PRADOLLANO - COLLADO DE LAS VÍBORAS

Tiempo en movimiento: 6 h 26'.

Realicé el itinerario en sentido antihorario.

La ruta está basada en otra subida con anterioridad por PJCastro. Le agradezco el hecho desde aquí.

Yo comencé a caminar desde Pradollano porque hice allí noche y no se me apeteció conducir temprano, pero recomiendo comenzar en la localización "APARCAMIENTO", que significa un amplísimo ensanche de la carretera que sube a la estación de eskí cerca de su PK 25. Desde ahí bajáis hasta el río, subís a Pradollano y termináis la jornada en descenso, no en ascenso como fue mi caso.

Ya a pie, y desde Pradollano, comenzamos por el arcén durante un corto tramo y nos encontramos con dos sendas paralelas al dejar el asfalto. Hay que tomar la de arriba. Yo erré y la recuperé sin esfuerzo.

Llegamos al área de recreo de Fuente Alta. Ahí erré de nuevo de senda y recuperé la correcta más tarde, pues yo tomé otra que circulaba algo más abajo. Tampoco hubo esfuerzo extra.

La senda llega a la carretera que baja a Güéjar Sierra, pero antes hay varios cruces donde hemos de estar atentos. Yo ya no erré más...

Cruzamos la carretera citada y descendemos por una vereda señalizada como pequeño recorrido que nos lleva a la carretera que sube a la estación. Ahí es donde os recomiendo aparcar.

Una trocha nos lleva ahora a la pista que procede del Centro de Visitantes El Dornajo. De ahí partió PJCastro. Yo eliminé esos 4 kilómetros de entre ida y vuelta. Coincidimos aquí con el sendero de gran recorrido Sulayr. Estamos en el Collado de las Víboras.

Más adelante, y en un cruce de pistas, tomamos a la derecha para acabar la bajada hacia el Río Monachil, que es donde comenzaremos el ascenso. Antes de cruzarlo por un puente podemos aprovisionarnos de agua en una fuente con potente caño.

Tomamos, ya en la otra ribera, un antiguo camino que gana altura progresivamente. El camino acaba cerca de un barranco abocando a una senda, bifurcándose ésta algo más arriba, que es precisamente donde abandonamos el Sulayr. Nuestra opción nos lleva a Pradollano, salva varios barrancos y está algo sucia en algún que otro tramo. Si no se limpia la senda en breve será absorbida por el monte (ya lo está en dos puntos). También salva dos derrumbes con pasos algo delicados. Tras pasar un prado hemos de obviar los hitos que nos llevan a otra senda que circula algo más arriba.

Vadeamos, por segunda y última vez, el Río Monachil y la senda nos lleva a la depuradora de aguas fecales de la estación, que bordeamos y donde acaba un camino asfaltado que procede de Pradollano, principio y final de este más que entretenido paseo.