Pradoluengo: Al hayedo por la Senda de los Batanes *

Nuestro punto de salida y llegada se encuentra en el mercado de Pradoluengo, junto al bar Regoluna.

Siguiendo el track no tendrás ningún problema, a no ser que lleves pantalones cortos, poco recomendables en los parajes de la zona. Creeme, sigue el track y disfruta. Sencillo y bien marcado. No requiere comentarios.

Callejeamos por Pradoluengo buscando la entrada a la Senda de los Batanes que encontramos en la parte de arriba del pueblo, junto a la hilatura Zubiaga, en el parque junto a la plaza de toros. Sendero precioso y pintoresco que nos introduce de lleno en el origen industrial de la zona. La industria textil que se instaló y floreció prósperamente en esta Villa durante la primera mitad del siglo XIX aprovechando la fuerza de las aguas del río Oropesa.

Como todas las rutas de la Sierra de San Antonio, integrante de la Sierra de la Demanda o de Arandio (los Montes Distercios para los romanos), la auténtica, madre del San Millán (El Torruco) y del San Lorenzo, “dosmiles” mas altos de Burgos y La Rioja, resulta espectacular y bonita donde las haya. Recorremos clásicos parajes locales de hayedos y acebales sorprendentes; conocidos, disfrutados y explotados de manera sostenible por lugareños pasados, presentes y, esperemos, también futuros.

Ascendemos poco a poco y la ligera pendiente nos introduce en un mundo que somete agradablemente a los sentidos. Aunque el día aprieta calor, vamos protegidos al amparo de parajes únicos y hayedos llenos de frescor y magia.

Si te mueves sin meter ruido no tardarás en escuchar al hayedo. No es difícil oír bramar al ciervo entre trinos y pispiretos riachuelos estrepitosos de torrente generoso. Estamos a mediados de julio y la vida se ha echado a la calle por todas partes.

En cuanto el camino deje de someterte y torna hacia abajo, no dudes en disfrutar, junto al arroyo, de un trago y un bocado.

Descendemos siguiendo el cauce del arroyo Pradoluengo hasta su desembocadura en el río Oropesa, en La Pasada. Bajamos con el pinar a un lado y el hayedo al otro en medio del barranco. Disfruta del entorno a medida que te internas en un mundo especial, caprichoso y mágico; lleno de luces, aromas y sonidos capaces de relajar ánimo y espíritu.

Aprovecha y no pienses en nada ... solo disfruta de tu entorno y fúndete con él.