena y nos dirigimos a atravesar el río por el puente de la carretera, llegando así a las inmediaciones de Montejo de la Sierra.
Sin entrar en Montejo, avanzamos un tramo por la carretera que lo une con Horcajuelo y, a la altura del cordel del Lomo, abrimos y atravesamos una cancela, desviándonos a la derecha y tomando el sendero que nos guía en dirección Norte, para unirnos al GR-303 que viene de Horcajuelo.
Este GR discurre por el cordel de la Calleja, el viejo camino a las huertas, que nos lleva entretenidos por este monte salpicado de encinas, robles, acebos, rosales, espinos, endrinos, serbales...que dan cobijo a un sin fin de avifauna, que estos días está dando comienzo su actividad de cortejo.
Este paraje adehesado conocido como Dehesa Boyal, está salpicado de Narcisos y advertimos el arranque de la temprana floración de Ranúnculos, Primaveras, Romuleas, Estrelladas, Arenarias, Gageas...
Avanzamos en ascenso hacia los estanques, unas lagunas artificiales que sirven a un tiempo de aprovechamiento al ganado y a la fauna silvestre.
Vamos subiendo en dirección NE por la senda que sirve de nexo de unión entre ellas, disfrutando de la belleza del enclave y comprobando tanto visual como acústicamente, el comienzo de la actividad de los herpetos de la zona.
Llegados a la cabecera del cuarto y último de los estanques, estamos a 1.245 mts. de altitud y viramos hacia el sur, discurriendo por un apacible camino en el interior de Dehesa Boyal que nos conduce a un chozo de pastores en buen estado, que nos parece el lugar idóneo para el descanso y almuerzo de la jornada.
Cuando retomamos el sendero, éste se prolonga hacia el sur por la dehesa hasta llevarnos a atravesar un arroyo, poco antes unirnos a la carretera que lleva a Montejo de la Sierra.
Tomamos ahora dirección a la ermita de Nazaret, atravesando el río de la Madre (también conocido como arroyo de La Mata) y siguiendo el camino que hacen todos los años en Romería desde el pueblo, ascendiendo por la falda de la pradera de Los Llanos hasta la ermita, que se muestra en un enclave privilegiado, respaldada por la sierra de la Puebla.
En dirección SW, vamos bajando de la loma donde se encuentra ubicada la ermita por unas praderías con ganado caballar, separadas por los muros de típica construcción tradicional, hasta unirnos a un buen camino que nos hace atravesar el arroyo de Nazaret, antes de tomar dirección sur, por una buena senda, que desemboca en la Carretera M-130.
Transitamos por su arcén hasta llegar a la laguna del Salmoral, de visita obligada. Así como el interesante jardín de las rocas que hay junto a ésta.
Desde aquí, sólo nos resta tomar el camino peatonal que discurre paralelo a la acequia que conduce el agua al pueblo de Prádena del Rincón, donde nos detenemos a disfrutar de su magnífica fuente de los Cinco Caños, donde reza un lema en honor a nuestros mayores.
Concluida la ruta, 'Ojolince y Sra.' estamos satisfechos de haber adquirido un pequeño conocimiento de lo que atesoran estos pueblos y pensamos que no será ésta la única ocasión que visitemos la sierra del Rincón y sus aledañas.