Pradoalbar-Castelo de Cerveira-Encoro do Cenza-Pradoalbar

De nuevo por Pradoalbar.
Partimos desde el pueblo hacia O Castelo por el sendero perfectamente señalizado, un sendero en buen estado. Encontramos varios paneles informativos en el trayecto, atravesando el puente romano ya cerca del desvío hacia la cima de O Castelo.
Casi al final de un repecho a la izquierda tenemos la señal que nos indica el inicio del ascenso. Duro y exigente ascenso en el que algún tramo nos pone a prueba, zonas con hierbas que hacen el asalto y el descenso peligroso debido al riesgo de resbalones sobre un terreno con un gran desnivel. A lo largo del recorrido nos encontramos varias piedras con marcas redondeadas de pintura, no hay pérdida.
Al llegar a la cima disfrutamos de las bellas vistas mientra recuperamos el aliento. Paseamos sobre lo que fueron sus murallas totalmente derruidas, aunque se ven perfectamente sus cimientos.
Tras un lento descenso alcanzamos el valle y lo atravesamos buscando llegar al inicio del sendero que nos llevará hasta el camino que viene de la pista ecológica que une la estación de Manzaneda con Laza.
Descendemos hacia el embalse de O Cenza monte a través, en donde al principio se baja bien pero según bajamos se hace más pesado y peligroso ya que no vemos donde ponemos los pies y existen agujeros que nos hacen perder el equilibrio en varias ocasiones. Este descenso se nos hace demasiado largo, un kilómetro y medio interminable. Casi besamos el camino que rodea el embalse al abordarlo.
Tras refrescar los pies y el almuerzo continuamos la ruta y al encontrar un panel informativo viramos a la derecha en lo que parece ser el inicio del camino que llega a la pista ecológica nombrada con anterioridad. Ya en la "cresta" el camino curva a la derecha y nosotros lo abandonamos en busca del camino que nos debe dejar en Pradoalbar. Sin ningún de marca localizamos el inicio del camino que aunque no limpio se intuye. Ya continuamos este camino hacia el final de nuestra aventura por este camino en donde nos alegra la vista tanto la panorámica como un ciervo que nos deja clavados en el medio del camino mientras lo vemos alejarse con grandes saltos. Entre nosotros comentamos lo afortunados que somos porque este camino, que aunque nos permite andar por el, poco le queda para que la maleza lo devore por completo, por lo que si alguien tiene pensado pasar por él cuente que si tarda mucho desde la fecha de hoy puede que lo encuentre cerrado.
Tras 2,6 km. de descenso alcanzamos de nuevo el pueblo. Ya cerca del pueblo nos encontramos a un pastor con unas cabras y ovejas con el que conversamos un rato, un paisano de trato agradable.
En el pueblo nos refrescamos tanto por dentro como por fuera en la fuente situada en la entrada del pueblo.
Atrás dejamos nuestros comentarios y dudas del origen de dicha fortaleza en un lugar tan retirado y difícil acceso. Permaneceremos atentos a las noticias para salir de dudas sobre este lugar mágico.
La dificultad de la ruta reside tanto en la subida a la cima de O Castelo como en su descenso, además del descenso al embalse.