Pradoluengo 10 RUTAS 10 - La Chorreta y La Genciana de Valmala (9/10)*
near Valmala, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Nos acercamos a Valmala, a 5 km de Pradoluengo dirección Burgos, donde podemos dejar el vehículo en la plaza del pueblo, frente a la cantina. Por cierto, buen lugar para echar un trago y un buen bocado.
Vamos a disfrutar a lo largo de dos barrancos, La Tejera a la subida y La Genciana a la bajada, enclavados en la ladera norte de la Sierra de La Demanda burgalesa, concretamente a los pies de Los Trigazas, junto al río y bajo la reconfortante sombra del bosques de pino albar y haya.
Nos alejamos del pueblo por el camino de Aranquiza, dejando su iglesia y su bonito campanario a nuestra espalda. Hemos tenido una primavera bien regada y la vida se ha echado a la calle sin rubor alguno.
Enseguida encontramos el cruce que nos dirige a la cascada La Chorreta, ascendiendo de manera llevadera por el bosque de pinos y hayas, juntos pero cada uno en su sitio, atentos al trepidar del generoso arroyo de La Tejera algo crecido por las lluvias recientes. Su algarabía nos sumerge en un tobogán de parajes sorprendentes, pletóricos de luces que convierten sus verdes melosos en bruma mística. Todo un espectáculo. Pronto nos sorprende La Chorreta con silueta de esbelta impronta y flujo generoso.
Transitaremos a lo largo de la ruta por pindias laderas, en barrancos imposibles, surcadas por sendas inteligentemente trazadas que hacen llevadero y seguro el camino.
Ascendemos por parajes de singular factura hasta que nos encontramos con una pista, en la que más adelante tomaremos un atajo por el monte, de unos 400 m, que nos lleva a la carretera de subida a La Caseta de los Ingenieros y a la pista que nos conduce al Mirador de La Genciana, con buenas panorámicas. Al llegar a la carretera, podemos ver alguno de los puestos de caza y vigilancia que se encuentran en esta zona.
No resultaría extraño toparse con algún habitante de la fauna lugareña. Corzos, ciervos, machos cabríos de imponente figura o algún jabalí que no tendrá la menor duda en alejarse de ti lo antes posible.
Volviendo del Mirador de La Genciana sobre nuestros pasos, enseguida nos encontramos a la derecha la entrada de la senda que nos introduce en el hayedo del Barranco de La Genciana. Otro espectáculo!
En breve, después de un pequeño descenso en zig-zag, tendrás que cruzar el arroyo. Aquí la senda se desdibuja un poco. Nada más cruzarlo, subes unos metros y te encuentras de nuevo con la senda. Nos espera un descenso por parajes encantados pisando "hove" -el fruto del haya-. Aquí si que tenemos, a menudo, marcas blancas y amarillas en los árboles que te pueden aclarar el camino correcto en algún cruce de desdibujadas sendas.
Es probable que el nombre de «La Genciana» tenga su origen en la misma planta subalpina y medicinal que, a día de hoy, no habita en estas cumbres. Como en otros muchos lugares, la genciana amarilla o Gentiana lutea desapareció debido a la sobreexplotación humana. Es de destacar que sus propiedades intensamente amargas, residen especialmente en su raíz y en menor medida en el resto de la planta, haciendo de ella un apreciado tónico digestivo y aperitivo. La raíz es el principal remedio tónico amargo usado en la medicina popular como un antídoto para ciertos venenos, para problemas digestivos y de la piel, y como diurético natural para prevenir las piedras de riñón y las lombrices intestinales. La genciana se usa con frecuencia como componente de bebidas tónicas amargas (bitter, vermú, amargo de angostura, suze).
Una vez abajo desembocamos en un camino que nos devuelve de nuevo a Valmala, asegurándonos a nosotros mismos que no importaría repetir esta ruta cuando se tercie.
Vamos a disfrutar a lo largo de dos barrancos, La Tejera a la subida y La Genciana a la bajada, enclavados en la ladera norte de la Sierra de La Demanda burgalesa, concretamente a los pies de Los Trigazas, junto al río y bajo la reconfortante sombra del bosques de pino albar y haya.
Nos alejamos del pueblo por el camino de Aranquiza, dejando su iglesia y su bonito campanario a nuestra espalda. Hemos tenido una primavera bien regada y la vida se ha echado a la calle sin rubor alguno.
Enseguida encontramos el cruce que nos dirige a la cascada La Chorreta, ascendiendo de manera llevadera por el bosque de pinos y hayas, juntos pero cada uno en su sitio, atentos al trepidar del generoso arroyo de La Tejera algo crecido por las lluvias recientes. Su algarabía nos sumerge en un tobogán de parajes sorprendentes, pletóricos de luces que convierten sus verdes melosos en bruma mística. Todo un espectáculo. Pronto nos sorprende La Chorreta con silueta de esbelta impronta y flujo generoso.
Transitaremos a lo largo de la ruta por pindias laderas, en barrancos imposibles, surcadas por sendas inteligentemente trazadas que hacen llevadero y seguro el camino.
Ascendemos por parajes de singular factura hasta que nos encontramos con una pista, en la que más adelante tomaremos un atajo por el monte, de unos 400 m, que nos lleva a la carretera de subida a La Caseta de los Ingenieros y a la pista que nos conduce al Mirador de La Genciana, con buenas panorámicas. Al llegar a la carretera, podemos ver alguno de los puestos de caza y vigilancia que se encuentran en esta zona.
No resultaría extraño toparse con algún habitante de la fauna lugareña. Corzos, ciervos, machos cabríos de imponente figura o algún jabalí que no tendrá la menor duda en alejarse de ti lo antes posible.
Volviendo del Mirador de La Genciana sobre nuestros pasos, enseguida nos encontramos a la derecha la entrada de la senda que nos introduce en el hayedo del Barranco de La Genciana. Otro espectáculo!
En breve, después de un pequeño descenso en zig-zag, tendrás que cruzar el arroyo. Aquí la senda se desdibuja un poco. Nada más cruzarlo, subes unos metros y te encuentras de nuevo con la senda. Nos espera un descenso por parajes encantados pisando "hove" -el fruto del haya-. Aquí si que tenemos, a menudo, marcas blancas y amarillas en los árboles que te pueden aclarar el camino correcto en algún cruce de desdibujadas sendas.
Es probable que el nombre de «La Genciana» tenga su origen en la misma planta subalpina y medicinal que, a día de hoy, no habita en estas cumbres. Como en otros muchos lugares, la genciana amarilla o Gentiana lutea desapareció debido a la sobreexplotación humana. Es de destacar que sus propiedades intensamente amargas, residen especialmente en su raíz y en menor medida en el resto de la planta, haciendo de ella un apreciado tónico digestivo y aperitivo. La raíz es el principal remedio tónico amargo usado en la medicina popular como un antídoto para ciertos venenos, para problemas digestivos y de la piel, y como diurético natural para prevenir las piedras de riñón y las lombrices intestinales. La genciana se usa con frecuencia como componente de bebidas tónicas amargas (bitter, vermú, amargo de angostura, suze).
Una vez abajo desembocamos en un camino que nos devuelve de nuevo a Valmala, asegurándonos a nosotros mismos que no importaría repetir esta ruta cuando se tercie.
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