Pradera de Pineta - Balcón de Pineta - Lago de Marboré - Cascada del Cinca (Valle de Pineta - P.N. Ordesa y Monte Perdido)

Ya puedo decir que he subido al Balcón de Pineta, lo tenía pendiente desde hace muchos años, desde que en algún momento lo oyes por primera vez y no sabes bien lo que es, y que poco a poco te vas enterando de que para todo senderista/excursionista que se precie y que físicamente pueda subir hasta el balcón, es una ruta imprescindible.
Y es que el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido tiene varias rutas imprescindibles y muchas otras que también son espectaculares, pero el Balcón de Pineta es una de las que hay que hacer si o si.
Ya desde que pasamos Bielsa y encaramos con el coche la carretera que se va adentrando en el Valle de Pineta, el Valle nos va recibiendo con unas vistas increíbles, incluso desde lejos podemos ver la cara Norte de Monte Perdido, que poco a poco va desapareciendo al llegar al Parking de la Pradera de Pineta.
Decidimos empezar a caminar muy temprano, a las 06:30 horas ya empezamos a caminar, hoy va a ser un día caluroso y queremos quitarnos horas de sol.
Nada más empezar, el Circo de Pineta está delante nuestro, es muy impresionante, mucho, muchísimo, much…., bueno eso, nos parece imposible que se pueda subir por aquel mastodonte de pared, pero de alguna forma se puede.
Cruzamos el río Cinca, y podemos ver también la enorme Cascada del Cinca con sus múltiples cascadas por encima de la cascada principal que bajan con mucha fuerza, que espectáculo, que bien se está, estamos justo donde queremos estar, que emoción, vamos a subir al Balcón de Pineta, no me lo puedo creer.
El comienzo es suave, por dentro del bosque, siguiendo los carteles verdes tan típicos del parque que nos indican el camino a seguir, Camino de Marboré.
Cruzamos de nuevo el Cinca por un bonito puente (a mi me parece bonito todo allí) y el bosque ya empieza a inclinarse, ya comenzamos la subida.
Por ahora la subida se va haciendo bien, llegamos al desvío para visitar el mirador de la Cascada del Cinca, en la bajada iremos a visitarlo, por ahora nuestro objetivo es subir y subir.
El Circo de Pineta cada vez se hace más enorme, y vamos subiendo aún más emocionados, ya estamos en ello, subiendo por el Circo de Pineta, pasamos un desvío que nos llevaría al Puerto de Lera, pero nuestro objetivo no es ese, las vistas del Valle cada vez son más inmensas, más increíbles, cada vez estamos más altos, cruzamos un torrente de agua helada que seguramente en la bajada nos será de gran utilidad para refrescarnos.
La Subida es maravillosa, exigente, dura, pero increíble, cada curva, cada piedra, cada metro que subes vale mucho la pena el esfuerzo, algo descomunal.
Después de otro torrente magnífico y refrescante encaramos la última subida, poco después ya estamos en las “Zetas” famosas antes de llegar arriba, ya llevamos mucho desnivel positivo pero ya vemos a personas llegando arriba y eso nos da alas.
La llegada al Balcón de Pineta es algo que no olvidaré nunca, cuando vi la cara norte de Monte Perdido, con su glaciar, y el Cilindro, me quedé muy impresionado, por un instante olvidé que estaba en el mismísimo Balcón de Pineta, fue un shock para mí, aunque lo sabía, me pilló totalmente por sorpresa.
Ya algo recuperado me fui al Balcón, que espectáculo, que maravilla, era todo descomunal, todo inmenso, todo enorme, profundo, mirases a donde mirases era increíble, en definitiva un sueño cumplido, muy emocionado, muy contento.
Después de disfrutar este momento como se merece continuamos hacia el Lago de Marboré, tengo que decir, que no tenía muchas referencias de como era este tramo, en mi cabeza era como un sendero que llegaba hasta el lago, que equivocado estaba, y que sorpresa más agradable.
El camino desde Balcón de Pineta hasta el Lago de Marboré es como estar en otro mundo, no tiene absolutamente nada que ver con la subida, es como haber llegado a otro planeta de repente, pasamos junto a una cruz en memoria de unos soldados caídos y seguimos por un caos de bloques de piedras, un caos espectacular, incluso tenemos que atravesar grandes neveros, con la ola de calor que estamos padeciendo estos días, pero es que la Cara Norte del Perdido y este paisaje tan impresionante hacen del tramo desde el Balcón de Pineta hasta el Lago de Marboré, una grata una sorpresa que me ha dejado muy impresionado.
Cuando aparece el Lago de Marboré ante tus ojos, tu mente tarda un rato en asimilar lo que estás viendo, una mezcla de emoción, alegría, tristeza de saber que tendrás que irte dentro de un rato, muchos sentimientos a la vez.
El Refugio de Tucarroya está delante nuestro, en medio de la Brecha del mismo nombre, algo espectacular, un agua con azul muy intenso, y encima hace un día sin viento y sin nubes, que lujo.
Y sin olvidar que si giras la mirada sigue allí Monte Perdido con su glaciar y el fotogénico Cilindro.
Comemos allí mismo para disfrutar al máximo de esta paz, de este momento, habíamos hablado que quizás subiríamos al refugio, pero es que solamente estar allí ya nos llenaba del todo, y así ya tenemos excusa para volver, también podemos volver para subir a los Astazus, o por lo menos al Pequeño Astazu con sus 3015 Metros, 400 Metros más de desnivel si quieres subir desde el Lago de Marboré, las fuerzas ya iban justas y había que bajar.
Con muchas pena comenzamos el regreso, con la enorme satisfacción de haber llegado a donde queríamos llegar, y la bajada no es ninguna tontería, poco a poco las piernas ya van notando el esfuerzo, y los torrentes que vamos cruzando son un regalo que nos hace la montaña, nos refrescamos en cada uno de ellos, ya que a medida que vamos bajando y nos vamos acercando a la Pradera, el calor va apretando cada vez más, incluso llegar al mirador de la cascada del Cinca se hace duro, pero yo recomiendo ver de cerca esta enorme cascada, es una maravilla.
La parte final de la bajada se hace dura, pero el bosque nos da la sombra que tanto necesitamos, nos hemos echado varias veces crema solar y llevábamos mucha agua, y nos hemos refrescado en todos los torrentes que hemos cruzado, aún así llegamos a la pradera de Pineta muy cansados, pero enormemente satisfechos de la ruta.
Miramos hacia arriba y vemos la pared por donde hemos subido y bajado, nos parece imposible, pero si, lo hemos hecho.
Nos regalamos una Cerveza bien merecida en el bar que hay en la Pradera de Pineta mientras nos comemos la comida que no habíamos comido durante la ruta, nos sienta de maravilla.
Espero que algún día podáis hacer esta ruta, lógicamente con condiciones climatológicas favorables, ya que esta ruta en invierno ya es otra historia y seguro que es muy diferente y mucho más peligrosa que en verano.
Hemos disfrutado mucho.