117. Pradoluengo: Por Los Batanes hasta el Nacedero del Oropesa
near Pradoluengo, Castilla y León (España)
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Itinerary description
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 52 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 469 metros (superior al que estima Wikiloc).
Nos guiamos para esta ruta por el trazado de ‘C.Baci’, buen conocedor de la zona: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pradoluengo-el-nacedero-por-la-senda-de-los-batanes-13549728 . La ruta es sencilla en su trazado, aunque en algunos puntos hay que elegir el camino correcto entre varios. Su guía fue muy útil para orientarse en esos casos.
Hicimos unas cuantas variaciones menores a lo largo del recorrido, pero sin apartarnos mucho del sendero principal. ‘Había que’ meterse en el río (ahora más un arroyo) y comprobar cómo resbalaban o se movían las piedras; o trepar un poco por los empinados taludes para oír el leve crujir de las hojas secas de las hayas; o…; etc. (‘cosas de mayores para sentirse jóvenes…’).
Dice ‘C.Baci’ que “Posiblemente esta sea la ruta más clásica de Pradoluengo…”. Y que “…por su belleza y su sencillez se sienten atraídas muchas personas…”. Confirmado. Durante el ascenso (entre las 8 y las 10:15 h am), no vimos a nadie. En el descenso, en la parte baja, no diré que nos cruzamos con una romería, pero…. Todos iban (“a veeer…que hay que madrugar más…”); nosotros volvíamos. Fue, con mucho (mucho), la más concurrida de nuestras rutas. Se entiende: lugar de enorme gracia natural, día espléndido, y (aunque viernes) mes de julio.
Partimos de Pradoluengo, junto a la plaza de toros, al inicio de la Senda de Los Batanes. Seguimos el curso del río Oropesa hasta su nacimiento, unos 6,5 km más arriba. Siempre fiel compañero; al lado o debajo. Su presencia alegra y relaja. El Nacedero es una surgencia, una pequeña boca en el suelo al lado del camino. Así, sin más, de repente, tan sencillo como encantador. Para convertirse en una marmita mágica, sólo le falta borbotar con vapores. A lo largo de su curso, el río, tornadizo y caprichoso, se muda mil veces de traje y de voz; según sean el lecho y las orillas por los que trajina.
El río es, sin duda, uno de los mayores atractivos de la ruta. Pero, en la parte baja, también tenemos los restos (algunos mejor conservados) de los batanes donde antaño se obtenía el paño de lana. Pradoluengo se conoce por ello como ‘La villa textil’. Merced, precisamente, al río Oropesa: al impulso de sus aguas, se movían los batanes. Aunque la principal actividad económica de Pradoluengo sigue siendo la industria textil, el río ha perdido su protagonismo en favor de nuevas tecnologías.
Próximos al Nacedero, hay dos belenes. Uno lo vimos al subir. El otro nos pasó desapercibido. Tan ‘ciegos’ por deslumbramiento íbamos, contemplando boquiabiertos y ojipláticos otras bellezas del entorno. Lo vimos al bajar. Belenes tan sobrios como conmovedores. Ahí, en ese escenario ‘celestial’, en un bosque de hayas; palabra que, curiosamente, se escribe y suena casi como hadas. Regocijan ‘el corazón’, sea uno creyente o no (los beligerantes se pierden ‘también’ ese regalo emocional…). [!Cómo no acordarse aquí de las fantasías belénicas de Lasti! 'Cosas mías'].
Precisamente, los bosques de hayas en la zona alta del trayecto aportan hechizo al lugar. En laderas con mucha pendiente y de difícil tránsito, fuera del sendero, gusta salirse de él para mejor palpar y saborear su embrujo. Pero, aparte de los hayedos, prácticamente siempre iremos bajo cubierta vegetal o flanqueados por ella; una vegetación exuberante. Hay especies muy heterogéneas, desde enigmáticas florecillas hasta árboles monumentales. Así pues, en términos puramente utilitarios, es una ruta ideal para los días en que apriete el calor.
De la villa de Pradoluengo, nada puedo decir. Seguro que bien lo merece, pero sólo la cruzamos sobre ruedas. Para esta excursión me había puesto unas botas nuevas. ¡Mira que podría haber ‘presumido’ con ellas dando un paseo por las calles de Pradoluengo! Pero me habían producido rozaduras y no quería ponerlas peor. No apetecía caminar mucho más al finalizar la ruta. Al día siguiente era sábado y había que tener los pies en forma para otra. Seguro que habrá una próxima vez para visitar esta histórica villa; y pronto.
Entre los múltiples ‘encuentros’ humanos (siempre, bajando nosotros, subiendo ellos), destacaré dos como particularmente curiosos, acaso anecdóticos. A uno lo titularemos “Falsas apariencias: la trampa de la economía cognitiva”. Al otro, “El por aquí o por ahí: una duda y una actitud existenciales”. Como se puede apreciar, títulos espesos.
Bajando, pero aún cerca del Nacedero, un hombre en sus 60 (años) remontaba corriendo a buen ritmo. Nos sorprendió, primero, porque la pendiente allí era bastante inclinada; y, segundo, porque él no tenía aspecto de atleta. A pesar de ello, nos dijo ‘buenos días’ con voz clara, sin perder el aliento, y sin resuello. Aseguro que no se puso a correr unos metros antes, como ‘para impresionarnos’ con su proeza. Le vimos correr sin desmayo bastante más lejos; antes y después. Anda que…, como para fiarse de las apariencias…. Pecado capital de nuestra mente perezosa a la hora de juzgar a los demás….
Más abajo, una mujer (‘no diremos la edad’), parecía indecisa sobre el sendero a tomar. “Creo que he venido por ahí”, nos dijo. Le aseveramos: “sí, también nosotros vinimos por ahí”. Ella deshizo sus pasos y se fue, efectivamente, por “aHí”: quería seguridad y unanimidad. Nosotros, al contrario, nos fuimos ‘por aQuí’: queríamos novedades y sorpresas (“tiempo habrá de volver, si nos equivocamos; deja unas piedrecitas…”). Pero, al cabo, nos alcanzó la señora; ya por ‘nuestro’ camino (“¿¡y eso…!?”). Había rectificado. O no se fiaba de nuestra palabra (‘por ahí’) o se fiaba más de nuestra obra (‘por aquí’). Vericuetos de la mente humana….
Hubo más casos, aunque con menos enjundia. Valga uno como muestra: ya cerca del camping, una tropa de no menos de 50 adolescentes iba ‘a lo suyo’ (o, más bien se nos venían encima ‘de lo nuestro’). El sendero era estrecho. Debíamos ser transparentes para ellos. Nos apartamos hasta que pasó la estampida. Parecían contentos. Estaban animosos. “Aprovechad mientras dure”.
La avalancha de la chavalería duró sólo un (eterno) minuto. Una nimiedad en comparación con las cuatro horas (según el reloj, pero no lo calculó así nuestra cabeza) de pleno disfrute, como flotando en el paraíso. Durante ellas perdimos la noción del tiempo. Y, por añadidura, de regalo, recibimos sustanciosas lecciones de psicología.
RUTAS CERCANAS:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/barrancos-de-la-genciana-y-la-tejera-88548223
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-valmala-a-las-inmediaciones-de-santa-cruz-del-valle-urbion-84807609
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/valle-del-urbion-desde-zarcia-88874620
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/garganchon-monte-del-lobo-y-valle-del-urbion-84031650
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-espinosa-del-monte-a-eterna-89352391
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/hayedo-y-dehesa-de-puras-de-villafranca-89256659
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 52 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 469 metros (superior al que estima Wikiloc).
Nos guiamos para esta ruta por el trazado de ‘C.Baci’, buen conocedor de la zona: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pradoluengo-el-nacedero-por-la-senda-de-los-batanes-13549728 . La ruta es sencilla en su trazado, aunque en algunos puntos hay que elegir el camino correcto entre varios. Su guía fue muy útil para orientarse en esos casos.
Hicimos unas cuantas variaciones menores a lo largo del recorrido, pero sin apartarnos mucho del sendero principal. ‘Había que’ meterse en el río (ahora más un arroyo) y comprobar cómo resbalaban o se movían las piedras; o trepar un poco por los empinados taludes para oír el leve crujir de las hojas secas de las hayas; o…; etc. (‘cosas de mayores para sentirse jóvenes…’).
Dice ‘C.Baci’ que “Posiblemente esta sea la ruta más clásica de Pradoluengo…”. Y que “…por su belleza y su sencillez se sienten atraídas muchas personas…”. Confirmado. Durante el ascenso (entre las 8 y las 10:15 h am), no vimos a nadie. En el descenso, en la parte baja, no diré que nos cruzamos con una romería, pero…. Todos iban (“a veeer…que hay que madrugar más…”); nosotros volvíamos. Fue, con mucho (mucho), la más concurrida de nuestras rutas. Se entiende: lugar de enorme gracia natural, día espléndido, y (aunque viernes) mes de julio.
Partimos de Pradoluengo, junto a la plaza de toros, al inicio de la Senda de Los Batanes. Seguimos el curso del río Oropesa hasta su nacimiento, unos 6,5 km más arriba. Siempre fiel compañero; al lado o debajo. Su presencia alegra y relaja. El Nacedero es una surgencia, una pequeña boca en el suelo al lado del camino. Así, sin más, de repente, tan sencillo como encantador. Para convertirse en una marmita mágica, sólo le falta borbotar con vapores. A lo largo de su curso, el río, tornadizo y caprichoso, se muda mil veces de traje y de voz; según sean el lecho y las orillas por los que trajina.
El río es, sin duda, uno de los mayores atractivos de la ruta. Pero, en la parte baja, también tenemos los restos (algunos mejor conservados) de los batanes donde antaño se obtenía el paño de lana. Pradoluengo se conoce por ello como ‘La villa textil’. Merced, precisamente, al río Oropesa: al impulso de sus aguas, se movían los batanes. Aunque la principal actividad económica de Pradoluengo sigue siendo la industria textil, el río ha perdido su protagonismo en favor de nuevas tecnologías.
Próximos al Nacedero, hay dos belenes. Uno lo vimos al subir. El otro nos pasó desapercibido. Tan ‘ciegos’ por deslumbramiento íbamos, contemplando boquiabiertos y ojipláticos otras bellezas del entorno. Lo vimos al bajar. Belenes tan sobrios como conmovedores. Ahí, en ese escenario ‘celestial’, en un bosque de hayas; palabra que, curiosamente, se escribe y suena casi como hadas. Regocijan ‘el corazón’, sea uno creyente o no (los beligerantes se pierden ‘también’ ese regalo emocional…). [!Cómo no acordarse aquí de las fantasías belénicas de Lasti! 'Cosas mías'].
Precisamente, los bosques de hayas en la zona alta del trayecto aportan hechizo al lugar. En laderas con mucha pendiente y de difícil tránsito, fuera del sendero, gusta salirse de él para mejor palpar y saborear su embrujo. Pero, aparte de los hayedos, prácticamente siempre iremos bajo cubierta vegetal o flanqueados por ella; una vegetación exuberante. Hay especies muy heterogéneas, desde enigmáticas florecillas hasta árboles monumentales. Así pues, en términos puramente utilitarios, es una ruta ideal para los días en que apriete el calor.
De la villa de Pradoluengo, nada puedo decir. Seguro que bien lo merece, pero sólo la cruzamos sobre ruedas. Para esta excursión me había puesto unas botas nuevas. ¡Mira que podría haber ‘presumido’ con ellas dando un paseo por las calles de Pradoluengo! Pero me habían producido rozaduras y no quería ponerlas peor. No apetecía caminar mucho más al finalizar la ruta. Al día siguiente era sábado y había que tener los pies en forma para otra. Seguro que habrá una próxima vez para visitar esta histórica villa; y pronto.
Entre los múltiples ‘encuentros’ humanos (siempre, bajando nosotros, subiendo ellos), destacaré dos como particularmente curiosos, acaso anecdóticos. A uno lo titularemos “Falsas apariencias: la trampa de la economía cognitiva”. Al otro, “El por aquí o por ahí: una duda y una actitud existenciales”. Como se puede apreciar, títulos espesos.
Bajando, pero aún cerca del Nacedero, un hombre en sus 60 (años) remontaba corriendo a buen ritmo. Nos sorprendió, primero, porque la pendiente allí era bastante inclinada; y, segundo, porque él no tenía aspecto de atleta. A pesar de ello, nos dijo ‘buenos días’ con voz clara, sin perder el aliento, y sin resuello. Aseguro que no se puso a correr unos metros antes, como ‘para impresionarnos’ con su proeza. Le vimos correr sin desmayo bastante más lejos; antes y después. Anda que…, como para fiarse de las apariencias…. Pecado capital de nuestra mente perezosa a la hora de juzgar a los demás….
Más abajo, una mujer (‘no diremos la edad’), parecía indecisa sobre el sendero a tomar. “Creo que he venido por ahí”, nos dijo. Le aseveramos: “sí, también nosotros vinimos por ahí”. Ella deshizo sus pasos y se fue, efectivamente, por “aHí”: quería seguridad y unanimidad. Nosotros, al contrario, nos fuimos ‘por aQuí’: queríamos novedades y sorpresas (“tiempo habrá de volver, si nos equivocamos; deja unas piedrecitas…”). Pero, al cabo, nos alcanzó la señora; ya por ‘nuestro’ camino (“¿¡y eso…!?”). Había rectificado. O no se fiaba de nuestra palabra (‘por ahí’) o se fiaba más de nuestra obra (‘por aquí’). Vericuetos de la mente humana….
Hubo más casos, aunque con menos enjundia. Valga uno como muestra: ya cerca del camping, una tropa de no menos de 50 adolescentes iba ‘a lo suyo’ (o, más bien se nos venían encima ‘de lo nuestro’). El sendero era estrecho. Debíamos ser transparentes para ellos. Nos apartamos hasta que pasó la estampida. Parecían contentos. Estaban animosos. “Aprovechad mientras dure”.
La avalancha de la chavalería duró sólo un (eterno) minuto. Una nimiedad en comparación con las cuatro horas (según el reloj, pero no lo calculó así nuestra cabeza) de pleno disfrute, como flotando en el paraíso. Durante ellas perdimos la noción del tiempo. Y, por añadidura, de regalo, recibimos sustanciosas lecciones de psicología.
RUTAS CERCANAS:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/barrancos-de-la-genciana-y-la-tejera-88548223
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-valmala-a-las-inmediaciones-de-santa-cruz-del-valle-urbion-84807609
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/valle-del-urbion-desde-zarcia-88874620
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/garganchon-monte-del-lobo-y-valle-del-urbion-84031650
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-espinosa-del-monte-a-eterna-89352391
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/hayedo-y-dehesa-de-puras-de-villafranca-89256659
Waypoints
Panorama
3,463 ft
Panorámica 27
Comments (4)
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Gracias
Gracias a ti. Hermosa ruta.
Gracias por la ruta compartida y por la información
Gracias por tu comentario (...y el aplauso...🙂), Naturaleza Kaizen.