Pradoluengo 10 RUTAS 10 - Senda de La Muñeca (2/10)*

Como todas las rutas de la Sierra de San Antonio, integrante de la Sierra de la Demanda o de Arandio, la auténtica, resulta espectacular y bonita donde las haya. Recorremos clásicos parajes pradoluenguinos de hayedos y acebales sorprendentes, conocidos, disfrutados y explotados de manera sostenible por lugareños pasados, presentes y, esperemos, también futuros. El hayedo del Acebal a oriente con su arroyo Pradoluengo , y a poniente el río Oropesa con otro tanto de lo mismo, y su nexo meridional de unión: la Senda de La Muñeca.

Siguiendo el track no tendrás ningún problema, a no ser que lleves pantalones cortos poco recomendables en el monte de la zona.

Nos acercamos al parque de la plaza de toros, en la parte alta de la Villa, y desde allí al refugio de La Pasada donde, si queremos, se puede dejar el vehículo y ahorrarnos unos 4 km.

Ascendemos y el camino nos somete un poquito a la par de introducirnos en un mundo impregnado de sensaciones para nuestros sentidos. El barranco del Acebal con el arroyo Pradoluengo, estrepitoso y pispireto, nos da la bienvenida. No te preocupes si el día aprieta calor, iremos protegidos a la sombra de sorprendentes parajes y la frescura de un hayedo lleno de su propia luz.

Disfruta del bosque a medida que te sumerges en un mundo único, caprichoso y mágico, lleno de luces, aromas y sonidos. Aprovecha y no pienses en nada ... solo disfruta del entorno y fúndete con él.

Si te mueves sin hacer ruido no tardarás en escuchar al hayedo. No resulta difícil oír bramar al ciervo entre múltiples trinos variopintos y riachuelos bulliciosos de torrentera generosa, en fin, decibelios de naturaleza. Estamos a mediados de un Junio con personalidad de mayo exultante, altanero y florido; la vida se echó a la calle y no le da la gana volver a casa.

Una vez llegados al cortafuegos y tras ascender un par de rampas, cogemos el camino que sale a la derecha: la Senda de La Muñeca. De nuevo el hayedo alegrará tu vida. Disfruta. Siente. Déjate llevar.

Un poco más adelante podrás descansar en la mesa junto a la fuente (el agua brota al amparo de una teja bien colocada), del cruce con la senda de El Nacedero. Te encuentras en uno de los bosques más emblemáticos de la zona. Mi consejo: permítete refrescarte un poco y cambiar el agua que llevas. Este está mucho mejor y ayuda al bocado, si te apetece.

En ocasiones, discurre la senda entre pinos de repoblación para de nuevo volvernos a adentrar en el hayedo que conduce a la fuente de La Berrugaña. Bonito y tranquilo paraje, también con mesa incluida, que pide a voces un poco de relax, un trago y un bocado.

En Zelecua (La Piedra Luisito), tomamos dirección a Collado Hondo donde giramos a la derecha casi 180º para coger la pista que nos devuelve al lugar de partida, no sin antes girar mas abajo a la derecha para terminar nuestra ruta permitiéndonos acompañar al rio Oropesa en uno de sus tramos más coquetos y serenos, desde la fuente de La Cervecera hasta La Pasada, donde se esconden casi en secreto algunos de los orígenes industriales de la Villa.

En Otoño es digna de realizar por las tonalidades de las hojas, por sus vistas y emblemáticos senderos.

Si te apetece hacer 4 km más, 2 de ida y otros tantos de vuelta, puedes dejar el coche junto al parque de la plaza de toros y subir hasta La Pasada, sin apenas pendiente, por la Senda de los Batanes. Este pequeño tramo, con identidad propia, es muy bonito y rememora los restos de los batanes que, movidos por el agua, activaron la industria textil de Pradoluengo desde finales del siglo XVIII hasta bien entrado el siglo XX.